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II.- El fin de la maldad, del saqueo, de la esclavitud, de las dictaduras imperiales universales está cerca... [Ensayo resultado de la serie “El maestro y la música azul”]

Aun con miedo a lo absurdo, al dogmatismo y a la exageración, seguiremos de frente contra la mediocridad, los barbarismos, las imposiciones imperialistas. Quizás no veamos el final, que necesariamente tendrá que obedecer a la exigencia de un orden mundial más justo, más solidario, con más humanidad y menos capitalismo…

China y Rusia: oportunidad histórica de acabar con la hegemonía yanqui y establecer un nuevo orden mundial...

Nos da miedo ser absurdos, dogmáticos, exagerados. Nos da miedo ser anarquistas. Por suerte, estamos en la recta final de una vida plena. Pudimos ser actores y vivir lo mejor que ha conocido la humanidad, ese período que se dio a conocer como Guerra Fría, madre de todo lo bueno, de la excelencia en cada una de las actividades que hicieron de nuestra generación una extraordinaria, única, inigualable… Enfrentamos muchas luchas; algunas cuesta arriba. Triunfamos en unas, aunque seguimos perdiendo en otras, pero con la certeza de que, más temprano que tarde, en el contexto universal, las flores serán arrojadas en el mismo lugar donde se asentarán nuestras cenizas.

Sobresalimos, cultivamos intelecto y ciencia, exquisitez y rudeza, y, que quede constancia, con los más altos estándares, sin dejar de lado la confrontación para erradicar las injusticias, los imperialismos perversos, los abusos, los genocidios, la compra de conciencia, la enajenación... Casi todos, desafueros en los que se sustenta el capital financiero capitaneado por el imperialismo yanqui y sus fantoches colonialistas de Europa occidental, serviles por vocación y siempre prestos a fungir como catalizadores de la desaparición de la humanidad, como si no les bastara los miles de millones de vidas enviadas a otro mundo, sacrificadas en aras de una oprobiosa aristocracia.

En fin, aun con miedo a lo absurdo, al dogmatismo y a la exageración, seguiremos de frente contra la mediocridad, los barbarismos, las imposiciones imperialistas. Quizás no veamos el final, que necesariamente tendrá que obedecer a la exigencia de un orden mundial más justo, más solidario, con más humanidad y menos capitalismo, que honre la excelencia; pero nuestros nietos, o, por qué no, nuestros hijos, están destinados a cosechar una nueva era, un mejor universo, un mejor futuro…

Hace dos meses concluimos como sigue el artículo «La necesidad de las oligarquías imperiales de seguir usurpando recursos y la mentira como objetivo fundamental de la "prensa" occidental aproximan a la humanidad a su extinción»:
«EE. UU. ha consolidado una nueva Guerra Fría; el conflicto podría durar dos o tres décadas, pero será determinante a nivel mundial. Está en juego la hegemonía norteamericana, y ese juego representa en enorme peligro para quienes habitamos este planeta. Si no se pone freno a la desinformación propiciada por los grandes capitales y a la hegemonía de la mentira, con toda seguridad celebraremos, con fuegos reales, la despedida de este mundo. La mentira, esparcida por los medios que dan sustancia a los países imperialistas y colonialistas, es el principal armamento de guerra en Ucrania; es la razón de más peso en el genocidio que cometen los sionistas con los niños, mujeres y ancianos de Palestina, y será el blasón que nos llevará a otra dimensión, esa de la que no se conoce que haya regresado ser viviente alguno... o su espectro»
Pero, en este preciso momento, estamos optimistas de que la humanidad saldrá beneficiosa, aun se produzca ese enfrentamiento nuclear que con toda seguridad arrasará con la mitad de este planeta. El fin de la maldad, del saqueo, de la esclavitud, de las dictaduras imperiales universales está cerca... Muy cerca. Con bombas atómicas o sin ellas.

Nota: Este ensayo es el resultado de un pensamiento de la serie “El maestro y la música azul”.

Fin...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
25 de mayo de 2024