[Completo] Respuesta a Euclides Gutiérrez Félix...
|
El doctor Euclides Gutiérrez Félix fue, para los años finales de la dictadura de Trujillo, senador de la República. Se le acusa de haber colaborado como confidente y realizado otras no muy decorosas actividades. Se han mostrado cheques que avalan tales señalamientos y que distan mucho de ser un montaje ("photoshop", como se diría hoy en buen español). Más aún, el miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) nunca ha desmentido los señalamientos que se le han hecho.Leonel Fernández surgió de la baja pequeña burguesía, pero transformó sus condiciones materiales de existencia dejando de lado, si es que existieron, los proyectos revolucionarios...
Lo anterior se ha expresado con la intención de no descalificar al Dr. Gutiérrez por sus pasos iniciales, producto del compromiso que conlleva ser hijo de un capitán del Ejército Nacional al servicio de la dictadura. El hecho de que el profesor, abogado, historiador, político y funcionario de todos los gobiernos del PLD haya fungido como senador de Trujillo, o realizado labores deleznables para la dictadura, no lo imposibilita -si su vida no retrocede a esos años o se enloda de forma terminal- de ocupar un lugar importante en los corazones de los dominicanos. Lo primordial en la vida no es el desempeño inicial, sino, el comportamiento que se asume desde la rectificación hasta el desenlace final. Abraham Lincoln, en el plano universal, es un significativo ejemplo de lo que hablamos, mientras que el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó lo es en el ámbito local.
Tiene en su curriculum, el doctor Gutiérrez, haber sido uno de los pocos que Juan Bosch buscó personalmente para que se reintegrara al partido cuando, por razones que no vienen al caso, lo había abandonado. Se convirtió, después de la muerte de Trujillo, y por su trayectoria política, en el discípulo mejor formado sociopolíticamente del profesor Bosch; sus últimas cuatro entregas bajo el título de Composición Social Dominicana así lo demuestran (aunque haya incurrido en señalamientos innecesarios y olvidos o errores involuntarios), como también libros, artículos y conferencias que han salido de su intelecto.
Fue protagonista de primer orden al lado de las dos figuras políticas más emblemáticas del país en la historia reciente: José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch, con quienes compartió algunas de las responsabilidades que pesaron sobre sus hombros, y persona de confianza del coronel Caamaño -presidente de la República en Armas durante la Revolución de Abril de 1965-, desempeñando, en el gobierno constitucionalista, las funciones de viceministro de Interior y Policía y, más tarde, la de ministro encargado, posición que ocupó con anterioridad el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez (nombrado en Puerto Rico por Juan Bosch mientras compartían el destierro al que habían sido confinados), asesinado en el intento de ocupar el símbolo del poder político dominicano, el Palacio Nacional, el 19 de mayo de ese año.
Para las primarias del 1996 perdió, el doctor Euclides Gutiérrez Félix, la candidatura a la presidencia por el PLD de Leonel Fernández, hecho que marcó el inicio de lo que se constituiría, con el devenir del tiempo, en la mayor tragedia para el pueblo dominicano, aseveración que irrita y molesta al funcionario peledeísta y lo lleva a emitir criterios que, fuera de la sociopolítica, lo rebajan al nivel del más ignorante de los dominicanos [“… queremos hacer algunas anotaciones en relación con este libro de Juan Bosch (Composición Social Dominicana, nh), las que nos van a explicar esta presencia de una numerosa caballería de calumniadores, difamadores, mentirosos, oportunistas, veletas sin rumbo y lacayos, que se multiplican en los medios de comunicación, fungiendo como rectores morales de la vida de nuestra nación”].
El revés sufrido por el Sr. Gutiérrez Félix, de forma sorpresiva, si se quiere, en un partido que aún parecía estar bajo las riendas de Juan Bosch y la influencia del boschismo (era lo visible; lo que no se veía echaba raíces en el trabajo sucio que, subrepticiamente, realizaba un grupo, con Leonel Fernández a la cabeza, que perseguía apoderarse del PLD, tal y como sucedió), lo llevaría, con el paso de los años, a incurrir en graves errores que lo alejarían del final que se espera para una persona que debía alcanzar sus últimos días como un ferviente comprometido con la patria. Y en vez de terminar como Caamaño o como Lincoln, guardando las debidas distancias, el doctor Euclides Gutiérrez Félix volvió a sus orígenes trujillistas, perdiendo ante el pueblo dominicano la credibilidad que había adquirido en su dilatada vida revolucionaria.
