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[II de V] Deformación social dominicana: de Pedro Santana a Leonel Fernández...

Los grandes deformadores que han castrado la sociedad (II de V). Suman 25 estos personajes, y dentro de ellos seis se convierten en figuras de primer orden personificando la depravación, la indolencia, la perversidad y la ausencia de valores éticos y morales...

Quienes nos han gobernado se constituyen en los principales exponentes de la inversión de valores y símbolos de la fuerza, la corrupción y el desorden. Más del 60% de los que han ocupado la primera posición en la administración del Estado han sido caricaturas de la maldad, el entreguismo y el saqueo; y los partidos políticos que han sustentado sus 'liderazgos' no son diferentes: son escuelas para lo mal hecho, de "mal aspecto o reputación", en las que se forjan los depredadores del erario, de los valores patrios y de las libertades ciudadanas. Uno de ellos, concebido como un partido de cuadros, con todas las normas y reglas a su disposición para penalizar las desviaciones morales y éticas, intentó, bajo la estricta supervisión de su fundador, romper con esos esquemas... pero pudo más la deformación de la sociedad.

"Amanece el 27 de febrero, y nace la República Dominicana del cerebro y del corazón de un puñado de jóvenes inteligentes y patriotas. Pero al igual que esos seres que al instante mismo de su nacimiento adquieren el germen de una prolongada y dolorosa enfermedad, la peste de los partidos se ensañó sobre la naciente sociedad.

"Invade el haitiano, y en ambas fronteras es rechazado; y mientras que Ramón Mella se ocupaba de recomendar a Duarte para las próximas elecciones de presidente, Santana, vencedor, regresa a la capital, que lo aclama como jefe supremo. Con esto quedó la inteligencia suplantada por la fuerza material...". [Palabras de Ulises Francisco Espaillat insertadas por Fernando Pérez Memén en "El pensamiento liberal dominicano en la época de Duarte (1813-1876)", uno de los diecisiete escritos que rinden «Homenaje al Historiador y Humanista puertorriqueño Arturo Morales Carrión» - Ensayos de Historia y Literatura de Puerto Rico y el Caribe/Publicación del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe - Editora Corripio, C. por A., República Dominicana 1989].

Estas palabras de Espaillat son más que ilustrativas para comprender el derrotero que ha seguido la República Dominicana desde que "quedó la inteligencia suplantada por la fuerza material". Bajo este concepto, los años de desgracia colectiva que ha vivido el país han sido interminables bajo las riendas de
Pedro Santana: el más grande traidor que conoce la historia dominicana. Disolvió la Junta Central Gubernativa creada el 1 de marzo, justo después de haberse proclamado la independencia el 27 de febrero de 1844. Como presidente de la República (1844-1848 y 1853-1861) llevó a cabo una política dictatorial, siendo responsable, directa o indirectamente, de la muerte de los tres Padres de la Patria. Proclamó, en 1861, la reincorporación a la corona española.

Buenaventura Báez: propiciador, en 1869, de la anexión a Estados Unidos. Presidente en los períodos 1849-1853, 1856-1858, 1865-1866, 1868-1873 y 1876-1878. Sus gobiernos se caracterizaron por ser símbolos de corrupción. Ejerció dictatorialmente en beneficio de su propia fortuna, asesinando o permitiendo que sus seguidores lo hicieran. Se opuso a la anexión a España sólo porque quien la propiciaba era Pedro Santana, su enemigo político. Obtuvo el grado de mariscal del ejército español con el fin de convertirse en gobernador de la provincia ultramarina en que la anexión había convertido a la República Dominicana, lo que no consiguió.

Manuel de Regla Mota: incondicional seguidor de Santana y, por lo tanto, anexionista (apoyó abiertamente la anexión en 1861 a España). Fungió como presidente interino (2 enero 1855 – 30 mayo 1855 y 2 julio 1855 – 5 septiembre 1855) y presidente (26 mayo 1856 – 8 octubre 1856).

José Desiderio Valverde: gobernó en 1857 estableciendo en Santiago un gobierno provisional basado en acciones muy marcadas por la anexión a España.

José María Cabral: presidente de facto en 1865 y presidente legítimo entre 1866 y 1868. Ejecutó un golpe de Estado financiado por Buenaventura Báez, apenas un mes después de que el gobernador español y sus tropas habían dejado el país tras conocerse el decreto firmado por la reina de España, Isabel II, que reconocía la independencia de la República Dominicana. Fue derrocado al intentar arrendar la bahía de Samaná a los Estados Unidos.

Pedro Guillermo y Guerrero: anexionista y perverso, como Báez. Asumió provisionalmente la presidencia el 15 de noviembre de 1865 mientras esperaba su regreso del exilio, que se produciría el 8 de diciembre de ese mismo año. Fue fusilado el 18 de febrero de 1867.

Ignacio María González: presidente, por cortos períodos de tiempo, en cinco ocasiones diferentes, entre noviembre de 1873 y septiembre de 1878. Gobernó, como dictador, violando la Constitución y malversando los fondos públicos.

Cesáreo Guillermo y Bastardo: gobernó en forma autoritaria en los años 1878 y 1879. Su gobierno fue uno personalista. Utilizó los escasos fondos públicos para repartirlos entre sus partidarios.

Jacinto B. de Castro: apoyó la anexión a España. Asumió la presidencia provisionalmente mientras presidía la Suprema Corte de Justicia. Su nombramiento se produjo en medio de una violenta crisis política generada por el descontento de los caciques políticos de la época. Fue presidente del 7 al 29 de septiembre de 1878.

Ulises Heureaux: presidente en dos ocasiones (1882-1884 y 1887-1899). Durante su segundo mandato impuso un férreo sistema dictatorial, instaurando un régimen personalista que liquidó los principios democráticos. Favoreció la corrupción y dejó al país en bancarrota. Estableció, para garantizar su permanencia en el poder, un sistema electoral de votaciones indirectas que justificaba, una y otra vez, su reelección en el cargo.

Alejandro Woss y Gil: presidente en 1885-1887 y 1903, año en el que, ante una difícil situación económica, y la amenaza de intervención por parte de Estados Unidos, dirigió un golpe de Estado que derrocó a Horacio Vásquez. Había llegado al poder con dinero que los comerciantes le habían facilitado, y que reciprocó 'con la concesión de exoneraciones'.

Horacio Vásquez: presidente en 1899, 1902-1903 y nuevamente en el período 1924-1930, después de la ocupación norteamericana. Mantuvo el orden y las libertades ciudadanas, aunque estableció, en su segundo ejercicio, en la ciudad de Santiago, un gobierno dictatorial. Su afán continuista originó, en el período que comienza en 1924, una revuelta encabezada por Rafael Trujillo -jefe de la Guardia Nacional-, que lo derrocó en 1930.
Continuará...

Nemen Hazim
Carolina, Puerto Rico
19 de mayo de 2014