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I.- La traición en todos los acontecimientos de importancia en República Dominicana...

"Del bajo pequeño burgués se puede esperar cualquier atrocidad; es responsable de la sociedad que existe y ha existido siempre en la República Dominicana; de los interminables gobiernos de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y -parece que, por el trabajo sucio que realiza, en un futuro no muy lejano- algún otro Trujillo"...

El 27 de febrero de 1844 se fundó, como Estado con características propias, la República Dominicana, gracias a la iniciativa de un patricio que lo dio todo por proporcionarnos la dominicanidad. Ese prohombre se llamó Juan Pablo Duarte, y con él concurrieron, en tan hermosa epopeya, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella y otros patriotas que sufrieron idénticas calamidades que quienes fueron consagrados como "Padres de la Patria".

Duarte fundó, el 16 de julio de 1838, la sociedad secreta 'La Trinitaria'; lo hizo junto a Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo. Sus fundadores, como los que fueron adhiriéndose a las tareas propias de una agrupación separatista, debían jurar, bajo el lema "Dios, Patria y Libertad", luchar por la fundación de un Estado soberano que llevaría por nombre República Dominicana.

En febrero de 1843, en la ciudad de Santo Domingo, Juan Pablo Duarte luchó junto a los haitianos que formaban parte del movimiento revolucionario conocido como 'La Reforma' (que derrocaría a Boyer y colocaría a Charles Herard en la presidencia de Haití). En esa contienda desempeñó un papel estelar que lo convertiría en el principal líder político de los 'dominicanos'; sin embargo, ese reconocimiento lo exponía -en un medio que se formó con las debilidades multiplicadas de la metrópoli- a la traición, una perversa práctica que germinó y adquirió vida propia en una sociedad que se mantuvo en condiciones de atraso total por más de trescientos años, que fueron los que Felipe II de España -llamado "el Prudente" y quien reinaría desde el 15 de enero de 1556 hasta el día de su muerte (ocurrida el 13 de septiembre de 1598)- les sustrajo al país «en desarrollo económico, y con él más tiempo de desarrollo social y político». [El contenido del entrecomillado español corresponde a Juan Bosch].

En "La pequeña burguesía", un escrito del autor del 17 de marzo de 1995, decíamos que el atraso que aún vive la República Dominicana tiene sus raíces en dos aspectos fundamentales estrechamente vinculados: "la arritmia histórica de mediados del siglo XVI, producto del descenso en el ordenamiento social de la oligarquía esclavista al nivel hatero, y los más de 350 años de vida precapitalista que transcurrieron entre comienzos del siglo XVI y finales del siglo XIX". Expresamos que el retardo en el desarrollo de la burguesía había significado "un enorme atraso en la evolución natural de la sociedad dominicana y en consecuencia una deformación entre sus integrantes"; que los intensos años de vida precapitalista habían marcado nuestra sociedad para siempre y sólo habían servido "para engendrar una pequeña burguesía deforme y sin la base de sustentación necesaria que diera vida propia a cada capa"; y a seguidas, que "la conducta de la pequeña burguesía está regida por el afán desmedido de escalar sectores o capas superiores sin miramientos, haciendo cuanto esté a su alcance para lograr, siempre en el plano personal, los lujos o formas de convivencia atípicos en una sociedad atrasada".

En otro artículo -"La baja pequeña burguesía y el neotrujillismo"-, del 26 de noviembre de 2010, apuntalamos las siguientes palabras (que derivan del conocimiento de las teorías sociopolíticas de Juan Bosch y que sus 'discípulos' no pudieron o no quisieron asimilar): "El bajo pequeño burgués hace lo impensable para subir en la escala social: miente, roba, inventa chismes, mata, traiciona; a su madre critica si le da la espalda; se cree amigo personal de militares y funcionarios que no conoce; 'sabe de todo', calumnia, fabula; repite lo que oye y lee sin constatarlo y su alma vende, al diablo de ser necesario, por la obtención y exhibición de bienes materiales. De él se puede esperar cualquier atrocidad sin importar la magnitud de la misma; es responsable -por los millones de iguales- de la sociedad que existe y ha existido siempre en la República Dominicana; de los interminables gobiernos de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y -parece que, por el trabajo sucio que realiza, en un futuro no muy lejano- algún otro Trujillo". [¡Coincidencias de la vida! Para el torneo electoral de mayo de 2020 "otro Trujillo" busca la presidencia cuando se supone que legalmente le está vedada].
Ley 5880

El Consejo de Estado, en el Palacio Nacional, Santo Domingo, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los tres días (3) del mes de mayo (5) del año mil novecientos sesenta y dos (1962)...

«Considerando que durante todo el periodo de la nefasta tiranía de los Trujillo fueron conculcados inexorablemente los más elementales derechos de la persona humana; Considerando que el pueblo dominicano, al liberarse de esa sangrienta tiranía, tiene el legítimo derecho a defender y preservar el estado de libertad y dignidad que disfruta de los residuos y resabios de ese pasado luctuoso que pudieran conspirar contra su tranquilidad; Considerando que cualquier acto o manifestación tendiente a evocar, exaltando, en la forma que fuere, el pasado vergonzoso e incalificable de esa tiranía, puede y debe considerarse como una contribución o participación a estimular a los personeros de dicha tiranía, a promover por medios subversivos el retorno de aquel régimen tiránico y despótico en pugna con el sistema democrático que vive ahora el pueblo dominicano; Considerando que es deber del Estado legislar en el sentido de erradicar del ambiente nacional esas peligrosas e inciviles actuaciones que alteran el orden publico y, además, producen confusión en las mentes de niños y jóvenes;

«Ha dado la siguiente ley:


«Artículo 1.- Toda persona que alabe o exalte a los Trujillo o su régimen tiránico, en alta voz, o por medio de gritos, discursos, escritos públicos o epistolares, dibujos, impresos, grabados, pinturas o emblemas, se considerará y juzgará como autor de delito contra la paz y la seguridad publicas y será castigada con prisión de diez días a un año o multa de diez a quinientos pesos oro o con ambas penas a la vez. «Párrafo.- En iguales penas incurrirán los que formen parte de grupos o reuniones destinados a los fines arriba indicados, o los que hagan circular rumores relativos al posible restablecimiento del régimen de los Trujillo, por estar éste en pugna con el sistema democrático establecido por la Constitución de la República.»
Nota: Copia fiel.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
8 de noviembre de 2019