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Completo.- El Mecanismo brasileño contra la Máquina dominicana...

La corrupción dominicana supera con creces la brasileña. Es mucho más sombrío y embrollado el entramado instalado en la República Dominicana, no sólo porque Odebrecht se había asentado en el mismo corazón del poder político, sino, por la influencia que el "tigueraje" ejerce sobre los avezados actores locales, razón por la que la película a filmar en suelo quisqueyano, con la formidable cinematografía de Brasil, debería llamarse "La Máquina"...

El Mecanismo brasileño contra la Máquina dominicana. Ambos esquemas cuentan con tres grupos: corruptores, corrompidos e intermediarios..
En 1984 estuvimos en Argentina haciendo una especialidad en Uso y Manejo del Gas [Natural y Licuado de Petróleo (GLP)] que fue cubierta con recursos de Gas del Estado -la tercera mayor empresa de su tipo en el mundo y, para la fecha, la segunda más importante de ese gran país, sólo detrás de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)- y de la Organización de Estados Americanos (OEA). El compromiso era, al retornar al país -y esto lo hemos dicho en varias ocasiones-, ponernos a disposición del Secretariado Técnico de la Presidencia para implementar normas y regulaciones en la utilización y manipulación del gas, desde el almacenamiento hasta su disponibilidad en las cocinas de los hogares dominicanos.

Sin temor a equivocarnos, éramos todo lo que el gobierno tenía a su disposición (fuera de los pocos recursos humanos establecidos en la pequeña refinería de petróleo y las exiguas distribuidoras y envasadoras que existían) para estandarizar y fiscalizar cada una de las etapas comprometidas con el proceso: distribución, fabricación del recipiente -aprobación de soldadura, presurización...-, transportación y conexión a la tubería o manga que alimenta los quemadores de las estufas. Para ser coherentes con el final a esta introducción, terminaremos como lo hemos hecho antes: la atención del gobierno dominicano fue la misma que recibimos de Jennifer López.

Mientras realizábamos la especialidad conocimos una singular mujer carioca que con su prodigioso y desenvuelto comportamiento nos estimuló a visitar Brasil, lo que no pudimos hacer, con vuelo reservado para unirnos a un íntimo amigo, porque nos vimos precisados a viajar a Caracas, Venezuela, ante el sensato pedido que nos hiciera un entrañable familiar.

Nuestra primera experiencia asociada al fútbol nos llegó por televisión con la duodécima edición de la Copa Mundial celebrada en España, del 13 de junio al 11 de julio de 1982, conquistada por Italia al derrotar 3 goles por 1 a la capitalista u occidental Alemania Federal (RFA) en el partido celebrado en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Favorecíamos a La Argentina (dicen que Jorge Luis Borges denostaba a quien omitiera el artículo); aún faltaban ocho años para la adhesión de la comunista u oriental Alemania Democrática (RDA) bajo la jurisdicción de la RFA, en un proceso que concluyó en una sola Alemania, hecho que volcó nuestras preferencias hacia el suelo que vio nacer a Beethoven y Lutero, desplazando al terruño de Quino ("padre" de Mafalda) y Messi a un cercano segundo lugar. Del "tano" Paolo Rossi disfrutamos sus extraordinarias ejecuciones aunque lo que más nos impresionó fue el juego ofensivo y creativo de Brasil.

El primer viaje que realizáramos al Viejo Mundo, en 1985, nos permitió hacer amistad con muchos brasileños. Que sucediera lo mismo en ocasiones posteriores nos facilitó analizar las características comunes a ambos pueblos. La alegría con la que cada uno vive es la misma; la samba y el merengue, contagiosos y tradicionales ritmos, son símbolos de identidad nacional que en ambos países devienen en importantes manifestaciones de cultura popular; vivimos con idénticas desigualdades sociales; unos y otros somos excepcionalmente corruptos, pero...

Ronda de Piedra fue una novela brasilera de "Rede Globo" que se transmitió para 1981 o 1982 cuya calidad nos impresionó; su linaje sobresalía sobre las insustanciales que se hacían en México, Venezuela o Puerto Rico. Por ella pudimos ver, en las siguientes tres décadas, Roque Santeiro, Doña Bella, El Rey del Ganado, El Clon y Mujeres de Arena (todas, extraordinarias producciones de Brasil), que han sido, junto a Escalona (Caracol TV, Colombia) y Kurt Seyit ve Şura (Ay Yapım ve Star TV, Turquía), las únicas novelas televisadas a las que hemos dedicado tiempo, tal como acabamos de hacer con la magnífica serie "O Mecanismo" ("The Mechanism", en inglés, o "El Mecanismo", en Español), filmada en São Paulo, Brasilia, Curitiba y Río de Janeiro (creación de José Padilha; actuación en rol principal de Caroline Abras, Enrique Díaz, Jonathan Haagensen y Selton Mello; dirección de Felipe Prado, José Padilha, Marcos Prado y Daniel Rezende; y producción de Caíque Martins Ferreira, Erik Barmack y José Padilha).

