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II.- Imbert, la prensa dominicana y el PLD: antivalores que deforman la sociedad...

Imbert Barrera y sus serviles pretenden, mostrando un documento que Bernard Diederich había mencionado en la primera edición de junio de 1978 de su obra 'Trujillo. La Muerte del Dictador' ("documento de cinco páginas" señala Diederich, y no de cuatro como ha sido desempolvado por Miguel Guerrero, servil de la oligarquía y comerciante por excelencia de la desgracia dominicana), desvirtuar la verdad de los acontecimientos que culminaron con el ajusticiamiento de Trujillo...

¿Fue Imbert el líder del tiranicidio?
«"Nada se hace en este país sin órdenes. Nada. Los militares ni nadie se mueven sin órdenes. Tienen treinta y un años de acondicionamiento para obedecer las órdenes de un hombre: Trujillo. Cuando él se vaya, nosotros daremos esas órdenes y ellos obedecerán", expresaba Juan Tomás (Díaz). Una proclama al país firmada por el secretario de las Fuerzas Armadas, después de la muerte de Trujillo, bastaría para echar la bola a rodar. "Habrá un efecto desconcertante tan pronto como el cambio sea establecido por Pupo (Román)", se aseguraban entre sí (los conjurados). La proclama también llevaría los nombres de Juan Tomás (Díaz) y (Antonio) De la Maza. Estos nombres propiciarían la adhesión de (otros) generales...». (Paréntesis míos, NH).
Antonio Imbert barrera y John Bartlow Martin [este último, enviado norteamericano (en 1965; embajador en 1963); fue el hombre clave de Kennedy en el país para el golpe de Estado que derrocó a Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963]

¿Dónde está el liderato que Antonio Imbert Barreras quiere arrogarse cuando no queda nadie vivo de los que ajusticiaron a Trujillo? ¿Por qué la prensa subordinada al capital sucio no ha cuestionado el panfleto legado por el golpista, delator y traidor llamado Antonio Imbert Barreras?

Muertos todos los actores, incluyéndolo a él, Antonio Imbert Barreras deja un insulso escrito reclamando un protagonismo que no tuvo y que la servil prensa, como es costumbre en un país carente de medios serios y objetivos, ha publicado sin investigar. Resulta más 'cómodo' servir a intereses oscuros que servir a la verdad.

"Vamos, vamos", le urgía imperativamente Antonio de la Maza cuando el automóvil de Trujillo pasaba rápidamente del otro lado de la pista. ¿Se le habla así al líder?

"Párate, párate, carajo, párate", le habría gritado con enojo De la Maza a Imbert después que Trujillo y su conductor resultaran heridos con los disparos realizados por él y el teniente Amado García, que por ser tiradores experimentados estaban sentados "en el lado derecho del automóvil para encargarse de la mayor parte de la tarea". ¿Se le grita así al líder?

"¿Y qué hacemos con el chófer?", pregunta Imbert Barreras a Antonio de la Maza, verdadero propiciador del ajusticiamiento de Trujillo. ¿Es la pregunta de un líder? (Al ver la forma en que Diederich formula la interrogación asoma a nuestra memoria la cara de 'mosquita muerta' a la que siempre acudía para burlarse de toda la nación).

Es sumamente extraño que transcurrido cierto tiempo después del magnicidio, y conociendo el servicio de inteligencia que Pedro Livio Cedeño había admitido, herido de gravedad y bajo una paliza, su participación con la sola mención del nombre de "Pupo, Pupo (Román)", "el jefe de estado mayor del ejército" (sic) enviara "un telegrama urgente," (con el) "número 23031, a todos los comandantes del ejército", que rezaba como sigue:
"Transmita órdenes a sus soldados de que si algún oficial comandante de alguna compañía, campamento o puesto avanzado bajo su comando permite que Juan Tomás Díaz, Modesto Díaz, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, Amado García Guerrero, Luis Salvador Estrella, César Estrella, Luis Amiama Tió o Franklin Díaz Montaño escapen mientras crucen su zona o frontera, será fusilado por negligencia".
Nota: Comillas de Bernard Diederich ('Trujillo. La Muerte del Dictador').

¿No falta alguien? ¿Por qué el nombre de Antonio Imbert Barreras no fue incluido en el telegrama enviado por el jefe del Ejército?

Imbert Barreras y sus serviles pretenden, mostrando un documento que Bernard Diederich había mencionado en la primera edición de junio de 1978 de su obra 'Trujillo. La Muerte del Dictador' ("documento de cinco páginas" señala Diederich, y no de cuatro como ha sido desempolvado por Miguel Guerrero, servil de la oligarquía y comerciante por excelencia de la desgracia dominicana), desvirtuar la verdad de los acontecimientos que culminaron con el ajusticiamiento de Trujillo.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
6 de junio de 2016