Completo.- Condena a la reforma fiscal, juicio a los corruptos...
|
«La iglesia católica confía (sic) que el presidente Danilo Medina podrá sortear con éxito los graves problemas económicos que heredó su gobierno, y reconoce que la única manera de conseguirlo es aplicando la nueva reforma fiscal que fue aprobada esta semana por el Congreso Nacional». (Este es un párrafo de una noticia del Listín Diario, el periódico de la oligarquía dominicana, justificando la implementación de una reforma fiscal que debe ser cubierta en su totalidad por los que, en los pasados gobiernos, desfalcaron las arcas del Estado).La necesidad de las oligarquías imperiales de seguir usurpando recursos y la mentira como objetivo fundamental de la "prensa" occidental aproximan a la humanidad a su extinción...
¿Qué es la oligarquía dominicana?
Es la clase que ejerce el control del Estado, aun por encima de la burguesía, que no ha comprendido nunca la verdadera función que le corresponde desempeñar en el espectro sociopolítico dominicano. La oligarquía concentra, entre sus más prominentes integrantes, más del 75% de las riquezas del país en un porcentaje tan reducido de la sociedad dominicana que no alcanza el 0.015% de la población total (cerca de 1,500 ciudadanos que dan pie a la formación de menos de 400 núcleos familiares).
La oligarquía está conformada por varios sectores que, al actuar en consonancia con sus mejores intereses, dan lugar a la formación de lo que se conoce como frente oligárquico.
¿Cuáles sectores integran el frente oligárquico en la República Dominicana?
Los militares; los importadores y exportadores; las aseguradoras y reaseguradoras; los dueños de bancos y medios de comunicación; la iglesia católica, a través de sus más altos rectores; los burgueses desfasados en el rol que les corresponde jugar dentro de la división de clases que se deriva por la posición que se ocupa en las relaciones de producción; la Embajada Americana (elemento común en las oligarquías mundiales); los terratenientes; los narcotraficantes (sector de integración reciente que controla parte del poder político y, además, mueve cuantiosas sumas de dinero dentro de la economía); y la pequeña burguesía, que le sirve "…de instrumento nacional de poder y al mismo tiempo aspira a integrarse en él al nivel más alto…" (Juan Bosch).
¿Cómo interactúa cada sector?
Los militares mantienen el control absoluto de la sociedad vía el aparato represivo del Estado, puesto en sus manos por los legítimos oligarcas para asegurar riquezas de carácter originario dudoso, mal habidas en la mayoría de los casos, de las que disfrutarán, también, como miembros de hecho y derecho. Este sector transmuta, casi por mandato establecido, al de los terratenientes, en una expresión conductual muy bien demarcada históricamente.
Los importadores, exportadores, aseguradoras, reaseguradoras y dueños de bancos concentran los más grandes capitales (generando la menor cantidad de empleos -la relación de empleos/capital es una ínfima cuando se compara con la del burgués-), puestos a disposición del sistema para mantenerlo operando favorablemente, siempre en ejercicio constante de multiplicación de sus riquezas. Estos sectores constituyen la verdadera y más genuina oligarquía, y son los que trazan las pautas a los gobiernos que ellos mismos se dan por medio de representantes muy bien escogidos que diseñan las políticas de Estado de acuerdo con sus intereses.
Los dueños de los medios de comunicación hacen un papel principalísimo al encargarse de la propaganda pro oligárquica y, al mismo tiempo, de la que frena los movimientos populares cuando intentan organizarse en la lucha por conquistas o reivindicaciones mínimas.
La iglesia católica es uno de los sectores más dañinos de los que conforman el frente oligárquico; la oligarquía establece, por medio de los jerarcas del catolicismo, políticas a ser difundidas desde los púlpitos, aceptadas y patrocinadas por una feligresía ignorante -temerosa al extremo de Dios- y sumisa que permite la libre circulación de los males que aquejan al país como bola de fútbol pateada por el mejor de sus exponentes.