Nos diferencia, sin entrar en evaluaciones de campos esenciales, la superficie (km²: Brasil 8,515,770 vs. Dominicana 48,310); la población (habitantes: Brasil 208,385,000 vs. Dominicana 10,767,000); la música, la televisión y el cine (mientras Brasil simboliza la excelencia en los tres campos, Dominicana representa lo diametralmente opuesto en los dos primeros y apenas hace pininos en el tercero); el desarrollo económico e industrial (Brasil ocupa, según datos del año 2017 del Banco Mundial, la novena posición dentro de las mayores economías del mundo, mientras Dominicana ni siquiera aparece en la lista de las primeras setenta); y, la más importante de todas, porque tiene que ver con el alma y el corazón de las sociedades, el "tigueraje", ese cáncer que nos encumbra, además del gigante de América del Sur (¡y es mucho decir!), sobre los restantes 191 países, y que se ha convertido, en la patria de Caamaño y Fernández Domínguez, en "el centro de todo" (palabras que emulan el eslogan con el que se promociona un "mall" boricua).

Se hace innecesaria la explicación del significado de la palabra "tigueraje". Lo hizo Juan Bosch con su amplia obra sociopolítica; Minou Tavárez Mirabal al vaticinar que la sobrevaloración de la central eléctrica de Punta Catalina, a cargo de cuya construcción está Odebrecht (¡bingo!), se convertiría “en el Sun Land y los aviones Tucanos, multiplicados”, del gobierno de Danilo Medina -respondiendo a los insultos de Rubén Bichara, típicos “del tigueraje político en el Partido de la Liberación Dominicana”-; y, en varios escritos que este mismo medio (Acento) ha publicado, también nosotros.

La sociedad ha sido castrada por el "tigueraje"; las perversas ejecuciones que de él derivan son cada vez más "refinadas". No hay manera de que no nos turbemos ante la aparición de un nuevo escándalo (de corrupción o cualquier otro tipo). A la vez que ejecuta y mutila el medio, el "tigueraje" se presta para seducirlo y embobarlo.

Odebrecht, un consorcio brasileño presente en varias naciones, ha sido acusado por “a Polícia Federal” de liderar un "cartel" de lavado de dinero, sobornos y evasión de impuestos que financiaba las campañas electorales de políticos de Brasil y otros países (mediante la operación "Lava Jato", nombre proporcionado por "Posto da Torre", gasolinera con varias fachadas -lavado de autos, venta de kebabs y cambio de monedas- ubicada en el centro de Brasilia detrás de la cual accionaba "un negocio ilegal de transferencia de fondos que su propietario Carlos Habib Chater dirigía junto a su socio Alberto Youssef").

El “cartel” lo integraban OAS (César Mata Pires, su accionista mayoritario, fallecido a causa de un infarto el 22 de agosto de 2017, fue el delator principal de la operación), Camargo Correa, Andrade Gutiérrez, UTC Engenharia, Queiroz Galvao, Engevix, Galvao Engenharia, GDK S.A., IESA Óleo e Gás, Mendes Júnior, MPE Montagens e Projetos, Promon Engenharia, Skanska, Toyo Setal y Techint; se valía, para acordar, recaudar y traspasar las "coimas", de Habib y Youssef, los cambistas que hacían de intermediarios y operaban desde la estación de expendio de gasolina.

La operación, además de involucrar a Petrobras (firma petrolera propiedad del Estado con participación extranjera privada), políticos, intermediarios, legisladores y gobernadores, llevó a un tribunal a dictar sentencia contra el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, "encontrado culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero". Propició, además, "de manera indirecta", la destitución de Dilma Rousseff.

Sergio Moro, juez federal de primera instancia -formado en Estados Unidos en lavado de dinero-, encabeza la operación contra el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, y la dirige desde Curitiba, capital del Estado de Paraná: "Ha puesto contra las cuerdas a la flor y nata de las constructoras brasileñas y no le ha temblado el pulso a la hora de investigar y procesar...". Deltan Dallagnol, fiscal del Ministerio Público Federal, con una maestría en la Universidad de Harvard (versada en delitos financieros y también en lavado de dinero), "coordina una fuerza de trabajo que investiga y cursa las denuncias que llegan a la mesa de Moro; ha ganado notoriedad por sus encendidos discursos en contra de la cultura de la impunidad y corrupción en Brasil...". Gerson Machado, delegado de la Policía Federal hoy jubilado, fue quien, en 2008, inició las investigaciones, cinco años antes de que comenzara la operación 'Lava Jato'; le había dicho al diario 'O Estado', de São Paulo, "que fue apartado de las investigaciones y prejubilado, lo que, a sus 49 años, le causó depresión".

El esquema fraudulento contaba con tres grupos: corruptores, "encarnados por las principales empresas constructoras de Brasil"; corrompidos, "que eran altos ejecutivos de Petrobras y políticos que mantenían a esos ejecutivos en sus cargos"; e intermediarios, "que hacían de puente entre unos y otros para negociar las cuantías de los sobornos, cobrarlos y hacerlos llegar a sus destinatarios".

