I.- Distanciamiento entre clase gobernante y pueblo; problema a escala mundial que evidencia las diferencias entre burócratas (corruptos con traje y corbata) y "gentuza" (pedestres con tatuaje y "body piercing")
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El capitalismo deforma la definición de clases de quienes participan en las relaciones de producción. Postular que en una sociedad existen sólo tres clases sociales (baja, media y alta) degrada a los concurrentes en las actividades que crean riqueza dentro de una colectividad. La economía, motor de todos los sistemas, es la dinámica en la que interactúan los individuos, y, como tal, debe ser determinante en la definición de clases. El capitalismo clasifica las clases en función de la estirpe del individuo y de los bienes materiales que posee. "Nació de primera", "nació de segunda" (y hasta "nació de tercera"), o "su familia no es de primera", son definiciones que el capitalismo usa para los integrantes de una estructura comunal en la que los mismos gobernados empujan cada día más para distanciarse de quienes los rigen, independientemente de que la tecnología haya puesto en sus manos toda la información pertinente para mejorar cultura y calidad de vida.
La clase baja no posee apellidos, no gana suficiente dinero, y, en muchas ocasiones, es explotada en el trabajo que desempeña; sus características están definidas por la vestimenta, la comida, el medio de transportación y la falta de conocimiento y destreza. La clase media, mayoría en países desarrollados, ha realizado grandes cambios para beneficio de la humanidad; en su determinación por subsistir, se ha visto precisada a librar importantes luchas con el fin de allegarse parte de los beneficios que obtienen los núcleos de poder que dan sustancia a la clase alta, dominante en países capitalistas, sean "tercermundistas" o de capitalismo tardío. La clase alta posee un alto nivel económico; sus integrantes, minoría en todas las naciones, poseen cuantiosos ingresos, tienen acceso a salud y educación de calidad e influyen en las decisiones político-económicas regulando la forma "democrática" de gobierno: "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", la más grande de las mentiras que ha conocido el ser humano.
Carlos Marx dejó a la humanidad una valiosa herramienta para definir las clases sociales (no dentro del esquema elitista del capitalismo, sino, en función de la posición que cada individuo ocupa en las relaciones de producción), que encontró en el Caribe al único discípulo que fue más allá de la definición de clases que parió la sociedad alemana. Aludimos a Juan Bosch, quien, en lugar de convertirse en la típica repetidora marxista, formuló dos nuevas capas dentro de la baja pequeña burguesía -en tanto la pobreza fuera característica real- que no encontraron sustancia en las sociedades europeas de mediados y finales del siglo XIX.
«La generación actual, la de mayor acceso a la información, es, paradójicamente, la generación más ignorante de toda la historia de la humanidad»
Autor desconocido
Apelamos a ese instrumento que ampliara Bosch -electo presidente y derrocado a los siete meses por un golpe de Estado auspiciado por Estados Unidos y ejecutado por un frente oligárquico que comenzaría a formarse después del ajusticiamiento del dictador Rafael Trujillo- por la definición que el escritor, intelectual y político dominicano hiciera sobre el sátrapa: "nació de segunda, por lo que desde niño sintió el desprecio de la gente de primera". La preponderancia de Juan Bosch en el ensayo radica en esa descripción capitalista formulada, mucho antes de hacerse marxista, sobre Trujillo, ese oscuro personaje que tiranizó la República Dominicana por más de 30 años. Separar a los seres humanos es lo que precisamente hace el capitalismo, y esa aberración, que vio la luz con las monarquías, se propagó por los países tercermundistas en virtud de que la mayor aspiración de un potentado de estas naciones "muertas de hambre" es igualarse a un monarca europeo.
Las diferencias entre burócratas (corruptos con traje y corbata) y "gentuza" (pedestres con tatuaje y "body piercing")
¿Por qué decíamos al principio que esas aberraciones capitalistas definen a "los integrantes de una estructura comunal en la que los mismos gobernados empujan cada día más para distanciarse de quienes los rigen..."? Por los "sellos, marcas y símbolos" que caracterizan a los gobernados, convertidos en "gentuza" por el sistema y, aunque difícil de asimilar, por la inversión de valores que los mismos han elevado a la categoría de paradigma social. La repelente música, la repulsiva imagen personal, el vomitivo lenguaje, el menesteroso civismo y la antisocial conducta han pasado a estructurar lo que podría llamarse "suciedad de la sociedad", una nueva organización comunitaria concebida, puesta en ejecución y financiada a nivel mundial por el imperialismo yanqui desde el primer día en que la televisión surgió como medio de convencimiento masivo.
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
8 de junio de 2023