III.- El Mecanismo brasileño contra la Máquina dominicana...
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El esquema fraudulento contaba con tres grupos: corruptores, "encarnados por las principales empresas constructoras de Brasil"; corrompidos, "que eran altos ejecutivos de Petrobras y políticos que mantenían a esos ejecutivos en sus cargos"; e intermediarios, "que hacían de puente entre unos y otros para negociar las cuantías de los sobornos, cobrarlos y hacerlos llegar a sus destinatarios".
Las constructoras pagaban sobornos a ejecutivos y políticos "a cambio de adjudicaciones a dedo de grandes contratos licitados por Petrobras. En el marco de esos contratos, las cuantías desembolsadas por Petrobras a las constructoras eran infladas por encima de las tarifas de mercado, de manera que al final quien pagaba la cuenta de la corrupción era la propia Petrobras y, en última instancia, el contribuyente brasileño. Se calcula que la trama corrupta expolió más de 2,000 millones de dólares de las arcas de Petrobras; más de mil ya han sido recuperados tras un rosario de condenas y negociaciones con ejecutivos y políticos, pero la Fiscalía pretende que los responsables compensen a la compañía con un total mucho mayor".
Marcelo Odebrecht, presidente de la mayor constructora de Brasil, "con el dominio de las inversiones de infraestructura en América Latina", está hoy bajo arresto. Ha hecho "revelaciones explosivas" que destapan el mismo método fraudulento en la mayoría de los países donde opera dicha firma.
"O Mecanismo, The Mechanism o El Mecanismo", producción brasileña a la "que hemos dedicado tiempo", narrada en "off" por los protagonistas que hacen el papel de policías, recoge de la vida real los mismos hechos y personajes que hemos descrito y aludido en párrafos previos. La serie, que en su primera temporada consta de ocho capítulos, retrata, diferenciando la ficción de la realidad, y discriminando los hechos veraces de los no fidedignos, el más complejo cuadro de corrupción orquestado en nación alguna (lógicamente, como no hay certezas absolutas fuera de las ciencias, sí hay un país en el mundo, “colocado en el mismo trayecto del sol... triste y oprimido...”, que supera con creces ese esquema corrupto, y es el que da cobijo a los dominicanos, que ha sido degradado por el "tigueraje" propio de los más espeluznantes y peligrosos depredadores que habitan el planeta).
Es nuestro deber, aún no recibamos remuneración por promocionar retrato tan fehaciente de la descomunal degeneración que arropa a la República Dominicana, exhortar a que la serie sea vista: dos capítulos tienen una duración de 45 minutos, cuatro de 42, uno de 39 y el último de 52. Al verla, después de repetir en innumerables ocasiones "igualito que aquí", o "aquí es peor", cada telespectador concluirá que sólo el enraizamiento del "tigueraje" es lo que ha permitido, y permitirá, que quienes saquean el erario campeen por sus fueros como los dueños absolutos de la patria por la que Duarte, Sánchez y Mella ofrendaron sus vidas.
Los dominicanos no podremos, durante mucho tiempo (quizás nunca), ver lo que sucede en nuestras entrañas llevado a la pantalla chica tal como lo hizo Brasil. Lo idóneo sería que una genuina representación de nuestra burguesía (si es que existe) se casara con la gloria, aunque, en una sociedad subyugada por la depravación, es prácticamente imposible que ese anhelado sujeto pueda aflorar y apelar al elenco que participó y dio vida a "El Mecanismo", para que, del suelo de nuestros grandes y presuntuosos delincuentes, podamos realizar una cinta que lleve por título "La Máquina" y muestre la descarada manera con la que es desvalijado hasta del vello púbico de nuestras mujeres.
Capitalizando las palabras que nos atañen, sin apelar a consideraciones muy técnicas, podemos definir "El Mecanismo" como el conjunto de componentes conectados entre sí que constituyen "La Máquina". Esta, en su verdadero contexto, se adjudica una valoración más alta, precisión que trasladada al campo de la corrupción y el envilecimiento (evasión de impuestos, sobornos... lavado de dinero) lleva a considerar mucho más sombrío y embrollado el entramado instalado en la República Dominicana, no sólo porque Odebrecht se había asentado en el mismo corazón del poder político, sino, por la influencia que el "tigueraje" ejerce sobre los avezados actores locales, razón por la que la película a filmar en suelo quisqueyano, con la formidable cinematografía de Brasil, debería llamarse "La Máquina".
Como no hay un solo gerifalte preso, el celuloide tendría que concentrarse en la abstracta pero real impunidad o falta de castigo. Alguien publicó en Facebook que "el tíguere tiene como ley principal salir bien parado de cualquier situación, no importa las armas que use". La expansión del "tigueraje" es exponencial, palabra que significa crecimiento desenfrenado hacia el infinito, que “traducido al dominicano” pretende ser lo que cada lector piensa si ha llegado hasta aquí.
Fin...Nota: las informaciones descriptivas que dan cuerpo al escrito, mostradas en itálicas, han sido tomadas de varios periódicos: Acento.com.do y Hoy, de República Dominicana; El País, de España; La República, de Ecuador; Metro y O Globo, de Brasil; BBC Mundo, del Reino Unido; La Voz, de Argentina; ALD (Antilavadodedinero.com), de Panamá; y El Comercio, de Perú.
Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
3 de abril de 2018