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I.- ¿Por qué es más fácil despotricar contra la Revolución Bolivariana y la "Invasión Rusa" que reprender el genocidio sionista o el golpe de Estado en Ucrania propiciado por EE. UU. en 2014?

Los que se creen dueños de la opinión pública no son más que parásitos al servicio del terrorismo de Estado que encabezan los gringos, subvencionados por la subrepticia nómina del Pentágono (o la embajada golpista), la pérfida María Corina Machado, el agente de la CIA que gobierna el país de Salvador Allende, el degradado presidente argentino Javier Milei (y su mentor Mauricio Macri), los fratricidas Álvaro Uribe e Iván Duke, de Colombia, los genocidas de Israel encabezados por el psicópata Benjamín Netanyahu, la cloaca de Miami (cada día más grande por el talante de los que se les unen), o la única colonia que queda en el mundo, en la que buscan el cargo de gobernador una patosa derechista y un obtuso independentista

No fue fortuito que el comandante Hugo Chávez sugiriera que Nicolás Maduro lo sucediera. Maduro, conductor de bus, con una capacidad política extraordinaria, y un temple de acero [en sociopolítica y liderazgo supera con creces a la mayoría de los mandatarios del área. Sus enemigos se burlan de él porque intelectualmente los supera en conocimiento y coraje; no perdonan su condición de chofer)], fue Canciller de Venezuela hasta el deceso de Chávez. “Maduro debería reemplazarme si se presentara alguna circunstancia que me inhabilite para continuar al frente de la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Mi opinión firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Es uno de los lideres jóvenes de mayor capacidad para continuar”, diría el artífice de la Revolución Bolivariana mostrando una copia de la constitución venezolana.

Los medios de "información" oligárquicos (CNN, FOX, NBC, CBS, El País, BBC, Le Monde, DW, etc.), y los gregarios de estas tribus, desarrollaron una sucia campaña contra el chavismo, amplificando las nimias manifestaciones de la derecha (adulteradas con la magia de la tecnología) y minimizando el extraordinario respaldo al candidato chavista, Nicolás Maduro, en todos los rincones de Venezuela, con la finalidad de crear el ambiente para denunciar fraude en la contienda que se celebró el 28 de julio de 2024, tal y como ha sucedido desde el día posterior a dichos comicios.

Los chavistas, la verdadera izquierda, y todo aquel que haya llevado a su cerebro un poco de juicio y conocimiento, en todo el mundo, hemos tenido que embarcarnos en una lucha titánica (por la malignidad de los medios) para mantener una firme campaña de denuncia ante la vulgar tarea que ha puesto en marcha Estados Unidos, secundado por sus lastres imperialistas occidentales y, como era de esperarse, porque no permanecerían impasibles, sus rémoras latinas.

La prensa escrita, hablada y televisada de República Dominicana [Acento (medio al que renunciamos a seguir escribiendo cuando pudimos comprobar su vileza), SIN, Nuria Piera…, etc., etc., etc.], y los apocados que emiten por las redes sociales (Somos Pueblo, Ricardo Nieves, Martínez Pozo, etc., etc., etc.), subordinados a los yanquis y a la derecha venezolana, en un elevadísimo porcentaje, se han convertido en serviles de la desinformación. No imaginamos nunca que un país que fue invadido por más de 40 mil tropas yanquis, enfrentadas con el arrojo del pueblo y genuinos soldados de la patria, encabezados por los coroneles Rafael Tomás Fernández Domínguez y Francisco Alberto Caamaño Deñó, pudiera caer tan bajo. Hacerse eco del intervencionismo y el golpismo yanqui para socavar la vida institucional de Venezuela expresa el poco nivel de conciencia con el que cuentan los que, pareciera, fungen como agentes del pentagonismo o fuerzas de choque de una putrefacta derecha que no perdona el desplazo del poder, aún a sabiendas del carácter depredador y genocida de Estados Unidos.

El vertedero dominicano; faltan muchos más. Se consideran dueños y señores de la verdad cuando todos los dominicanos saben del comercio que practican con las informaciones, depravación que aprendieron con un señor que poseía una inmensa cultura, pero terminó arropado por el "tigueraje" que caracteriza la sociedad dominicana

Esos que se creen dueños de la opinión pública no son más que parásitos al servicio del terrorismo de Estado que encabezan los gringos, subvencionados por la subrepticia nómina del Pentágono (o la embajada golpista), la pérfida María Corina Machado, el agente de la CIA que gobierna el país de Salvador Allende, el degradado presidente argentino Javier Milei (y su mentor Mauricio Macri), los fratricidas Álvaro Uribe e Iván Duke, de Colombia, los genocidas de Israel encabezados por el psicópata Benjamín Netanyahu, la cloaca de Miami (cada día más grande por el talante de los que se les unen), o la única colonia que queda en el mundo [en la que buscan el cargo de gobernador una patosa derechista y un obtuso independentista que no ha sido capaz de asimilar que su partido (Independentista Puertorriqueño) tenía veedores ante el Consejo Nacional Electoral (CNE)].

Que eso suceda en Puerto Rico es totalmente normal; nada se puede esperar de ciudadanos colonizados (motu proprio) que han castrado sus conciencias a cambio de pan, pero que suceda en República Dominicana, la patria de -además de Caamaño y Fernández Domínguez- Orlando Martínez, Gregorio García Castro, Narciso González (Narcizaso), Amaury Germán Aristy, Amín Abel Hasbún, Otto Morales, Homero Hernández, Henry Segarra Santos, Guido Gil, Maximiliano Gómez (El Moreno), Ramón Emilio Mejía del Castillo (Pichirilo), Orlando Mazara, Florinda Soriano Muñoz, Virgilio Perdomo Pérez, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Ulises Cerón Polanco, César Augusto Suero (Flavio), Hamlet Hermann, Mario Nelson Galán Durán, Claudio Caamaño, Alfredo Pérez Vargas, Ramón Euclides Holguín Marte, Heberto Lalane José, Juan Ramón Payero Ulloa, Narciso Isa Conde, los militares Mario Peña Taveras, Héctor Lachapelle Díaz, Rafael A. Quiroz, Berto Lorenzo Sención, Gerardo Brito Brito, Illio Capocci, André Riviere, y cientos más de héroes, de próceres… que lucharon por una nación soberana, sin injusticias, sin privilegios, solidaria, es la mayor desconsideración que pueda recibir hoy la nación que forjaron Duarte, Sánchez y Mella y los que hemos aprendido a honrar a nuestros grandes hombres, los que nos hemos moldeado con honestidad e integridad, y los que practicamos la fraternidad con quienes gobiernan y luchan por mejores condiciones de vida para las grandes mayorías.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
14 de agosto de 2024