En un país con una deficiente y mediocre educación –planificada para que sea de esa forma-, la feligresía es abordada por el cardenal, los obispos y arzobispos quienes, como fieles representantes del frente oligárquico (disfrutan a plenitud de las bonanzas que la buena vida les proporciona por obra y gracia de diezmos muy especiales), tienen que hacer expresiones favorables a sus intereses para que prevalezcan en las mentes de los dóciles y callados fieles, contados por millones en los más ínfimos niveles de la baja pequeña burguesía, y por cientos de miles en las capas media y alta, silenciados estos últimos, más que por ignorancia, por temor a la pérdida de los bienes materiales.
La Embajada americana es la rectora de la política pentagonista, a la que están subordinados los demás sectores, que actúan de común acuerdo con los intereses regionales, continentales o mundiales de los Estados Unidos.
Los terratenientes son los hacendados, dueños de las grandes porciones de tierras cultivables y/o productivas del país; la relación empleos/capital es aún mucho menor que la de los importadores, exportadores, aseguradoras, reaseguradoras y dueños de bancos. Es el sector que mejor retrata la esclavitud y el maltrato a que son sometidos quienes “venden su fuerza de trabajo”.
Los narcotraficantes se han constituido en una “nueva casta”, compuesta por funcionarios, oficiales militares y policiales y pequeños burgueses de los niveles bajos, cuya conducta «… está regida por el afán desmedido de escalar sectores o capas superiores sin miramientos, haciendo cuanto esté a su alcance para lograr, siempre en el plano personal, los lujos o formas de convivencia atípicos en una sociedad atrasada…» (Del entorno corriente y la baja pequeña burguesía… Comentando a Sara Pérez, NH - Publicado en Acento el 14 de mayo de 2012)
¿Cómo funciona la oligarquía?
Leonel Fernández, que gobernó por 12 años, pasó a ocupar la posición de representante del frente oligárquico, sustituyendo a Joaquín Balaguer, quien, por mucho tiempo, ejerció como tal. La oligarquía, que es la clase dominante, aunque no necesariamente la gobernante, tiene dos formas de ejercer el poder: por medio de un hijo legítimo (¡paradojas de la vida!, Antonio Guzmán, de 1978 a 1982) o, en el más común de los casos –dadas las precarias formaciones académicas e intelectuales de sus miembros-, por un representante (Joaquín Balaguer, Salvador Jorge Blanco, Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina, etc.).
Salvador Jorge Blanco pasó a ser representante de la oligarquía desde una sólida posición en la capa más alta de la pequeña burguesía, de la que era parte por ‘virtud originaria’ y, además, por el prestigioso ejercicio profesional. Al llegar al poder, Jorge Blanco era ya un pequeñoburgués de clase alta; el cargo no fue quien lo llevó a esa categoría.
Joaquín Balaguer, representante por excelencia del frente oligárquico, con orígenes bajo pequeñoburgueses, fue escalando posiciones dentro de la división de clases, aunque, al alcanzar el poder, no era más que un integrante de la capa media de la pequeña burguesía; lo que le dio la categoría de alto pequeñoburgués al Dr. Balaguer fue el ejercicio de la presidencia.
El caso de Hipólito Mejía es más complicado. Se asemeja al de Salvador Jorge Blanco, pero, por haber incursionado en la empresa productiva privada, sus matices y contradicciones son diferentes. Esta experiencia le permitió conocer, de forma espontánea y natural, el funcionamiento de la burguesía, sus contradicciones con el proletariado y un nuevo enfoque para la toma de decisiones, algo que le serviría para, como presidente, establecer un precedente con respecto a las medidas que tendría que tomar en el escenario en que fructificó el fraude bancario que, al final, desembocaría, hasta ese momento, en el más grande déficit fiscal que había conocido el país.
Burguesía y proletariado son dos clases que se odian a muerte, aunque no podrían sobrevivir si una de ellas faltare. Los más encarnados comunistas, y algunos intelectuales, sobre todo dominicanos, no han podido entender, con objetiva claridad, las verdaderas y marcadas diferencias entre la burguesía y la oligarquía. La oligarquía subyuga, esclaviza… no transige. Aun siendo el capital y la riqueza los objetivos de ambas clases, la burguesía se niega a actuar de la misma forma; paga la mano de obra del obrero… no la toma por la fuerza; negocia, transige y, quiérase o no, es la clase que le da sustancia al proletariado, su antagónica.
