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III.- Las mentiras del imperio...

Siria y Libia eran países prósperos; manejaban sus propias economías sin el auxilio de las grandes potencias, administraban su petróleo con efectividad, habían establecido sistemas de educación y salud de calidad y sus ciudadanos gozaban de un bienestar que superaba el de muchos occidentales. Al ser ignoradas, las grandes potencias se "enfadaron" y asesinaron a Gadafi y a cientos de miles de libios para saquear sus recursos y fortalecer sus monedas​...

Siria y Libia eran países prósperos; manejaban sus propias economías sin el auxilio de las grandes potencias, administraban su petróleo con efectividad, habían establecido sistemas de educación y salud de calidad y sus ciudadanos gozaban de un bienestar que superaba el de muchos occidentales. Al ser ignoradas, las grandes potencias se "enfadaron" y asesinaron a Gadafi y a cientos de miles de libios para saquear sus recursos y fortalecer sus monedas (dólar, euro y libra esterlina); acudiendo a la mentira pretenden hacer, en estos momentos, exactamente lo mismo con Siria y su gobernante.

Sionistas, imperialistas y subordinados (británicos y franceses viles y cobardes) persiguen destruir las naciones árabes con tal de quedarse con sus tierras y apropiarse de su petróleo. Mentir ha sido el característico accionar del imperio norteamericano desde que la Segunda Guerra Mundial le confirió esa categoría. Los poderosos gringos, apelando al doblez, han asesinado millones de seres humanos por toda la geografía universal. Sólo una persona desquiciada o muy lerda podría atreverse a usar armas químicas con el aparato militar norteamericano encima de sus narices, sobre todo después que esa máquina de destrucción y muerte ha destrozado el país y acribillado a sus habitantes, y, hasta donde sabemos, Bashar al-Ásad, presidente de Siria, ni está loco ni es un torpe.

Se ha demostrado que el supuesto ataque con armamentos químicos fue un abyecto espectáculo organizado por norteamericanos y judíos; se valieron de los 'cascos blancos', grupo de defensa civil aliado a los terroristas islámicos (todos, creados y financiados por Israel y EE. UU.), para organizar un montaje en el que se filmó, en el único hospital que funcionaba en el área, un presunto ataque contra civiles mediante el uso de sustancias tóxicas. El Ministerio de Exteriores de Siria ha acusado al gobierno norteamericano de basarse en mentiras para justificar ataques contra su territorio. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) había expresado su disposición a investigar el caso, pero a Washington no le interesaba. "De cualquier manera que actúe el Consejo de Seguridad de la ONU, EE. UU. responderá". Así se expresó Nikki Haley, la perversa representante del verdadero "Imperio del Mal" ante la Organización de las Naciones Unidas. EUA respondió sin esperar los resultados de las investigaciones: llevó a cabo, junto a Inglaterra y Francia, sus subordinados por excelencia, bombardeos con misiles.

Hasta la fecha no se han encontrado huellas de sustancias venenosas ni tampoco se han podido ubicar "los cadáveres de las supuestas víctimas o los cementerios donde están enterrados". Ni los habitantes de Guta ni los médicos del hospital pudieron dar testimonio sobre la fábula acerca del uso de material tóxico. Tampoco lo hicieron terroristas financiados por Occidente que han entregado sus armas y, como excombatientes opositores, hacen vida normal. "El incidente fue un montaje", habría dicho Vasili Nebenzia, embajador ruso ante las Naciones Unidas.

Como dijera Hugo Chávez -ese valiente, arrojado y entrañable comandante que habló por todos nosotros-, "¡váyanse al carajo, yanquis de mierda!" Con toda seguridad no lo vamos a ver, pero, algún día, sobre ustedes recaerá toda la maldad, todo el daño y todo el sufrimiento que han proporcionado a miles de millones de habitantes de este planeta, y ese día irá alguien a nuestra morada definitiva, con una flor, un libro o un cigarro, a contárnoslo...

Fin...

Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
12 de abril de 2018