Obama: usurpador de un premio Nobel...
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Millones en todo el mundo nos preguntamos por qué un sicario camuflajeado, formado bajo la tutela del sionismo, recibió del Comité Noruego del Nobel tal distinción. Pues bien, The New York Times, el principal periódico de Estados Unidos, propiedad de judíos, nos da la respuesta: "Obama pasará a la historia como un presidente que ha mantenido al país en guerra más tiempo que Franklin D. Roosevelt, Lyndon B. Johnson, Richard M. Nixon o incluso que Abraham Lincoln". Es prudente recordar que Roosevelt encabezó el desempeño norteamericano de la Segunda Guerra Mundial, Johnson y Nixon acaudillaron el de la guerra de Vietnam y Lincoln capitaneó el de la guerra de Secesión.
Mantener a EE. UU. en constante conflagración, como bien señala ese antro de la propaganda imperialista, significó para Barack Obama: incrementar el número de países con fuerzas especiales estadounidenses de 60 en 2009 a 138 en 2016 (70% de las naciones). [Datos: Mando de Operaciones Especiales]; bombardear Afganistán, Irak, Siria, Libia, Pakistán, Somalia y Yemen, destruyendo su infraestructura vital y asesinando miles de sus ciudadanos. [Datos: BBC Mundo]; alcanzar cifra récord de venta de armas desde la Segunda Guerra Mundial, llegando a los 270 billones de dólares. [Datos: Consejo de Relaciones Exteriores]; deportar más inmigrantes que cualquier presidente (2.83 millones). [Datos: Departamento de Estado]; ser el primer gobernante en pasar sus dos periodos completos sin un solo día de paz. [Datos: BBC World]...
Obama es el asesino que la propaganda y la ignorancia pretenden convertir en prócer. Cuando debió dar la espalda a los intereses de Wall Street, siguió los consejos de sus asesores neoliberales y propició la redención de las instituciones financieras. En marzo de 2009, a dos meses de estar instalado en el gobierno, se reunió con el liderato del mercado financiero estadounidense y proclamó aquella famosa sentencia: “Estoy entre ustedes y la horca. Estoy de su lado y los protegeré”. En cambio, millones de norteamericanos perdieron sus propiedades, empleos y ahorros; algunos apelaron al suicidio. Por el lado de los "necesitados y socorridos ejecutivos bancarios", ninguno fue sometido a juicio y encarcelado.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos inocentes murieron como consecuencia de los ataques con drones realizados durante sus ocho años. Ante un llamamiento que le fue hecho "para que se hiciera pública la información relativa a los ataques con esos artefactos que habían matado a civiles inocentes, su administración aseguró que ninguno había muerto; luego que algunos habían muerto; y, más tarde, que tal vez la cifra de civiles muertos era de 65". Sin embargo, "cuando un civil estadounidense -Warren Weinstein- murió como consecuencia del ataque de un dron en 2015, la administración se apresuró a convocar una rueda de prensa en la que se disculpó y ofreció indemnizar a la familia".
Durante el año 2015, sin contabilizar las lanzadas en Libia, "el gobierno estadounidense del presidente Barack Obama" —quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 2009— "lanzó 23,144 bombas en Irak, Siria, Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia, todos ellos países de mayoría musulmana", según datos del Consejo de Relaciones Internacionales (CFR). Durante el 2016, "el Premio Nobel de la Paz Barack Obama lanzó 26,171 bombas en siete países", según otro informe del CFR (los seis mencionados más Libia).
Durante sus mandatos todo fue simulación y mentira: en su visita a la ciudad japonesa de Hiroshima (27 de mayo de 2016) para homenajear a las víctimas del primer ataque nuclear de la historia, realizado por EE. UU. en 1945, no pidió perdón por el genocidio que su país cometió sobre esa ciudad y, tres días después, sobre Nagasaki; visitó Vietnam (22 de mayo de 2016), tal y como hicieran con anterioridad Bill Clinton y George W. Bush., y, como ellos, se mostró renuente a pedir perdón por la grosera y vulgar intervención y los horrendos asesinatos perpetrados por sus tropas contra la población vietnamita; visitó Cuba (20 de marzo de 2016), y el comportamiento, fuera del restablecimiento de relaciones diplomáticas, fue el mismo. Realizó estas visitas como parte de una estrategia para suavizar su imagen y encubrir los miles de asesinatos ejecutados durante las dos administraciones. Pretendió ganarse la simpatía de los retardados con estudiada espontaneidad y remilgada fidelidad matrimonial, dos "virtudes" a las que acuden los pusilánimes para convertirlo en paradigma.
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
11 de agosto de 2018