La primera desviación pública del doctor Euclides Gutiérrez Félix se dio en las primarias para definir el candidato a la presidencia del PLD en las elecciones del 2008, al justificar la reelección de Leonel Fernández inventando manifestaciones contrarias a la verdad acerca de la posición que sobre ese mal endémico dominicano había asumido Juan Bosch, quien, asegura él, es su paradigma y guía (la vida debe ser una de coherencia; si se es boschista, hay que vivir bajo este lineamiento sociopolítico siempre. Y si se considera a Juan Bosch como paradigma de los más grandes valores, entonces hay que vivir con austeridad, decencia, honestidad, ética, moralidad, solidaridad y compromiso con la patria y su soberanía. No se puede ser boschista para unas cosas y para otras no; no se puede ser discípulo de Juan Bosch para unas cosas y para otras no. ¡Ejercitar en la vida cotidiana estas contradicciones y ambivalencias es una inmoralidad!).
Decíamos, acerca de sus expresiones, en un artículo titulado "Leonel Fernández y sus adulones", lo siguiente: «El doctor Euclides Gutiérrez Félix dijo que nunca escuchó al profesor Juan Bosch hablar en contra de la reelección de Fidel Castro en Cuba, de Ho Chi Minh en Vietnam, del mariscal Tito en Yugoslavia y del general Franco en España. Estamos totalmente de acuerdo con el doctor Gutiérrez Félix, Juan Bosch nunca habló en contra de la reelección de personas que llegaran a ocupar la jefatura de un Estado por medio de revoluciones y guerrillas.
«¿Sabe él a quién pertenecen estas palabras?: "Me tocó… ser… el corrector de la versión final de esa constitución (la cubana, de 1940, nh)… Lógicamente, si tenía esa experiencia, estaba en el deber de ponerla al servicio del pueblo dominicano contribuyendo a que el país rigiera su vida política por una constitución moderna y avanzada" (¿Cómo fue el gobierno de Juan Bosch?-Félix Jiménez, 1ra Edición, 1988, Editora Alfa y Omega, Página 443). Lo más moderno y avanzado que tenía la Constitución de 1963 era precisamente la prohibición de la reelección, pues para la fecha las dictaduras eran la forma "normal" de gobierno de la mayoría de los países de América Latina, y las dictaduras se reeligen solas, no necesitan el concurso ciudadano para plasmar sus acciones.
«"Juan Bosch fue el verdadero propiciador del auténtico relevo político al proponer la inclusión de la no reelección en la Constitución de 1963" (palabras de Diómedes Núñez Polanco, amigo y compañero de partido del Dr. Gutiérrez Félix). ¿Podrá el brillante historiador recordar las palabras que siguen?: "Todavía los dominicanos no se dan cuenta de lo que puede hacer un gobierno que está decidido a mantenerse en el poder… Dentro del sistema llamado de la democracia representativa no hay nadie ni nada que tenga la fuerza necesaria para impedir que un gobierno haga trampas para ganar unas elecciones y retener el poder. Lo único que evita que un gobierno falsifique los resultados de cualquier elección es el desarrollo político de la sociedad" (Juan Bosch, El Partido, Páginas 103-105, Editora Alfa y Omega, 2da Edición).
«Sólo los que están en el gobierno se pueden reelegir para ocupar la presidencia de la República. No conocemos a nadie que haya sido reelecto para presidente sin ser presidente. En esto consisten estas palabras de Juan Bosch, Dr. Gutiérrez, al igual que muchas otras que llenan numerosas páginas de una de sus obras más extraordinarias: "El Partido, concepción y desarrollo". Esperamos que nuestro querido amigo recuerde las palabras que siguen a continuación: "Antes aun de pasar a desempeñar la Presidencia de la República yo calculaba que el país iba a necesitar de 12 a 20 años para echar las bases de una economía que la llevara a compararse con la (de, nh) Costa Rica de 1960 o la (de, nh) Cuba de 1940; pero nunca pensé en ser yo quien gobernara durante esos 12 o esos 20 años, y la demostración de lo que acabo de decir está en el hecho de que la Constitución de 1963 prohibía tajantemente la reelección" (Obra citada, página 445).
