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Completo.- Leonel Fernández, nuevo oligarca de la sabiduría...

Reconocimiento de Leonel Fernández a la acumulación originaria que la corrupción ha proporcionado a sus acólitos. Como dijera Juan Bosch acerca del 'Oligarca de la Sabiduría', "Cuando se dan juntas en una persona la incapacidad para relacionar valores y la actitud filosófica idealista, la situación se hace compleja..."

Los máximos exponentes de la corrupción dominicana... El de la izquierda, gobernó el país por doce años (si Balaguer no hubiese asesinado lo mejor de la juventud dominicana, Fernández Reyna lo remontaría como el más ultrajante y deshonroso de los gobernantes)
Leonel Fernández, nuevo oligarca de la sabiduría. Fernández y Danilo Medina son instrumentos de la oligarquía; representan a un frente oligárquico que, aunque es clase dominante, no se ha constituido en clase gobernante...
Para que haya un debate, mis contrincantes tendrían que saber conceptualizar, y si usted observa, hay un déficit de conceptualización; entonces, frente a eso, ir a un debate carecería de sentido, es una ridiculez, hay una severa crisis de pensamiento”, diría Leonel Fernández al referirse a los candidatos de la oposición, el miércoles 9 de abril de 2008, un mes y una semana antes de la contienda electoral de ese año. "Su error estuvo en referirse solamente a los políticos; debió incluir los empresarios, los abogados, los ingenieros, los médicos, los contables, las universidades..., en fin, todos los componentes de la sociedad", diríamos nosotros en 'Crisis de pensamiento y conceptualización: ¡Cuánta razón tiene Leonel Fernández!', artículo que publicamos el 9 de abril de 2011.

Aquellas expresiones, 8 años después, vuelven a tener vigencia en un país que ni se instruye ni le interesa hacerlo; el atraso nivela todas las actividades de la sociedad, no importa si involucran periodistas y medios de comunicación, abogados y régimen judicial, ingenieros y obras públicas o médicos y sistema de salud.

La sociedad dominicana, a los pocos meses de haberse instalado el primer gobierno del Dr. Leonel Fernández, siempre presta para todo lo que tiene que ver con el desorden y la falta de seriedad, se inventó un método que muestra cómo el presidente del PLD articula sus discursos, al que bautizó con el nombre de 'Curso acelerado para aprender a hablar como Leonel Fernández', que funciona de la siguiente manera:
Se conforman cuatro columnas con el número de frases que se desee para cada una (la cantidad no tiene que ser necesariamente la misma). Siguiendo el orden establecido, se toma una frase de cada columna generando un párrafo que, además de absurdo e incomprensible, sonará hermosísimo, casi filosófico, y hará lucir a quien lo pronuncie como un "extraordinario conceptualizador". No es necesario que las frases se correspondan con el mismo número dentro de cada columna; "mientras más variaciones se hagan más peso e importancia tendrá lo dicho...", dice una de las tantas versiones que proliferan en Internet mostrando tan "atractivo recurso" para la comunicación.

Dos ejemplos servirán para mostrar el "ingenio" de la deformación social dominicana, proclive a satirizar sus desgracias en lugar de enfrentarlas con una firme actitud de cambio:

1.- La práctica de la vida cotidiana prueba que (tomada de columna 1) / la complejidad de los estudios de los dirigentes (tomada de columna 2) / garantiza la participación de un grupo importante en la formación (tomada de columna 3) / de las direcciones educativas en el sentido del progreso. (tomada de columna 4)

2.- Queridos compañeros, (columna 1) / el desarrollo continuo de distintas formas de actividad (columna 2) / obstaculiza la apreciación de la importancia (columna 3) / del sistema de participación general. (columna 4)
El domingo 17 de abril, varios periódicos dominicanos, incluyendo algunos digitales, publicaron la siguiente noticia, aparentemente redactada por el propio PLD (ya que se muestra idéntica en todos): "El presidente del Partido de la Liberación Dominicana, doctor Leonel Fernández, aseguró... que esa organización ha creado y desarrollado dirigentes políticos con capacidad para manejar las diferentes áreas del Estado dominicano. Fernández Reyna agregó que, como consecuencia de su ejercicio en el poder, el PLD es un partido que ya cuenta con una clase gobernante disponible para el desarrollo de la sociedad dominicana desde el manejo mismo del Estado. Explicó que lo que se refiere a la parte económica ya corresponde a la estructura productiva de la sociedad, que es otro ángulo de la cuestión...".

