[III de V] Deformación social dominicana: de Pedro Santana a Leonel Fernández...
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Continuará...Carlos Felipe Morales Languasco: presidente de la República de 1903 a 1906. No ocultó sus simpatías por Estados Unidos, país al que concedería la administración de las aduanas (favoreció un acuerdo que otorgaba los ingresos aduaneros a un agente nombrado por Washington). El descontento generalizado lo llevó a asilarse en la legación norteamericana, desde la que hizo efectiva su renuncia a la presidencia.
Ramón Cáceres: gobernó desde el 12 de enero de 1906 al 19 de noviembre de 1911. Durante su mandato, confirmó el protectorado estadounidense y el llamado "modus vivendi" que caracterizó las relaciones con Estados Unidos. Practicó una política represiva para mantenerse en el poder. El 19 de noviembre de 1911 fue asesinado 'mientras paseaba con una de sus mujeres'.
Eladio Victoria y Victoria: ejerció como presidente provisional de la República en 1911. Su familia llegó a ser una de las más poderosas del país. Practicó el nepotismo, nombrando a todos sus parientes en los principales puestos del gobierno. Para mantenerse en el poder gastó grandes sumas de dinero, aunque con dicha acción no pudo frenar su descalabro. Estados Unidos, ante el temor de perder sus beneficios, realizó una intervención política y militar que provocó su renuncia.
José Bordas Valdez: accionó como presidente provisional de la República Dominicana tras la renuncia de Monseñor Nouel. Ejerció entre abril de 1913 y agosto de 1914. Fue escogido para permanecer un año en el poder y preparar unas elecciones que asegurasen la constitucionalidad del sistema político. Resultó vencedor, mediante fraude, en las elecciones del 15 de junio de 1914. Tuvo que renunciar el 27 de agosto de 1914.
Ramón Báez Machado: gobernó provisionalmente de agosto a diciembre de 1914 a disposición de los intereses de Washington. Promulgó un decreto concerniente a las imputaciones que se hicieran a los funcionarios públicos en el que se establecía que, cuando respondieran a la verdad, no serían consideradas difamatorias ni injuriosas.
Juan Bautista Vicini Burgos: fungió como presidente títere entre 1922 y 1924 bajo la ocupación militar de Estados Unidos. Aunque gobernó con buenas intenciones y celebró elecciones limpias, dejó sentadas las bases, desde el poder, para uno de los más enigmáticos capitales que conoce el país.
Rafael Leónidas Trujillo Molina: gobernó en forma despótica y corrupta desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Por 31 años encabezó una de las más sangrientas dictaduras que ha conocido América Latina. Su gobierno se caracterizó por el culto a la personalidad y la represión. Las libertades civiles fueron inexistentes y se cometieron constantes violaciones a los derechos humanos. Fue responsable directo de la muerte de más de 30,000 personas.
Joaquín Balaguer: gobernó en los periodos 1961-1962, 1966-1978 y 1986-1996. Los asesinatos políticos fueron frecuentes durante sus administraciones. En sus primeros doce años murieron, por causas políticas, cerca de 2,000 personas. Durante sus gobiernos el país vivió bajo un híbrido de dictadura y democracia, con más rasgos de la primera que de la segunda.
Donald Reid Cabral: presidente del Triunvirato (en la práctica, presidente de facto) formado en septiembre de 1963 tras el golpe de Estado que derrocó al profesor Juan Bosch. Trató de erigirse en la figura principal del Triunvirato, anulando las funciones de sus compañeros e intentando mantenerse en el cargo -con actitudes despóticas- de manera indefinida. Bajo su régimen se generalizaron las aberrantes prácticas del contrabando, desfalco al erario y tráfico de influencias.
Antonio Imbert Barreras: presidente de facto de la República Dominicana, del 7 de mayo al 30 de agosto de 1965. Encabezó, en un acto de traición a la patria, durante la Guerra de Abril, la facción que enfrentó al gobierno constitucionalista del coronel Francisco Caamaño. Fue un fiel subordinado de las tropas de intervención y no firmó el acta de paz presentado por la OEA que ponía punto final a una de las más hermosas gestas que ha escenificado el pueblo dominicano en toda su historia.
Salvador Jorge Blanco: gobernó en el periodo 1982-1986 bajo una corrupción rampante. La arrogancia exhibida en la aplicación de política pública, el alza en los precios de los artículos de primera necesidad, la devaluación del peso dominicano y la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional provocaron, en abril de 1984, una protesta que terminó con más de un centenar de muertos. Al salir de la presidencia fue acusado de desfalco, estafa, robo, prevaricación y abuso de confianza; fue enjuiciado, encontrado culpable, condenado a cumplir 20 años de prisión y a pagar multa de 73 millones de pesos.
Leonel Fernández: presidente en los períodos 1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012. Su administración, quizás la más cínica, indolente y corrupta desde la gesta del 1844, enfatizó en el desarrollo tecnológico, la estabilidad macroeconómica y monetaria y la construcción de obras de infraestructura vial financiadas bajo un enorme endeudamiento. Dejó un astronómico déficit fiscal que resta credibilidad al modelo de desarrollo implementado. El descalabro energético, la falta de institucionalidad, una deficiente calidad de la educación, el clientelismo, la compra de conciencia, la corrupción y el culto a la personalidad marcaron significativamente sus períodos de gobierno.
Hipólito Mejía Domínguez: ejerció la presidencia en el periodo 2000-2004. Durante su gestión, el país se vio afectado por una severa crisis económica generada por la quiebra de tres bancos comerciales. Las prácticas corruptas, las altas tasas de inflación, la devaluación constante de la moneda y la desconfianza del sector productivo se tradujeron en un significativo incremento de la pobreza. Dada la cantidad de familiares biológicos y políticos que tenía trabajando en el Estado, fue acusado de nepotismo.
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
19 de mayo de 2014