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[VI de XIV] Estados Unidos y su moral en bikini. Una nación que desde sus inicios se formó bajo la mendacidad y la expoliación...

EE. UU. entendía que estaba destinado a expandirse hacia los territorios no conquistados de América del Norte y sobre América del Sur. Tan descarada teoría, concebida durante el gobierno de James Monroe y sostenida hasta el día de hoy, «ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una "nación superior"»

Séptimo y octavo presidentes de Estados Unidos

Los mandatos de Andrew Jackson (1829-1833 y 1833-1837) se asentarían en la bitácora de los abusos creando aberrantes precedentes, aún habiendo conquistado para las clases más necesitadas ciertas libertades y un favorable ambiente de posibilidades. Belicoso y de temperamento volátil, se licenciaría en leyes, lo que le permitiría participar en la redacción de la Constitución de Tennessee. Como militar, "tras reunir un ejército de 50,000 hombres", recibió el encargo -durante el gobierno de James Madison- de combatir a los indios creeks, "los cuales se habían aliado con los ingleses con el objetivo de expulsar a los estadounidenses de sus tierras". Su odio hacia los nativos lo llevó a "cazarlos" como venados; «para él no eran personas, sino "perros salvajes", como solía afirmar». Alardeaba de haber conservado siempre "el cuchillo de escarpar a aquellos indios a los que había matado".

"Toda la nación Cherokee debería ser exterminada... y lo mejor sería acabar con las mujeres indias para que no se reprodujeran". Con este abominable mandamiento, honrado a cabalidad, y considerado héroe militar por el pueblo norteamericano (requisito indispensable para ganarse el favor del electorado hasta el día de hoy), llegaría al poder en 1829.

Luis Vernet, primer gobernador argentino de las islas Malvinas antes de la invasión y colonización por el Imperio británico, prohibiría, en agosto de 1829, "bajo apercibimiento de sanciones", la caza y la pesca en la isla Soledad (la de mayor superficie del archipiélago). A los capitanes de los barcos extranjeros, al llegar a puerto, "se les hacía entrega de una circular impresa con la prohibición, y también se les cobraba una tasa". ¿Quiénes serían los primeros violadores? Ingleses y estadounidenses. Tres pesqueros estadounidenses (Harriet, Breakwater y Superior) serían apresados por las autoridades argentinas en las islas y "acusados de contravenir dicha normativa". ¿Qué hizo el gobierno de Jackson? Tildar de piratería las ejecutorias llevadas a cabo por las autoridades argentinas, porque, para Estados Unidos, "es un derecho del pueblo estadounidense pescar donde le dé la gana". Para respaldar semejante ignominia, la corbeta estadounidense USS Lexington, comandada por Silas Duncan, recibiría la orden -si no se liberaba al pesquero Harriet y a su capitán (apresados por violar la disposición de Vernet)- de abordar las instalaciones argentinas en las islas Malvinas. Duncan, "amo y señor del mundo", violando todos los recursos de la diplomacia, instó a la "rendición inmediata de Vernet para que fuera enjuiciado como ladrón y pirata".

La corbeta Lexington arribó a Puerto Soledad el 28 de diciembre de 1831 y de inmediato desembarcó un grupo de soldados que destruyó el asentamiento, las fortificaciones y defensas de artillería, tomando prisioneros a la mayoría de sus ocupantes. El presidente Jackson exaltaría a Duncan por el curso que dio a sus acciones, mostrándole su satisfacción por "la prontitud, la firmeza y la eficiencia de sus medidas". Estados Unidos estaba dispuesto a reconocer la soberanía británica sobre las islas Malvinas a cambio del otorgamiento de derechos de libre pesca en las aguas inmediatas. "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad". "Libertad, palabra que para los estadounidenses significa intereses propios y desgracia de los demás" [Estados Unidos y su moral en bikini. Una nación que desde sus inicios se formó bajo la mendacidad y la expoliación (V)].

