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II.- El gobierno peledeísta nos cobra la Tarjeta de Turista...

Hemos querido publicar este segundo reclamo sustentado en pruebas más que evidentes; de igual forma, el cónsul quisqueyano en San Juan recibió, de parte de un grupo de ciudadanos preocupados con esta violación, copias de varios boletos comprados por dominicanos (que incluyen el impuesto por concepto de la tarjeta de turista) para iniciar una disquisición "por los caminos oficiales".​..

Maritza Francisco, comunicadora dominicana y productora del espacio 'Revista 2000 Internacional', quien no ha descansado en la lucha que ha emprendido para que este gravamen no tengamos que pagarlo los dominicanos (gracias a la valiosa información que le fuera suministrada por una íntegra y servicial amiga), se comunicó con 'jetBlue Airways' señalándole que el "impuesto es para los turistas que arriban a la República Dominicana; no debe ni puede incluirse en los boletos que compran los dominicanos porque, aún se hayan naturalizado y posean pasaporte americano, no pierden su nacionalidad...". Sugirió a la aerolínea que haga "los arreglos de lugar para que en el formato de venta aparezca una pestaña o ventanilla donde se consigne la nacionalidad de quien esté comprando un boleto" e incluyó el código de un pasaje suyo en el que aparece el "Tourism Tax", que no le "corresponde pagar porque (es, NH) dominicana residente de los EE. UU.". Concluye su correo electrónico esperando que se le "reembolse dicho cargo y cese la inclusión del importe de la tarjeta de turista en la emisión de los boletos a los dominicanos que viajan a su país".

De manera ágil 'jetBlue' respondió a la comunicadora con el texto que mostramos a continuación, que transcribimos fielmente con los errores que pueda contener: "En efecto, el gobierno Dominicano ha declarado que se cargue a los clientes extranjeros el impuesto de turista al comprar el boleto y ya no al llegar al aeropuerto como se había estado haciendo hasta este punto. Nosotros no podemos hacer reembolso de dicho impuesto y usted tendrá que comunicarse directamente con el gobierno Dominicano para su reembolso. Aunque apreciamos su idea, el hecho de que los clientes tengan la opción de pagar $10 adicionales a la tarifa por un impuesto acarrearía problemas adicionales; muchos clientes optarían por mentir y no pagarlo en línea y de igual manera tendríamos que verificar y comprobar qué documentos son válidos o certeros, algo que no es responsabilidad de JetBlue y que legalmente tendría que ser supervisado. Por esta razón, cualquier cliente que desee un reembolso, tendrá que solicitarlo directamente al gobierno Dominicano".

Hemos querido publicar este segundo reclamo sustentado en pruebas más que evidentes; de igual forma, el cónsul quisqueyano en San Juan recibió, de parte de un grupo de ciudadanos preocupados con esta violación, copias de varios boletos comprados por dominicanos (que incluyen el impuesto por concepto de la tarjeta de turista) para iniciar una disquisición "por los caminos oficiales". Seguiremos siendo reiterativos; solicitamos, a la dirección de este medio (Acento), que se haga eco, no sólo con publicar nuestro grito, sino, como lo ha venido realizando históricamente con todo lo que perjudica al pueblo dominicano: editorializando o ejecutando un trabajo de periodismo investigativo (que, en este caso, desnude la maldad envuelta en la ordenanza de marras).

Es muy evidente que, con el decreto, la administración peledeísta está jugando a la abulia que nos arropa desde que Joaquín Balaguer asesinó los últimos hombres que parimos como sociedad. El gobierno está partiendo de una premisa que, en tanto concierne a sus propios intereses, la práctica cotidiana lo ha llevado a arrogarse: ninguno de nosotros se va a embarcar en solicitar un reembolso por haber pagado un impuesto cuyas gestiones remontarán los 10 dólares (además de que la gran mayoría no sabe que lo está pagando).

No es posible que los dominicanos en Puerto Rico, que somos los menos, seamos los únicos envueltos en esta lucha; los que residen en Estados Unidos (Nueva York, Massachusetts, Pensilvania, La Florida, New Jersey...), España, Venezuela, Chile, Argentina, Suiza, Italia, Alemania... no pueden permanecer impasibles ante este abuso. Es hora de que los dominicanos que viven en esos lugares, que son millones, se unan a nuestra causa para poner freno a este nuevo atropello contra la diáspora.

Terminaremos igual que como lo hicimos en el escrito anterior: "El fin del decreto no es evitar 'las colas y retardos' en los aeropuertos; es ingresar más dinero al erario para hacer lo que han venido haciendo: robarlo y destinarlo a la compra de elecciones. La vileza que reviste este decreto produce náuseas... Las dictaduras no sólo asesinan y coartan libertades, también saquean los recursos de sus ciudadanos de manera burda y descarada".

Fin...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
6 de mayo de 2018