[VI de VI] Respuesta a Euclides Gutiérrez Félix...
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El doctor Euclides Gutiérrez Félix -por conveniencia- se ubica junto al expresidente Fernández y se hace recipiente, según él, "de la difamación y la calumnia" que, "utilizando el disfraz de rectores de la moral en la vida política de la Nación", manifestamos los "maromeros", más que nada, "por los resentimientos sociales que amargan de manera permanente" nuestras vidas. ¿Somos "maromeros" quienes le señalamos al doctor Gutiérrez su influencia como funcionario para promover la venta de sus libros en los ministerios que conforman la estructura del Estado? ¿Es usando "el disfraz de rectores de la moral en la vida política de la Nación" que exigimos el pago de la energía eléctrica consumida como lo hace cualquier hijo de vecino que no sea miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana? ¿Son los "resentimientos sociales que amargan de manera permanente" nuestras vidas los que nos llevan a pronunciarnos sobre la medida arbitraria y trujillista de hacer el estacionamiento que le venga en ganas sin someter la construcción del mismo a licitación pública? ¿El título de "caballería gigantesca" se nos otorga por denunciar los millones gastados por "el más fiel de los boschistas" en actividades sociales, dietas y otros gastos de representación que al final terminan en el espléndido mundo de la corrupción y la mentira?
El superintendente de Seguros de las cuatro administraciones del PLD se ha pasado los últimos años hablando sobre las deficiencias que Haití tiene como Estado. Ha despreciado e insultado al pueblo haitiano y a sus autoridades, considerándolos personas que viven al garete en un espacio físico sin regulación alguna. ¿Y es que el doctor Gutiérrez considera que sus actuaciones son las propias en un Estado organizado bajo reglamentaciones y leyes diseñadas para la convivencia natural en sociedad? ¿Sabe el otrora profesor que si viviese en un verdadero Estado, el corrupto, cínico e indolente de Leonel Fernández, Reynaldo Pared Pérez, Félix Bautista, Felucho Jiménez, Francisco Javier García y otros más estarían hoy bajo las rejas de sudorosas y estrechas cárceles tropicales? ¿Podría el señor Euclides Gutiérrez pedirle a Leonel Fernández y a su camarilla someterse al escrutinio de un grupo de peritos del Departamento o Ministerio de Hacienda de cualquier país primermundista?
Al doctor Gutiérrez Félix no podemos acusarlo directamente de robo porque ni es ladrón ni ha tenido ese cambio sustancial de vida que exhibe el dinero fácil; la inconsciencia es la que le ha llevado a violentar la ética y la moral en el manejo de los fondos públicos, misma que no lo exime de proceso judicial alguno que busque su penalización. ¿Por qué la inconsciencia? Personas de su edad llegaron a estandarizar, y considerar como buenas y válidas las inmoralidades y justos los despilfarros (en su caso, gastos desmedidos de dietas y representación desde la posición de dirección que ocupa en el tren gubernamental). Si antes se hacía, ¿por qué no ahora? La estandarización tiene su más alta exposición en la indecorosa e insultante práctica de la bigamia "formal"; tener una "querida" se "estilaba" como lo más común y corriente hasta finales de la sexta década del siglo XX, práctica puesta en boga por la oligarquía y núcleos focalizados de la pequeña burguesía. "Lo que se estila" es lo que ha influido en el superintendente de Seguros para despilfarrar fondos del erario, acción reñida con el buen desempeño que se espera de un funcionario, y sujeta a la aplicación de sanciones ejemplares.
Hace trece o catorce años que expresamos al doctor Euclides Gutiérrez Félix que un asiento en las gradas de un estadio de béisbol era el lugar idóneo para el análisis y la implementación de las estrategias del juego. "Asumir una posición frente a hechos tangibles significa empeñarse en sostenerla, sobre todo cuando se cuenta con la razón", fue la respuesta. Eso hicimos, eso hacemos y eso haremos.
¿Recuerda el doctor Gutiérrez estas palabras? "Queremos advertir al país que el Presidente de la República no tiene amigos, ni enemigos, ni arientes, ni parientes; la ley protege a todos los dominicanos pero la ley también le cae encima a todo dominicano que la viole". Significan "que no tenemos amigos, ni enemigos; ni arientes, ni parientes. Creemos en todos, pero condenamos cualquier desviación, aún provenga del mismo Dios", y con ellas hemos confeccionado forma de vida, incluso dentro del núcleo familiar, para el que adoptamos las mismas posiciones universales. La honestidad, la integridad y la pulcritud no son valores negociables ante la depredación, la corrupción y la inmoralidad.
Fin...
Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
13 de julio de 2013