«Nos gustaría que Leonel Fernández, el candidato que apoya en su proyecto reeleccionista, le recuerde las palabras que dijo el 28 de noviembre de 1993…: "La posible reelección del presidente Joaquín Balaguer en las elecciones fijadas para mayo de 1994 representa un peligro debido a la falta de institucionalidad". Le sugerimos al Dr. Gutiérrez Félix una autocrítica pública, para que nuestro pueblo pueda recordarlo con cariño y respeto».
"'Maromeras y maromeros' de la difamación y la calumnia..."; así se expresa el Sr. Gutiérrez de quienes denunciamos las inmoralidades y actos de corrupción que se escenificaron mientras al frente del aparato estatal estuvo Leonel Fernández. A quienes señalamos la malversación de fondos, el tráfico de influencias y los robos de los gobiernos de los cuales él formó parte se refiere como "caballería gigantesca... en parte muy importante... financiada (por) y al servicio de la USAID... (United States Agency for International Development, por sus siglas en inglés. En español: Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional)" [paréntesis míos, nh].
¿No le parece ridículo y fuera de toda lógica el uso, a estas alturas, de expresiones "bushistas" propias de la mediocridad? "Quien no está del lado de los Estados Unidos es terrorista; quien no está con Leonel Fernández ha sido financiado por los Estados Unidos". ¿Acaso el Dr. Gutiérrez Félix tiene mejores formas para expresar las fechorías, inmoralidades y desmanes que cometió el Dr. Fernández como primer ejecutivo de la nación? Por si no lo recuerda, propició un préstamo de 130 millones de dólares con la Sun Land -cinco mil 460 millones de pesos a la tasa de hoy- que dio lugar al mayor fraude que se ha cometido, "de un solo fuetazo", contra el Estado dominicano (si quiere ratificar esta "maroma", sólo le basta consultar a la embajada americana o a Jorge Subero Isa, expresidente de la Suprema Corte de Justicia); sumió al país en un déficit fiscal que sobrepasó los 200 mil millones de pesos, el mayor desde que Colón trajo españoles a esta isla para poblarla de miseria, ignorancia y mediocridad.
La inmoralidad y el cinismo de Leonel Fernández -quien no es más que una degeneración del odio, que los dominicanos sienten por los haitianos, volcado sobre el doctor José Francisco Peña Gómez para evitar, en 1996, su ascensión al poder- rayan en la locura. Después de escribir un libro denunciando el fraude electoral del 1990 -"Raíces de un poder usurpado", que hizo desaparecer del planeta para poder conseguir el apoyo del Dr. Balaguer en las elecciones de 1996 y en el que plasma, con precisión, cómo este y su partido, el Reformista Social Cristiano (PRSC), despojaron a Juan Bosch y al PLD del triunfo-, y como buen sinvergüenza, cínico e indolente que es, hizo exactamente lo mismo que el autor de "Los carpinteros"... ¡y más!: invirtió los recursos necesarios para comprar cédulas y facilitar el triunfo del PLD, obteniendo cuatro años (¡y más!) de impunidad, además de embarcarse en una serie de construcciones innecesarias con la finalidad única de llenar los bolsillos de contratistas perversos, asegurando de forma tan "pulcra y transparente" el respaldo económico que le servirá de sustento en la contienda electoral del 2016.
Leonel Fernández derrochó 50 millones de dólares -dos mil 100 millones de pesos al cambio actual- en viajes innecesarios que sirvieron para llenar los roperos del matrimonio y satisfacer el narcisismo y la megalomanía con los que crece y se desarrolla un bajo pequeño burgués que, "de golpe y porrazo", y sin hacer vida en la mediana pequeña burguesía, pasa de la capa baja a la alta siendo, junto a Rafael Leónidas Trujillo Molina, entre todos los presidentes que ha tenido la República Dominicana desde 1930 a la fecha, los únicos en dar ese desmedido salto que enloquece a los privados de carácter y débiles de espíritu.
