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La Cámara de Representantes de EE. UU. admitió que los principales medios del país ocultaron que el régimen de Ucrania usa nazis para ejecutar el genocidio contra los rusos étnicos...

La Cámara de Representantes de EE. UU. admitió que los principales medios del país ocultaron que el régimen de Ucrania usa nazis para ejecutar el genocidio contra los rusos étnicos

"La Administración Obama estuvo detrás del golpe de Estado que tuvo lugar en 2014 en Ucrania, más conocido como la revuelta del Maidán". Estas palabras, pronunciadas por Donald Trump a principios de año, no aportaron nada nuevo; la importancia de las mismas radica en que fueron pronunciadas por un expresidente de Estados Unidos, seguro candidato para las próximas elecciones por el Partido Republicano y, con toda certeza, próximo presidente (si no lo inhabilitan o eliminan las armas que nunca serán prohibidas, porque su función es esa, sacar de circulación a quien pretenda dar al traste con el establishment; ejemplos sobran: John y Robert Kennedy, Martin Luther King, Abraham Lincoln, James A. Garfield, William McKinley, etc.). Loco o desarticulado, las expresiones de Trump ratifican lo que se sabía desde que Víktor Yanukóvich -presidente de Ucrania desde el 25 de febrero de 2010, electo en un certamen electoral validado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y el Consejo de Europa- fuera defenestrado.

En noviembre del 2013, con el inicio de los disturbios (patrocinados por Barack Obama y los títeres de Alemania, Reino Unido y Francia; a eso se refería Trump), se creó la organización neonazi Pravy Sektor -conformada por ultranacionalistas-, que fungía como brazo político del Batallón Azov, una milicia paramilitar creada para luchar contra las fuerzas prorrusas en la Guerra del Dombás, financiada por Estados Unidos y los demás miembros de la OTAN [Maidán o Euromaidán fue el nombre que se dio a esos disturbios, encabezados por ultraderechistas ucranianos (a los que se sumaron mercenarios de varios países, pagados por la Unión Europea) que venían cometiendo genocidio contra la numerosa población rusa que habita la región].

Tan evidente se hizo el carácter neonazi de los ultraderechistas que, las fotografías, mostrando los símbolos del Nacional Socialismo, inundaron los pocos medios determinados a difundir la verdad, no las mentiras que interesan a occidente, que, en un hecho sin precedentes, ha implementado una dictadura de la información con el bloqueo de los recursos propios de la comunicación objetiva. "Hitler lo hizo todo bien", declaró un soldado ucraniano capturado, cuya ignominia le impulsó a hacer un llamado para "asfixiar en cámaras de gas" a los habitantes de Donbás y al pueblo ruso.

Fotos con soldados y fuerzas paramilitares, exhibiendo los emblemas del nazismo, han sido comunes en esos limitados medios, como también lo han sido las atrocidades que se cometen contra combatientes rusos hechos prisioneros. Imágenes e informaciones han sido restringidas por los buscadores occidentales que ofrece Internet; muy pocas han visto la luz, y, cuando son difundidas por la prensa oligárquica, reciben la etiqueta de "fake news" (noticias falsas: depravación muy propia de NBC, El país, FOX, BBC, CBS, France 24, CNN, DW, etc.). Estos medios al servicio imperialista ni siquiera se molestan en condenar el nazismo, esa inescrupulosa ideología que dejó un saldo de 45 millones de muertos en un acontecimiento que la humanidad conoció como Segunda Guerra Mundial.

El acuerdo de Minsk fue un intento de ganar tiempo para Ucrania”, diría la excanciller alemana Angela Merkel en una entrevista que le hiciera el semanario Die Zeit. ¿Qué se perseguía con ese acuerdo? ¿Quién instigaba? El objetivo era desmembrar a Rusia, tal y como se hizo con la antigua Yugoslavia, y patrocinaba tan descabellado proyecto el imperialismo yanqui, el eterno intervencionista que desde que se disgregó la Unión Soviética se propuso destruir a Rusia, porque "es demasiado grande, demasiado rica, tiene demasiado petróleo, demasiado gas, demasiada agua, demasiada tecnología, tiene un armamento nuclear equivalente al nuestro y, por lo tanto, cualquiera que sea el régimen político va a ser un obstáculo para el interés nacional de los EE. UU. y para nuestras posiciones en Euroasia y fundamentalmente en Europa oriental. Así que tenemos que avanzar con sanciones, hostigando a Rusia, etc.". Estas declaraciones corresponden a Paul Wolfowitz, flamante Subsecretario de Defensa de los Estados Unidos durante la gestión del fantoche George W. Bush. "Nosotros debemos seguir combatiendo a Rusia. No importa que ya no sea comunista. No importa que sea capitalista", continuó diciendo Wolfowitz.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
27 de mayo de 2023