Si desglosamos estas declaraciones, cargadas de un monumental error conceptual o, en su defecto, de un disfrazado reconocimiento a la acumulación originaria que existe en el saqueo al erario, bajo su peculiar forma de hablar (que debería ser rebautizada como "leonelada", tal y como se nombrara cantinflada a la forma de Cantinflas emitir palabras: hablar mucho y no decir nada), tendríamos unas expresiones fieles al método que la holganza y la degradación de las buenas costumbres adjudican al expresidente.

Las palabras que la prensa publica sin siquiera analizarlas, "que además de complicadas suenan hermosísimas" ("conceptualizadas" por algún organismo insulso del PLD), no son más que una barbaridad orquestada por alguien a quien, como diría nuestra madre de estar viva, "las cosas le entran por un oído y le salen por el otro". El Dr. Leonel Fernández no tiene un solo concepto, teoría o postulado que haya desarrollado con criterio propio que no sea el que puso en marcha para corromper al PLD y toda la infraestructura sociopolítica legada por Juan Bosch. La lectura, actividad que el "conceptualizador" practica con fervor y pasión, no le ha servido en absoluto para la consolidación de una identidad genuina; la falta de originalidad, criterios e ideas propias, y la megalomanía enfermiza con la que estampa cada una de sus acciones, lo han llevado a citar (porque entiende que le confiere estatus) y a copiar lo que otros han desarrollado, al punto de exponer su mediocridad creativa cuando pretendió justificar el fracaso de la privatización -capitalización fue el término empleado- de la Corporación Dominicana de Electricidad (por él mismo implementada "porque era lo que se estilaba para la época en otros países de la región") con "la no funcionalidad de los modelos".

Lo que realmente llama la atención dentro de las expresiones emitidas por el Dr. Fernández no radica en las leoneladas a las que nos tiene acostumbrados y que la prensa publica como si fueran noticias importantes y frescas, algo que le revive ese delirio de grandeza que lo lleva a situarse a la diestra de Dios Padre; lo que sobresale por la capacidad de hacer el ridículo descansa en lo que hemos advertido con anterioridad cuando señalamos que sus declaraciones están "cargadas de un monumental error conceptual o, en su defecto, de un disfrazado reconocimiento a la acumulación originaria que existe en el saqueo al erario". Federico Engels, en el prefacio que hizo al III Tomo de "El Capital", de Carlos Marx, decía: "Donde quiera que se presenta la ocasión de ponerse en ridículo a propósito de algún problema difícil, aparece indefectiblemente el profesor Julius Wolf, de Zurich". ¿Coincidencia que ambos hayan sido profesores?

No es posible que Leonel Fernández haya expresado que "el PLD es un partido que ya cuenta con una clase gobernante disponible para el desarrollo de la sociedad dominicana desde el manejo mismo del Estado" y que ni un solo periodista, sobre todo de los que militaron en la izquierda y se "alaban excesiva y presuntuosamente", haya objetado semejante temeridad. Como expresara Juan Bosch en sus polémicas con Juan Isidro Jimenes Grullón, "Nuestro sabio tiene la cabeza tan llena de conocimientos que no le queda espacio para algunas de las cosas que dice".

Si el expresidente emitió estas declaraciones "cargadas de un monumental error conceptual", algo que no debe sucederle a quien barrió el piso con el intelecto dominicano, que existe aunque no abunde, pone de manifiesto que no asimiló nunca el tan sazonado boschismo que el PLD asumió como suyo, según reza el artículo 6 de sus estatutos: "El boschismo constituye la teoría oficial del Partido, entendida como un conjunto de principios, interpretaciones de acontecimientos históricos, sociológicos, políticos, e ideológicos, métodos y lineamientos organizativos desarrollados en la obra política del profesor Juan Bosch y demostrados con su ejemplar vida patriótica e intelectual".