Noveno y décimo presidentes de Estados Unidos

Como resultado de la colaboración de Estados Unidos, la armada británica se apoderaría ilegalmente de las islas Malvinas y las rebautizaría con el nombre de islas Falkland. En agosto de 1832 el Primer Ministro británico, Lord Palmerston, dio al contraalmirante Thomas Baker la orden de retomar el control de la corona sobre el archipiélago. El capitán John Onslow, comandante de la corbeta HMS Clio, llegaría el 20 de diciembre de 1832 al Puerto Egmont (Puerto de la Cruzada) y tomaría posesión formal. Días más tarde anclaría frente a Puerto Soledad y ordenaría arriar la bandera argentina con la siguiente orden:
"Debo informaros que he recibido órdenes de S.E. el Comandante en Jefe de las fuerzas navales de S.M.B., estacionadas en América del Sur, para hacer efectivo el derecho de soberanía de S.M.B. sobre las Islas Malvinas.

Siendo mi intención izar mañana el pabellón de la Gran Bretaña en el territorio, os pido tengáis a bien arriar el vuestro y retirar vuestras fuerzas con todos los objetos pertenecientes a vuestro gobierno.

Soy, Señor, vuestro humilde y muy obediente servidor.

J. Onslow A.S.E. el Comandante de las Fuerzas de Buenos Aires en Puerto Louis [Soledad]
"
¿“América para los americanos”? ¿Seguro? ¡América para los estadounidenses! Y, en su defecto, para sus eternos aliados: los británicos, aquellos a quienes combatieron para obtener su independencia. Si Estados Unidos no hubiese violado las disposiciones establecidas por el gobernador Luis Vernet, y no hubiese sido un derecho del pueblo estadounidense "pescar donde le diera la gana", ¿estarían hoy las islas Malvinas en manos de los imperialistas británicos? Estados Unidos posee "la virtud" de, donde mete la nariz, alterar el estado natural de las cosas, siempre que la adulteración le genere beneficios. Las acciones que emprende tienden a la apropiación de recursos, al despojo de territorios (para usufructo propio o de sus aliados) y a la subversión del orden para destronar gobiernos [sea que ideológicamente son contrarios, sea que el cambio le reporte riquezas, o sea que el resultado, en términos políticos, favorezca alguna estrategia imperialista (expansionista, anexionista...)].

"Entre 1832 y 1833 se tejió la anexión de territorios mexicanos": ingresa en Texas el ex gobernador de Tennessee, Samuel Houston, y Stephen Austin ("el Padre de Texas") se suma a la sublevación del general Antonio López de Santa Anna contra el gobierno mexicano, al que, ya como presidente, combatiría en la guerra que dio inicio en octubre de 1835 y culminaría en marzo de 1836 con la creación de la República de Texas. Con anterioridad, Estados Unidos había intentado, y fracasado, anexarse a Jamaica; fue su respuesta a la decisión del imperio británico "de abolir la esclavitud en todas sus posiciones coloniales en el Mar Caribe". Fracasó, además, en fundar, bajo su protectorado, una República Anseática (o Hanseática, nombre proveniente de Alemania que se confiere a una "federación comercial y defensiva de comunidades de comerciantes"); se había comprometido con la subversión del orden instaurado por el gobierno de Nueva Granada (Colombia y Panamá).

En 1835, en medio de la guerra civil que llevó a la desintegración de la Confederación Peruano-Boliviana, y con el pretexto de “proteger los intereses estadounidenses”, la Infantería de Marina ocupó zonas de Lima y del puerto El Callao. Para 1836 Texas proclamaba su independencia de México y solicitaba su anexión. Estados Unidos reconoció la independencia y, para 1845, apelando al “Destino Manifiesto”, Texas comenzaría a formar parte su territorio.

Estados Unidos entendía que estaba destinado a expandirse hacia los territorios no conquistados de América del Norte y sobre América del Sur. Tan descarada teoría, concebida durante el gobierno de James Monroe (inspirada en la ideología de John Quincy Adams y dada a conocer por el periodista John O´Sullivan en un artículo en el que "apoyaba que Texas pasase a formar parte de los Estados Unidos"), y sostenida hasta el día de hoy, «ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una "nación superior"».

«La imagen nacional que los Estados Unidos tienen de sí mismos, como protectores y defensores de la legalidad, la libertad y la democracia, se funda en la creencia de que poseen una superioridad moral (porque son el “pueblo elegido”). Esta suposición les ha permitido justificar su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos (que no son “elegidos de Dios”) o de plano la violencia contra ellos». "Anexión", nombre con el que O'Sullivan publicó su artículo en la revista Democratic Review de Nueva York, decía: "El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino".

Por todas esas razones Eduardo Galeano expresaría: "Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación. Es, América Latina, la región de las venas abiertas".
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Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
11 de abril de 2022