II.- ¡Hasta cuándo seguirá el mundo supeditado a las felonías del imperio norteamericano!
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Netflix también está pasando el documental “Masacre en el estadio/Una historia de Víctor Jara” (Massacre at the stadium), que rememora el golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos, el 11 de septiembre de 1973, que depuso y arrancó la vida a Salvador Allende, electo democráticamente en elecciones libres y transparentes, y la tortura y vil asesinato de Víctor Jara (y otros 3 mil 500 de sus compatriotas) en el Estadio Chile, renombrado hoy Víctor Jara en honor al extraordinario cantautor y mejor ser humano. Muchos de los militares que torturaron y masacraron a la juventud chilena fueron recibidos con beneplácito por Estados Unidos, responsable de las desgracias sufridas por los pueblos latinoamericanos y embarcado hoy en aplicar los mismos métodos criminales contra la Revolución Bolivariana y su mandatario (Nicolás Maduro).
«Estados Unidos es un destino lógico para muchos militares latinoamericanos que buscan refugio. Nosotros (dicen hoy los norteamericanos del Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado que en 1973 se encargaron de planificar la violación y falta de reconocimiento a la legitimidad constitucional que se había dado el pueblo chileno, NH) los apoyamos durante el golpe de Estado. Allende fue el primer presidente socialista elegido por la vía democrática en todo el mundo. Esto despertó un profundo temor en los Estados Unidos de Kissinger y Nixon. Kissinger le escribió a Nixon: "no tenemos recursos para oponernos a su legitimidad porque fue elegido libremente. Debemos asegurarnos de socavar su gobernabilidad, de que no presente un modelo exitoso para el mundo". Así que Richard Nixon y Henry Kissinger enviaron a la CIA para derrocar a Allende y llevar a Pinochet al poder... Esto condujo a un mayor contacto con militares chilenos y a una extensa labor de propaganda mediante el financiamiento del primer diario de derecha de Chile: El Mercurio, de modo que se convirtiera en una voz propagandística de oposición contra Allende... Creamos las condiciones para apoyar uno de los regímenes más infames y sangrientos de la historia latinoamericana».
Thierry Meyssan -intelectual francés, presidente y fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace, cuyos análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa- expone que el Comando Sur estadounidense planea «provocar una guerra entre naciones latinoamericanas para destruir los Estados en todos los países de la llamada Cuenca del Caribe. La preparación de una guerra de esa envergadura, sucesora de la serie de conflictos provocados en el Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente), es un proceso que exige alrededor de 10 años. Después de la fase de desestabilización económica y del subsiguiente período de preparación militar, la operación propiamente dicha debería comenzar en los próximos años con una agresión militar contra Venezuela. En esa agresión participarían Brasil (con apoyo de Israel), Colombia (aliada de Estados Unidos) y Guyana (o sea, el Reino Unido). Vendrían después agresiones militares contra Cuba y Nicaragua, los dos países que completan la "troika de la tiranía", según el consejero estadounidense de seguridad nacional John Bolton».
«Estados Unidos auspicia en Venezuela, además de un golpe de Estado, una guerra civil parecida a la que coadyuvó a desarrollar en algunos países del Medio Oriente. Se sirve, para ello -con el propósito de debilitar el gobierno que encabeza Nicolás Maduro-, de la manipulación informativa (a la que se prestan, por intereses muy claros, los grandes medios de comunicación propiedad de la oligarquía), del boicot económico y del financiamiento de acciones de sabotaje y terror. Por razones muy obvias, el Pentágono ha incrementado instalaciones y efectivos militares tanto en Perú como en Colombia; en Honduras cuenta con la base militar Soto-Cano, anteriormente conocida como Palmerola; en El Salvador con la de Comalapa; en Cuba con la naval de la Bahía de Guantánamo y en Costa Rica, un país que no posee ejército, con un radar que el gobierno tico se ha empeñado en explicar que "utiliza para su propia seguridad". Sólo al oeste luce estar Venezuela despejada de instalaciones bélicas propiedad de Estados Unidos, pero, con la hostilidad que exhibe el gobierno de Michel Temer hacia la tierra de Bolívar... se puede esperar la participación de tropas brasileñas que cierren el cerco y actúen de la mano con las norteamericanas», decíamos en el 'Primer Encuentro por la Solidaridad con Venezuela', auspiciado por el grupo 'Dominicanos por la Paz en Venezuela' (Análisis a una posible intervención militar de EE. UU. en Venezuela); sólo basta cambiar el nombre del mandatario brasileño (por el de Jair Bolsonaro) para que este señalamiento refleje la realidad actual.
Queremos llamar la atención de los burros (así califica la derecha al jefe del Estado venezolano) acerca de cómo EE. UU. interviene en los asuntos internos de otras naciones y destruye sus economías para estrangular a los gobiernos que no se subordinan a sus dictados. Las dos cintas que está presentando Netflix deben servir a los insensatos para conocer la represión, las torturas, las desapariciones y los asesinatos propios de una dictadura. Basta de repetir las mentiras que difunde el imperio; a la postre, quienes sigan con tan perjudicial práctica lamentarán la destrucción y muerte que Estados Unidos deja en su tarea de "sembrar democracia".
Permítasenos concluir con este poema de Víctor Jara, su último, escrito en el Estadio Chile y titulado con ese nombre dos horas antes de ser asesinado por la "democracia" instalada por Estados Unidos:
Fin...“Canto, qué mal me sales
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo.
Espanto como el que muero, espanto”.
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
11 de enero de 2019