El Dr. Leonel Fernández debería saber, "como sabio y genio que es", que las clases sociales están determinadas por la posición que se ocupa en las relaciones de producción; y que el hecho de que el PLD haya "creado y desarrollado dirigentes políticos con capacidad para manejar las diferentes áreas del Estado dominicano" no les confiere categoría de clase social ni los convierte en clase gobernante. Los peledeístas, con él y Danilo Medina a la cabeza, son instrumentos de una clase que detenta el poder en República Dominicana: la oligarquía. Son representantes de un frente oligárquico que, aunque es clase dominante, no se ha constituido en clase gobernante; conformado por militares, terratenientes, banqueros, importadores y exportadores, burgueses sin conciencia de clase, dueños de periódicos, la Embajada Americana, la Iglesia Católica y un sector de la pequeña burguesía "que le sirve de instrumento nacional de poder y al mismo tiempo aspira a integrarse en él al nivel más alto..." (Juan Bosch, "Dictadura con Respaldo Popular", Cuarta Edición, Santo Domingo, 1991, Pág. 154). Igual sirvieron Joaquín Balaguer y los reformistas y Salvador Jorge Blanco e Hipólito Mejía y los perredeístas; no así Antonio Guzmán, oligarca que ejerció el poder con apoyo de los obreros y la pequeña burguesía, en un caso muy particular de la sociopolítica dominicana.

Si, en cambio, Leonel Fernández emitió sus declaraciones "disfrazando la acumulación originaria que existe en el saqueo al erario", entonces las mismas están revestidas de una gravedad que perturba. Está reconociendo que tanto él como sus socios del Comité Político son oligarcas, ricos, dueños de inmensas fortunas que el trabajo honesto y pulcro, como debe ser el de los funcionarios, no proporciona. La clase dominante dominicana ha sido históricamente la oligarca, pero la clase gobernante ha recaído en la pequeña burguesía, incluso en miembros de las capas bajas (Trujillo, Balaguer, Bosch, Danilo Medina y el propio Leonel Fernández; Hipólito Mejía y Salvador Jorge Blanco se ubican en las capas altas). La historia reciente señala a Antonio Guzmán como único oligarca que ha gobernado el país; los demás han sido expresiones fieles de la pequeña burguesía que han gobernado al servicio de la oligarquía. Se dio el caso de un aspirante a la presidencia proveniente de la burguesía, pero la oligarquía le cerró el paso con apoyo casi unánime de la pequeña burguesía: Jacinto Peynado era el nombre de ese aspirante.

El boschismo, para Leonel Fernández y sus secuaces, es pura pantalla; el Dr. Euclides Gutiérrez Félix es el único peledeísta que ha asimilado las teorías de Juan Bosch, y, por tanto, parte de los conceptos emitidos por Engels y Marx, aunque lamentablemente se contaminó con la perversa actuación que su partido ha exhibido en la dirección del Estado. El Dr. Fernández debe continuar exponiendo acerca de la volatilidad del mabí seibano, del estudio del vuelo de la mariposa que se lleva a cabo en el Nueva York chiquito o sobre el incremento del contenido de agua bendita que tiene la uva de Neiba, pero debe callarse la boca si pretende relacionar valores que su cerebro no puede procesar.

Como dijera Juan Bosch acerca del Oligarca de la Sabiduría, "Cuando se dan juntas en una persona la incapacidad para relacionar valores y la actitud filosófica idealista, la situación se hace compleja, porque el idealismo, por sí solo, hace difícil el proceso en virtud del cual la mente humana queda preparada para ver la realidad tal como es... El que pretenda influir desde afuera en una cabeza donde se reúnan la incapacidad para relacionar valores y la actitud filosófica idealista, se pasará la vida en un trabajo inútil... Para que se produzca un cambio, el sujeto afectado por ese doble mal debe aceptar que está equivocado; debe reconocer con auténtica humildad que su incapacidad para relacionar valores es un obstáculo serio en el camino de una transformación, es decir, en la tarea de dejar de ser idealista...".

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
21 de abril de 2016