En su última entrega, el Dr. Gutiérrez Félix califica de "campaña agresiva, irrespetuosa, calumniadora y difamadora" la que llevamos los que hemos dedicado tiempo a esbozar los desmanes cometidos por el expresidente Fernández; y considera que muchos procedemos "de los sectores de la pequeña burguesía urbana y de la baja pequeña burguesía y hasta de la baja pequeña burguesía muy pobre". Aquí, y tenemos que decirlo con las palabras apropiadas, el ilustre trujillista (en el transcurso explicaremos por qué) cometió una descomunal atrocidad, además de llevar, él mismo, una "campaña agresiva, irrespetuosa, calumniadora y difamadora" contra quienes escribimos lo que los lambones de turno pretenden no escuchar.
Decir "sectores de la pequeña burguesía urbana y de la baja pequeña burguesía y hasta de la baja pequeña burguesía muy pobre" es lo mismo que manifestar "sectores de Europa y de Francia y hasta de Versalles". Podemos expresar con absoluta certeza que el doctor Gutiérrez sabe qué ha dicho y por qué lo ha dicho de esta manera; en un país con seudo comunistas y seudo boschistas desconocedores de la división de clases planteada por Carlos Marx, y por Juan Bosch en el plano regional, que parte de la posición que cada individuo ocupa en las relaciones de producción, es muy fácil inventar cualquier barbaridad, más aún si al resto de la población no le interesan "esos temas", sobre los que uno de los más altos dirigentes del PLD -mientras compartíamos en casa de un amigo, para 1996 o 1997, no precisamos la fecha, cuando la conversación los traía de la mano, y aludiendo a Juan Bosch- expresaría: "al compañero Juan le gustaba mucho hablar de esa mierda".
Al expresarse así, Euclides Gutiérrez Félix mezcló mansos y cimarrones, palabra esta última que conoce a la perfección; una de sus obras, "Las cimarronadas en Santo Domingo en el siglo XVI", trata sobre los esclavos rebeldes (fugitivos algunos) que vivían en lugares ocultos, alejados de las ciudades (como la fílmica en República Dominicana está en pañales, y no hay en estos momentos producción local que muestre a los dominicanos lo que era un cimarrón y cómo desarrollaba su forma de vida, les recomendamos una extraordinaria novela brasileña titulada -en español- "Chica Da Silva", en la que, incluso, podrán ver los rincones donde vivían, llamados quilombos).
¿Por qué hizo el doctor Gutiérrez Félix esa mezcla? Porque tiene un interés supremo, y muy bien definido, de fijar en las mentes ociosas de la ignorancia que los que escribimos acerca de las fechorías de Leonel Fernández lo hacemos por envidia... y la mejor forma de expresarlo es la de reburujarnos a unos con otros sin importar la posición que ocupemos en las relaciones de producción. "Expresa lo que quieras que algo quedará", dice un refrán de esos que son certeros; "enloda que tendrán que invertir tiempo en quitarse el lodo... y muchos preferirán quedarse con él".
Si el rector de los asuntos relacionados con seguros en la República Dominicana hubiese sido más específico en sus expresiones -mencionando nombres, sobre todo los de los periodistas, articulistas e intelectuales que intenta denigrar con insultos y rabietas que ha hecho costumbre, incluso, en los medios televisivos- podría darse cuenta, leyéndose y analizándose, que su clase originaria (la que le correspondía en la era de Trujillo, no la actual) está influyendo determinantemente en la forma de ver las cosas, aun cuando no ha cumplido los ochenta años (cumplió 77 el 21 de mayo).
El tercer párrafo de la última entrega de Composición Social Dominicana es el producto, precisamente, de lo expresado: "En la realidad de los hechos la mayoría... nunca (tuvo, nh) patinetas, patines, velocípedos y bicicletas; tampoco le celebraron sus cumpleaños con piñatas, refrescos y helados; tampoco concurrieron a los clubes de “primera o de segunda” que proliferaban en todo el país...". Y de inmediato pasa a decir: "el autor de esta columna... está convencido de que esa agresividad irrespetuosa... es más que nada por los resentimientos sociales que amargan de manera permanente su existencia. Los conocimientos que en términos intelectuales han adquirido naufragaron en ese océano profundo de resentimientos".