Las constructoras pagaban sobornos a ejecutivos y políticos "a cambio de adjudicaciones a dedo de grandes contratos licitados por Petrobras. En el marco de esos contratos, las cuantías desembolsadas por Petrobras a las constructoras eran infladas por encima de las tarifas de mercado, de manera que al final quien pagaba la cuenta de la corrupción era la propia Petrobras y, en última instancia, el contribuyente brasileño. Se calcula que la trama corrupta expolió más de 2,000 millones de dólares de las arcas de Petrobras; más de mil ya han sido recuperados tras un rosario de condenas y negociaciones con ejecutivos y políticos, pero la Fiscalía pretende que los responsables compensen a la compañía con un total mucho mayor".

Marcelo Odebrecht, presidente de la mayor constructora de Brasil, "con el dominio de las inversiones de infraestructura en América Latina", está hoy bajo arresto. Ha hecho "revelaciones explosivas" que destapan el mismo método fraudulento en la mayoría de los países donde opera dicha firma.

"O Mecanismo, The Mechanism o El Mecanismo", producción brasileña a la "que hemos dedicado tiempo", narrada en "off" por los protagonistas que hacen el papel de policías, recoge de la vida real los mismos hechos y personajes que hemos descrito y aludido en párrafos previos. La serie, que en su primera temporada consta de ocho capítulos, retrata, diferenciando la ficción de la realidad, y discriminando los hechos veraces de los no fidedignos, el más complejo cuadro de corrupción orquestado en nación alguna (lógicamente, como no hay certezas absolutas fuera de las ciencias, sí hay un país en el mundo, “colocado en el mismo trayecto del sol... triste y oprimido...”, que supera con creces ese esquema corrupto, y es el que da cobijo a los dominicanos, que ha sido degradado por el "tigueraje" propio de los más espeluznantes y peligrosos depredadores que habitan el planeta).

Es nuestro deber, aún no recibamos remuneración por promocionar retrato tan fehaciente de la descomunal degeneración que arropa a la República Dominicana, exhortar a que la serie sea vista: dos capítulos tienen una duración de 45 minutos, cuatro de 42, uno de 39 y el último de 52. Al verla, después de repetir en innumerables ocasiones "igualito que aquí", o "aquí es peor", cada telespectador concluirá que sólo el enraizamiento del "tigueraje" es lo que ha permitido, y permitirá, que quienes saquean el erario campeen por sus fueros como los dueños absolutos de la patria por la que Duarte, Sánchez y Mella ofrendaron sus vidas.

Los dominicanos no podremos, durante mucho tiempo (quizás nunca), ver lo que sucede en nuestras entrañas llevado a la pantalla chica tal como lo hizo Brasil. Lo idóneo sería que una genuina representación de nuestra burguesía (si es que existe) se casara con la gloria, aunque, en una sociedad subyugada por la depravación, es prácticamente imposible que ese anhelado sujeto pueda aflorar y apelar al elenco que participó y dio vida a "El Mecanismo", para que, del suelo de nuestros grandes y presuntuosos delincuentes, podamos realizar una cinta que lleve por título "La Máquina" y muestre la descarada manera con la que es desvalijado hasta del vello púbico de nuestras mujeres.

Capitalizando las palabras que nos atañen, sin apelar a consideraciones muy técnicas, podemos definir "El Mecanismo" como el conjunto de componentes conectados entre sí que constituyen "La Máquina". Esta, en su verdadero contexto, se adjudica una valoración más alta, precisión que trasladada al campo de la corrupción y el envilecimiento (evasión de impuestos, sobornos... lavado de dinero) lleva a considerar mucho más sombrío y embrollado el entramado instalado en la República Dominicana, no sólo porque Odebrecht se había asentado en el mismo corazón del poder político, sino, por la influencia que el "tigueraje" ejerce sobre los avezados actores locales, razón por la que la película a filmar en suelo quisqueyano, con la formidable cinematografía de Brasil, debería llamarse "La Máquina".

Como no hay un solo gerifalte preso, el celuloide tendría que concentrarse en la abstracta pero real impunidad o falta de castigo. Alguien publicó en Facebook que "el tíguere tiene como ley principal salir bien parado de cualquier situación, no importa las armas que use". La expansión del "tigueraje" es exponencial, palabra que significa crecimiento desenfrenado hacia el infinito, que “traducido al dominicano” pretende ser lo que cada lector piensa si ha llegado hasta aquí.
Nota: las informaciones descriptivas que dan cuerpo al escrito, mostradas en itálicas, han sido tomadas de varios periódicos: Acento.com.do y Hoy, de República Dominicana; El País, de España; La República, de Ecuador; Metro y O Globo, de Brasil; BBC Mundo, del Reino Unido; La Voz, de Argentina; ALD (Antilavadodedinero.com), de Panamá; y El Comercio, de Perú.
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
4 de abril de 2018