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II.- Orlando Jorge Mera, legítimo hijo del Creador, asesinado vilmente por el "tigueraje" que se ha adueñado de la República Dominicana...

Los dominicanos hemos vivido pesadilla tras pesadilla; y cada una ha servido, con carácter de exclusividad, para castrar la sociedad, diferente a lo que ha sucedido con otros países que, a pesar de sus grandes tragedias, han alcanzado elevados niveles de desarrollo y civilización. Las desgracias sufridas por estas naciones, aunque dejaron destrucción y millones de muertos, les permitieron, por haber padecido hambre, desolación y dolor, transitar por caminos de superación...

En "La pequeña burguesía", un escrito nuestro del 17 de marzo de 1995, decíamos que la dilación en el desarrollo de la burguesía había significado "un enorme atraso en la evolución natural de la sociedad dominicana y en consecuencia una deformación entre sus integrantes"; que los intensos años de vida precapitalista habían marcado nuestra sociedad para siempre y sólo habían servido "para engendrar una baja pequeña burguesía deforme y sin la base de sustentación necesaria que diera vida propia a cada capa"; y a seguidas, que "la conducta de la pequeña burguesía está regida por el afán desmedido de escalar sectores o capas superiores sin miramientos, haciendo cuanto esté a su alcance para lograr, siempre en el plano personal, los lujos o formas de convivencia atípicos en una sociedad atrasada".

En otro artículo, también de nuestra autoría -"La baja pequeña burguesía y el neotrujillismo"-, del 26 de noviembre de 2010, expresamos que: "El bajo pequeño burgués hace lo impensable para subir en la escala social: miente, roba, inventa chismes, mata, traiciona; a su madre critica si le da la espalda; se cree amigo personal de militares y funcionarios que no conoce; 'sabe de todo', calumnia, fabula; repite lo que oye y lee sin constatarlo y su alma vende, al diablo de ser necesario, por la obtención y exhibición de bienes materiales. De él se puede esperar cualquier atrocidad sin importar la magnitud de la misma; es responsable -por los millones de iguales- de la sociedad que existe y ha existido siempre en la República Dominicana; de los interminables gobiernos de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y -parece que, por el trabajo sucio que realiza, en un futuro no muy lejano- algún otro Trujillo". [Para las elecciones de mayo de 2020, "otro Trujillo" buscaba la presidencia (cuando legalmente le está vedada)].
Los dominicanos hemos vivido pesadilla tras pesadilla; y cada una ha servido, con carácter de exclusividad, para castrar la sociedad, diferente a lo que ha sucedido con otros países que, a pesar de sus grandes tragedias, han alcanzado elevados niveles de desarrollo y civilización. Las desgracias sufridas por estas naciones, aunque dejaron destrucción y millones de muertos, les permitieron, por haber padecido hambre, desolación y dolor, transitar por caminos de superación, integradores de valores humanos, que los han llevado a establecer, en la generalidad, sociedades de individuos rectos, probos e intachables.

En esos países -que han atravesado guerras, plagas, genocidios y destrucción total- el ordenamiento social se ha dado de forma natural, pasando por cada una de las etapas que la economía ha ido desarrollando. En nuestro caso, que sólo hemos sufrido desviaciones sociales, la desgracia adquiere otros ribetes: ignorancia, mediocridad, desorden, irrespeto, burla, chisme, 'caliesaje', 'lambonismo', cinismo, vileza, corrupción...; todas, conductas de una sociedad que no transitó la historia de manera metódica, que vino a ver la luz del mundo capitalista, por vez primera, en el tercer cuarto del siglo XX y que desarrolló las estructuras sociales de todas sus clases bajo los vicios propios de la baja pequeña burguesía, cuyos integrantes se valen del escalamiento rapaz para ascender, a como dé lugar, y mediante el uso de recursos inimaginables, al nivel de las clases que detentan el poder, o, para servirles incondicionalmente de la manera más perversa y detestable.

«Luchar contra el cambio climático es una prioridad para el mundo, para toda la región, pero en especial para los pequeños estados insulares y países más vulnerables como República Dominicana»

Orlando Jorge Mera -decente, serio, honesto, capaz, íntegro, bondadoso, moral, afable, sosegado, conciliador, buen padre, buen hijo, buen esposo, funcionario inolvidable, trabajador incansable, ejemplo de nobleza y dedicación...- no se doblegó nunca al momento de proteger la naturaleza dominicana. Ejemplo de funcionario público entregado a su país, luchó para combatir la acostumbrada depredación de nuestros recursos naturales por parte de semidioses que se creen con el derecho de expoliar lo que la naturaleza y Dios proporcionaron a cada hijo de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Caamaño, Fernández Domínguez...
Ante tanta degradación moral, inseguridad ciudadana, corrupción, depredación de recursos naturales, cinismo, indolencia y burla, debemos refundar la República, transformar todos los estamentos de la sociedad y del Estado. Además de las reformas posibles y necesarias (señaladas por Fafa Taveras en su libro), hay que construir un Estado laico que deje de lado la influencia de la iglesia; reformular el sistema policial y conformar unas fuerzas armadas con base en la necesidad real, que margine el latrocinio y el sicariato de Estado; formar y educar un nuevo liderato político que haga suyas las aspiraciones de los Padres de La Patria y rompa con la depravación impuesta por peledeístas, reformistas, vinchistas, perredeístas…

Para lograr estas metas, el país debe ser sometido a un régimen que eduque e instruya; que haga respetar las leyes; que propicie el desarrollo económico, facilitando a la burguesía el papel rector que le corresponde; que garantice trabajo, salud y libertades fundamentales; que suprima, de una vez y para siempre, el terror gubernamental y el hambre y fomente un régimen de consecuencias contra toda violación a la ética, la moral y las normas establecidas. Como expresara Juan Bolívar Díaz, "Si no refundamos la República, por lo menos ofrezcámosle una nueva plataforma … para que las instituciones y toda la sociedad civil abandonen el autoritarismo, el providencialismo y todo género de prácticas antidemocráticas. Hagámoslo a nombre de tantos que han pagado con sus vidas…". Las esperanzas y los sueños nunca deben perderse.

[Refundar la República/25 de agosto de 2015].
Paz para el alma de Orlando Jorge Mera, legítimo hijo del Creador. Como expresara el presidente Luis Abinader, y contrario a lo dicho por la familia -para la que pedimos paz y resignación- de que perdona al engendro que asesinó a Orlando, “espero que sea Dios que lo perdone”, porque yo no.

Fin...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
6 de junio de 2022