¿Y si es al revés? ¿Y si es el doctor Gutiérrez Félix que alberga esos resentimientos que su clase originaria saca a relucir, y a la que pertenecía por estar bajo la sombrilla de un jefe de familia? ¿Acaso la oligarquía, de la que históricamente forman parte intrínseca los terratenientes y los militares, ha transitado a la par con la pequeña burguesía? ¿No ha sido la oligarquía la depredadora del Estado dominicano y la opresora histórica de la pequeña burguesía? Quizás Euclides Gutiérrez ejerció su niñez y su infancia sin las carencias que adjudica al rollo plasmado en su escrito final, pero las desviaciones que su clase originaria recoge de una sociedad de capitalismo tardío son peores que las carencias de Juan del Pueblo. Además, el trujillismo es algo de lo que nunca podrá desprenderse el doctor Gutiérrez Félix, y bajo esa formación es que se viene expresando día tras día por los últimos seis años, que lo lleva a asumir posiciones típicas del autoritarismo.
Queremos señalar al doctor Euclides Gutiérrez Félix que Leonel Fernández proviene de la capa baja propiamente dicha de la baja pequeña burguesía, no muy distante de la baja pobre, aunque visiblemente separada de la baja muy pobre; y estas dos últimas son las capas que carecen de todo lo que señala quien una vez fuera uno de sus defensores principales, que ahora pretende referirse, con "estilo ligero" -más como burla y desprecio que como análisis sociopolítico-, a la formación originaria de quienes escribimos sobre el saqueo al que el expresidente peledeísta sometió al país. Para el doctor Gutiérrez, "muchos" crecimos en hogares carentes de "patinetas, patines, velocípedos y bicicletas", que no celebraban "cumpleaños con piñatas, refrescos y helados" y en el que sus integrantes no concurrían "a los clubes de 'primera o de segunda'".
Como ha sido tan minucioso en la búsqueda de las carencias que adjudica a la pequeña burguesía para plasmar la envidia que sus integrantes profesamos a Leonel Fernández, totalmente reales en las capas pobre y muy pobre de la baja pequeña burguesía, pero no en el nivel superior de esta ni en los niveles medio y alto de la pequeña burguesía, queremos puntualizarle, respecto a quien le mantuvo en un cargo público por 12 años, que algunas de las que señala sí fueron realidad en el creador del "nuevo camino" (el de la corrupción a ultranza, el del narcotráfico y las drogas, el del cinismo y la burla, el del "comesolismo"...), y son realidad en el bajo pequeño burgués que recién ha escalado la capa baja propiamente dicha proveniente de la inferior inmediata.
Leonel Fernández, antes de ocupar la presidencia de la República, no había pisado nunca «clubes de “primera o de segunda”»... ni siquiera de "tercera". La piñata, como actividad propia de los cumpleaños en la baja pequeña burguesía, no existía en la República Dominicana; era exclusiva de la mediana y alta pequeña burguesía (y lógicamente de la burguesía y otras clases sociales al margen de este escrito). Los patines y bicicletas podían contarse con los dedos de las manos en ciudades con algún grado de desarrollo, cunas de la pequeña burguesía urbana.
La baja pequeña burguesía (baja propiamente dicha, baja pobre y baja muy pobre) tenía sus patinetas de caja de bola, patines de ruedas de "javilla" [como llamamos los dominicanos al fruto del Jabillo ("Hura crepitans: árbol venenoso para las personas, de la familia de las euforbiáceas, que por su gran tamaño constituye una especie maderable de gran valor económico") - Wikipedia] y otros inventos hijos de la necesidad que magistralmente describe José F. Ramírez en su página de "Facebook", en la que muestra su indignación por los señalamientos de Euclides Gutiérrez Félix en la defensa "¡sin temor!", como él mismo la cataloga, del más corrupto de los presidentes que ha dado la nación, bravuconería típica del autoritarismo que corre por sus venas y con la que pretende, al finalizar Composición Social Dominicana, amedrentar a quienes seguiremos luchando hasta ver en las cárceles dominicanas a los saqueadores del Estado.
"Leonel Fernández... no ha negado nunca su origen pequeño burgués urbano...". No sabemos qué busca esta expresión en las entregas de Euclides Gutiérrez. Parece que por "desliz o falta de concentración" afloró a la mente del historiador. Primero, nadie le ha preguntado el origen al doctor Fernández; y segundo, el concepto "pequeño burgués urbano" es uno muy amplio que incluye al bajo (bajo propiamente dicho, bajo pobre y bajo muy pobre), mediano y alto pequeño burgués, categoría esta última que define la posición dentro de las relaciones de producción del doctor Gutiérrez y de un gran número de profesionales del país y fuera de él.