En pleno desempeño como representante del frente oligárquico, estas contradicciones -entre burguesía y proletariado… dos clases en aparente armonía, pero con intereses muy opuestos- llevaron a Hipólito Mejía a enfrentarse a miembros muy selectos de tan odiosa y perjudicial clase, que más adelante serían procesados judicialmente por iniciativa de su propio gobierno.
Leonel Fernández… Aquí pretendíamos llegar… ¡Y llegamos!
¿Cuál es la razón de la lucha actual que libra el pueblo dominicano?
El nuevo gobierno, encabezado por Danilo Medina (otro pequeñoburgués de capa alta de quien desconocemos los medios bajo los cuales escaló esta última posición dentro de la división de clases –al llegar a la presidencia ya pertenecía a ella; por tanto, no fue la primera posición del Ejecutivo quien le dio esa categoría-), se ha visto “forzado” a implementar una reforma fiscal para compensar un déficit dejado por su predecesor que no tiene más raíces que la corrupción, la compra de voluntades en el reciente proceso electoral y la construcción e inauguración de obras inconclusas con la finalidad de proyectar su imagen para la contienda del 2016, poniendo en manos de los “favorecidos contratistas” el capital necesario para cubrir los gastos de la campaña proselitista.
Consciente el pueblo, como lo está, de lo abusivo e inmoral de la reforma fiscal, ha tenido que despertar, militante y combativamente, en las calles dominicanas y de muchos otros países (donde hay millones de dominicanos desterrados, en su mayoría, por las miserias que les ofrecía el lar de origen), con la participación protagónica de lo que los capitalistas llaman clase media, que no es más que la pequeña burguesía de las capas media y alta que, al verse acorralada por el irremediable estrechamiento de sus posibilidades en el mercado, no ha tenido otra alternativa: defender el poder adquisitivo que abarca con sus ingresos, lucha que le ha servido para conocer a fondo los desmanes de que fue objeto por parte de los gobiernos corruptos, cínicos e indolentes de un pequeñoburgués de capa baja que como tal llegó al poder en 1996, siendo la primera vez que el país vivía este escenario desde aquel fatídico 16 de agosto de 1930 que parió al más sanguinario y ladrón de los dictadores (Juan Bosch, el otro mandatario procedente de los mismos estratos sociales, alcanzó el poder como un mediano pequeñoburgués; ahora, la educación recibida de sus ascendentes, el grado de conciencia alcanzado y la comprometida intelectualidad con el sufrimiento del campesino dominicano hicieron de su gestión la única que no estuvo al servicio de la oligarquía).
Los orígenes de Leonel Fernández se encuentran en la baja pequeña burguesía, la misma que alumbró al déspota y criminal Rafael Leónidas Trujillo Molina. Las mejores referencias las ofrece Wikipedia: “Leonel Antonio Fernández Reyna nació el 26 de diciembre del 1953 en Villa Juana, un barrio de clase media-baja-baja de Santo Domingo en la República Dominicana. Hijo de José Antonio Fernández Collado y Yolanda Reyna Romero, más tarde su familia emigró a los Estados Unidos donde pasó toda su infancia y algunos años de adolescencia, básicamente Washington Heights, Nueva York” (sic).
Lo de “media-baja-baja” es la complicación natural que se da el sistema capitalista para la explicación de la división de clases, basada erróneamente en las categorías de las personas por la condición social –de primera, de segunda…-; lo que quiere decir Wikipedia cuando señala “en Villa Juana, un barrio de clase media-baja-baja”, desde el horizonte marxista –o boschista (marxismo regionalizado)-, es que sus orígenes están en la capa baja de la pequeña burguesía que, además, ramifica a la baja pobre y a la baja muy pobre.
Otro punto que ratifica el nivel social de Leonel Fernández es el destino neoyorquino final: “Washington Heights”, que es, por excelencia, el escenario de los guetos de última generación con que cuenta la metrópolis. En él viven los pequeños burgueses de las capas baja pobre y muy pobre que emigraron de la República Dominicana y que el país norteamericano (EE. UU.) ha acogido para la ejecución de los “trabajos marginales” que los naturales no realizan; viven, en un mismo y pequeñísimo departamento, cuatro y cinco familias sin el más mínimo respeto a la intimidad y en las condiciones más perjudiciales de insalubridad.
