II.- Acusación a Leonel Fernández es por corrupto...
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Poco durarían las ínfulas europeas en un país que prácticamente cierra su gobierno por un mes, y del que depende un alto porcentaje de la población que encuentra en el clientelismo político, y en la falsa bonanza económica, recursos para sangrar el erario por imposición extemporánea de un Estado de Bienestar estilo francés, sin el desarrollo burgués de los galos y con ausencia del orgullo inherente al nacionalismo que propician las sociedades burguesas.
Ese Estado de bienestar, que duraría cerca de una década, estaba subvencionado por el gobierno, con raíces muy sólidas en la especulación, la fantasía y la mentira. El crecimiento económico español se debió, en gran medida, a una burbuja inmobiliaria que comenzó en 1997 y duraría hasta mediados de la primera década del siglo XXI, cuando explotó la crisis. Las consecuencias fueron desastrosas, sobre todo por el tamaño que había alcanzado el gobierno como institución generadora de empleos, patrocinadora de una bonanza que no podía encontrar recursos para sostenerse.
El entonces juez Baltazar Garzón estuvo dentro de las estructuras del poder español, beneficiándose de las bondades que los políticos que regulan el aparato estatal habían implementado para “vivir mejor y trabajar menos”… Su relación con esas estructuras le permitió, en febrero del 2012, evadir la cárcel por las acusaciones de cohecho y extorsión, “prácticas en las que había incurrido para patrocinar ciertos cursos en la Universidad de Nueva York”.
José María Aznar llega al poder en España el 4 de mayo del 1996 y Leonel Fernández lo hace en la República Dominicana el 16 de agosto del mismo año, 3 meses y 12 días después. Desde este momento surge una compleja relación interestatal matizada por fotos del mandatario dominicano con narcotraficantes y delincuentes comunes españoles, sin que hasta el día de hoy el exjuez Garzón se haya interesado en cuestionar al expresidente dominicano para determinar si tuvo alguna relación con hechos que alarmaron tanto a la sociedad dominicana como a la española.
Manchados uno y otro, con una relación previamente estructurada, el exjuez surge como defensor denodado de su socio dominicano, que resultó ser su salvación económica al ser liberado de las cárceles españolas por razones que algún día verán la luz.
“El exjuez y ahora gambusino español Baltazar Garzón”, bautizado por los tentáculos de la corrupción esparcida por Leonel Fernández más allá de las fronteras dominicanas (Canadá, Haití, Perú, España…), y en retribución al "Estado de bienestar personal" que el exmandatario dominicano le aseguró, «ha vuelto a esta mina a decirles a los indios bobalicones que la acusación de Guillermo Moreno contra Leonel y FUNGLODE “es política”…».
“(¿Y… ?)”.
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
19 de septiembre de 2013