Situación parecida se da con la expresión "el profesor Bosch tuvo que profundizar seriamente... para llegar a darse cuenta de que en nuestro país... no hay una simple pequeña burguesía; hay un complejo pequeño burgués compuesto por una alta, una mediana y una baja pequeña burguesía, y dentro de la capa de la baja pequeña burguesía hay además (sic) una baja pequeña burguesía pobre y otra muy pobre, y es de estas dos últimas capas de donde sale nuestro lumpen proletario, eso que los dominicanos llamamos comúnmente 'tigueraje'".
Carlos Marx estableció sus teorías partiendo de la realidad social alemana; y la clasificación quedó planteada muy claramente, para la pequeña burguesía, en las capas propias que derivaban de esa realidad: la baja, la mediana y la alta. No existía en Alemania la separación social que llevó a Juan Bosch a formular subcapas dentro de la baja pequeña burguesía. La sociedad alemana del siglo XIX era muy diferente de la dominicana, incluso, del siglo XXI; el obrero alemán no hacía lo que el obrero dominicano, que al concluir la obra en la que vende su fuerza de trabajo tiene que salir corriendo a realizar actividades típicas del bajo pequeño burgués de las capas pobre y muy pobre porque, de lo contrario, se muere de hambre. Por eso es común ver plomeros, carpinteros y electricistas, inmediatamente concluyen su actividad proletaria, vendiendo mangos o plátanos en cualquier esquina de las principales vías de las ciudades desarrolladas del país o al frente de pequeños colmados. Es aquí donde Juan Bosch, al escribir Composición Social Dominicana, no se quedó repitiendo "como un papagayo lo que habían dicho Marx y Engels y los demás maestros del materialismo histórico, sino (que usó) el método de pensar de esos maestros y (lo aplicó) a la historia dominicana..." (paréntesis míos, nh).
Los niveles de vida de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre y la exclusión de las relaciones de producción realizada por "los maestros del materialismo histórico" llevaron al profesor Bosch a hurgar más allá que los marxistas anquilosados en la polémica universitaria. Para Juan Bosch, ese grupo excluido de las relaciones de producción debía entrar dentro de las actividades económicas de una sociedad; y es con esta formulación que surge la regionalización del marxismo, creada, por el fundador de los dos partidos mayoritarios de la República Dominicana, para sociedades como la nuestra y cualquier otra con "características sociales" similares. El trabajo sociopolítico de Juan Bosch consistió en desmenuzar la baja pequeña burguesía y dividirla en las tres capas que hoy conocemos: baja pequeña burguesía propiamente dicha, baja pobre y baja muy pobre. Lo demás, es autoría de Carlos Marx, Federico Engels y otros (las teorías marxistas plantean que las sociedades avanzan por medio de la dialéctica de la lucha de clases).
Leonel Fernández surgió, repetimos, de la capa baja propiamente dicha de la baja pequeña burguesía, y como bajo pequeño burgués llegó a la presidencia de la República, posición que automáticamente le confirió la categoría de alto pequeño burgués. El causante de la "descomposición social del PLD y del país" vio transformadas radicalmente sus condiciones materiales de existencia, acontecimiento que atrofió, si en momento alguno existieron, los proyectos revolucionarios que habitaban su mente. Leonel Fernández no hizo nunca vida de mediano pequeño burgués, y esta brusca transición, sin las atenuantes del sacrificio y del tiempo en la obtención de calidad de vida, le permitió, como un "Chivo, Baúl o Solito" cualquiera, desarrollar resentimientos sociales inherentes al que nunca ha tenido nada y de repente la tierra, el aire, el sol y el mar se pliegan a sus pies.