Es posible que, en un ambiente como el descrito, haya crecido el niño Leonel Fernández quien, incluso, después de haber regresado al país -y haberse investido de abogado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo-, seguía haciendo visible, por la vestimenta y medio de transportación, la posición que la división de clases le otorgaba (el poder adquisitivo propio de su trabajo no era suficiente para el cambio de imagen): pequeña burguesía de la capa baja propiamente dicha -en virtud del limitado ejercicio de su profesión-, de la que saldría como candidato a la primera posición del Estado por el Partido de la Liberación Dominicana. La Presidencia de la República se encargaría de premiarlo con la categoría de alto pequeñoburgués, clase a la que el cargo, intrínsecamente, lleva a todo el que lo ocupe.
El salto cualitativo y cuantitativo que acompañó a Leonel Fernández al posicionarse como primer mandatario de la nación -de bajo pequeñoburgués a alto, sin haber pasado por los niveles medios- debe haber producido ciertos trastornos y delirios de grandeza ya familiares en la vida de Trujillo, de quien es muy poco lo que hay que añadir; creemos que cada dominicano, por ignorante que sea, tiene los conocimientos mínimos sobre la figura de quien fue uno de los dictadores más sanguinarios que ha conocido la humanidad.
No somos psicólogos ni nada que se parezca; sólo se necesita un poco de sentido común para apreciar el odio que apareció en el rostro de Leonel Fernández en aquella entrevista que Nuria Piera le hiciera y en la que aparece Juan Bosch, en otra pantalla, emitiendo sus opiniones acerca del candidato a la presidencia del PLD (Ver http://youtu.be/C2Br8L8WKJk - Bosch: entrevista de Nuria Piera a Leonel Fernández).
Transcribimos lo dicho por Juan Bosch a la pregunta de Nuria Piera; es muy común que los vídeos “posteados” en “YouTube”, provenientes de la República Dominicana, desaparezcan de la faz de la Tierra.
Inmediatamente puede verse el cambio en el rostro de Leonel Fernández cuando el profesor Bosch le quita el protagonismo que personalmente quería adjudicarse; y desde aquí, con sus vicios pequeñoburgueses, comienza el odio al fundador del PLD, al PLD mismo -versión original- y a todo lo que pueda hacerle sombra en la República Dominicana.
Nuria Piera a Leonel Fernández: “vamos a ver lo que dice el profesor Juan Bosch de usted… oigamos”:
Juan Bosch a Nuria Piera: “Bueno, los hechos… en que está participando… o está provocando él, hablan por él… ¿Comprende? Naturalmente, que él no está solo… está el Partido… él es un miembro del Partido… un producto del Partido de la Liberación Dominicana… desde el punto de vista político”.
"Ahora bien, este Rafael Leónidas Trujillo, ¿de dónde salió?; ¿cuáles son las raíces de su psicología, el origen de su sed de más poder, de más riquezas, de más honores; su capacidad de odiar, la necesidad de tener a su alrededor cada vez mayor servilismo, más sumisión; su incapacidad para tolerar la existencia de un alma libre cerca de sí, su odio a quien quiera que se distinga sin su ayuda, su afán de calumniar, rebajar, enlodar reputaciones?". (No… no nos hemos equivocado; es un párrafo extraído de Póker de espanto en el Caribe – Juan Bosch, Pág. 40, Primera Edición, 1988, Editora Alfa y Omega, Santo Domingo, República Dominicana).
Después de formular esta extensa y descriptiva pregunta, que es consecuencia de una mucho más corta, se encarga Juan Bosch de explicar los orígenes de Trujillo y las desviaciones con las que creció por ser personaje de “segunda”, de esos que se reproducen como los "curíos" -así se le llama al Cavia porcellus en RD. En otros lugares, cuy, cuyi, cuye, cuyo, cuis, cobaya, curiel, acure o conejillo de Indias- en la baja pequeña burguesía, y necesitan escalar, a como dé lugar, las capas superiores, aunque para ello tengan que sacrificar lo más preciado.