El doctor Euclides Gutiérrez Félix -por conveniencia- se ubica junto al expresidente Fernández y se hace recipiente, según él, "de la difamación y la calumnia" que, "utilizando el disfraz de rectores de la moral en la vida política de la Nación", manifestamos los "maromeros", más que nada, "por los resentimientos sociales que amargan de manera permanente" nuestras vidas. ¿Somos "maromeros" quienes le señalamos al doctor Gutiérrez su influencia como funcionario para promover la venta de sus libros en los ministerios que conforman la estructura del Estado? ¿Es usando "el disfraz de rectores de la moral en la vida política de la Nación" que exigimos el pago de la energía eléctrica consumida como lo hace cualquier hijo de vecino que no sea miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana? ¿Son los "resentimientos sociales que amargan de manera permanente" nuestras vidas los que nos llevan a pronunciarnos sobre la medida arbitraria y trujillista de hacer el estacionamiento que le venga en ganas sin someter la construcción del mismo a licitación pública? ¿El título de "caballería gigantesca" se nos otorga por denunciar los millones gastados por "el más fiel de los boschistas" en actividades sociales, dietas y otros gastos de representación que al final terminan en el espléndido mundo de la corrupción y la mentira?
El superintendente de Seguros de las cuatro administraciones del PLD se ha pasado los últimos años hablando sobre las deficiencias que Haití tiene como Estado. Ha despreciado e insultado al pueblo haitiano y a sus autoridades, considerándolos personas que viven al garete en un espacio físico sin regulación alguna. ¿Y es que el doctor Gutiérrez considera que sus actuaciones son las propias en un Estado organizado bajo reglamentaciones y leyes diseñadas para la convivencia natural en sociedad? ¿Sabe el otrora profesor que si viviese en un verdadero Estado, el corrupto, cínico e indolente de Leonel Fernández, Reynaldo Pared Pérez, Félix Bautista, Felucho Jiménez, Francisco Javier García y otros más estarían hoy bajo las rejas de sudorosas y estrechas cárceles tropicales? ¿Podría el señor Euclides Gutiérrez pedirle a Leonel Fernández y a su camarilla someterse al escrutinio de un grupo de peritos del Departamento o Ministerio de Hacienda de cualquier país primermundista?
Al doctor Gutiérrez Félix no podemos acusarlo directamente de robo porque ni es ladrón ni ha tenido ese cambio sustancial de vida que exhibe el dinero fácil; la inconsciencia es la que le ha llevado a violentar la ética y la moral en el manejo de los fondos públicos, misma que no lo exime de proceso judicial alguno que busque su penalización. ¿Por qué la inconsciencia? Personas de su edad llegaron a estandarizar, y considerar como buenas y válidas las inmoralidades y justos los despilfarros (en su caso, gastos desmedidos de dietas y representación desde la posición de dirección que ocupa en el tren gubernamental). Si antes se hacía, ¿por qué no ahora? La estandarización tiene su más alta exposición en la indecorosa e insultante práctica de la bigamia "formal"; tener una "querida" se "estilaba" como lo más común y corriente hasta finales de la sexta década del siglo XX, práctica puesta en boga por la oligarquía y núcleos focalizados de la pequeña burguesía. "Lo que se estila" es lo que ha influido en el superintendente de Seguros para despilfarrar fondos del erario, acción reñida con el buen desempeño que se espera de un funcionario, y sujeta a la aplicación de sanciones ejemplares.
Hace trece o catorce años que expresamos al doctor Euclides Gutiérrez Félix que un asiento en las gradas de un estadio de béisbol era el lugar idóneo para el análisis y la implementación de las estrategias del juego. "Asumir una posición frente a hechos tangibles significa empeñarse en sostenerla, sobre todo cuando se cuenta con la razón", fue la respuesta. Eso hicimos, eso hacemos y eso haremos.
¿Recuerda el doctor Gutiérrez estas palabras? "Queremos advertir al país que el Presidente de la República no tiene amigos, ni enemigos, ni arientes, ni parientes; la ley protege a todos los dominicanos pero la ley también le cae encima a todo dominicano que la viole". Significan "que no tenemos amigos, ni enemigos; ni arientes, ni parientes. Creemos en todos, pero condenamos cualquier desviación, aún provenga del mismo Dios", y con ellas hemos confeccionado forma de vida, incluso dentro del núcleo familiar, para el que adoptamos las mismas posiciones universales. La honestidad, la integridad y la pulcritud no son valores negociables ante la depredación, la corrupción y la inmoralidad.
Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
15 de julio de 2013