¿Qué sucede si cambiamos el personaje que alude Juan Bosch? Veamos: "Ahora bien, este Leonel Antonio Fernández, ¿de dónde salió?; ¿cuáles son las raíces de su psicología, el origen de su sed de más poder, de más riquezas, de más honores; su capacidad de odiar, la necesidad de tener a su alrededor cada vez mayor servilismo, más sumisión; su incapacidad para tolerar la existencia de un alma libre cerca de sí, su odio a quien quiera que se distinga sin su ayuda, su afán de calumniar, rebajar, enlodar reputaciones?".
En los gobiernos de Leonel Fernández se estableció el narcotráfico; proliferaron los robos y los atracos; comenzaron los asesinatos no políticos a copar los titulares de los periódicos; el desfalco al Estado, de la mano con la impunidad, llegó al nivel histórico más alto; en los consulados se vendieron pasaportes a ciudadanos chinos; militares fueron apresados por consumir y traficar drogas; se depredaron las reservas científicas de la Cordillera Septentrional; embajadores pidieron garantías para la inversión y señalaron que la corrupción y el incumplimiento de las leyes eran los principales obstáculos...
"Entre el 2004 y el 2012 el Presidente Leonel Fernández salió del país 70 veces, y permaneció fuera de la nación 392 días. Le acompañaron 1,556 personas y gastó 49.1 millones de dólares, es decir 1,939 millones de pesos. La descripción de gastos, arrojada contra los resultados concretos de estos viajes, es sencillamente demencial. 23.9 millones de dólares se gastaron en transporte aéreo. 1.3 millones de dólares en transporte interno; los gastos en restaurantes se estiman en 3.1 millones de dólares, y en hospedaje 16.4 millones de dólares. Igualmente, en compras del Presidente se diluyeron 4.1 millones de dólares. Es extraordinariamente prolijo el detalle de gastos, y nadie en su sano juicio puede apoyar que este hombre que nos gobernó se constituyera una plasticidad semidivina, echando manos de los recursos públicos". [Andrés L. Mateo].-
¿Existe alguna diferencia? Podríamos decir que el señor Fernández no ha sido muy prolífico en “calumniar, rebajar, enlodar reputaciones”, único punto no común con Trujillo, pero, ¿qué significan estas palabras, usadas recientemente en el discurso que pronunció usurpando la competencia del gobernante de turno?
¿No significan estas palabras calumnias, rebajas y enlodamiento de reputaciones? ¿A quién van dirigidas? ¿Al aire?
“Sin embargo, la manera sinuosa en que desde cierta parcela de la opinión pública nacional se ha venido abordando el tema relativo a la reforma fiscal, recientemente convertida en ley, me impulsa a formular algunas aclaraciones que espero contribuyan a despejar confusiones en determinados ámbitos de la sociedad dominicana…
“Sin embargo, como en ese país se respeta la opinión pública y la misma no puede ser manipulada de manera antojadiza, sin consecuencias, a nadie se le ocurre la descabellada insensatez de considerar que un déficit fiscal sea sinónimo de fraude fiscal, y por lo tanto, de delito… (Alusión que hace a la sociedad norteamericana; parece que su volátil y condicionada memoria no recuerda cómo George Bush ganó las elecciones en el año 2000, evento de carácter político de mucha más trascendencia que un asunto semántico).
“Pero, desafortunadamente, hay en el país fuerzas políticas que, aunque por su tradición ideológica deberían favorecer un Estado fuerte, se oponen, formulando alegatos que más bien caen en el campo de la manipulación, la calumnia, el infundio y la maledicencia.
“Pero como ocurre siempre en la historia de los pueblos, la calumnia no pasará. La mentira se desplomará; y la vileza y la infamia no encontrarán terreno fértil donde germinar...”.
El error cometido por nosotros, los dominicanos, en 1996, es el mismo de 1930; y repetir errores nos ha llevado a vivir los mismos fracasos.
"Algunos interesados o tontos afirman que el país ha progresado. ¿Y cuál no en doce años de gobierno de los últimos dieciséis, sobre todo en los de mayor progreso en la historia de la América Latina y especialmente en el Caribe? Pero no hay duda de que en relación con otros países, el progreso se ha estancado en la República Dominicana; ha sido rígido, dirigido y beneficioso sólo para Leonel Fernández y sus secuaces". (Ibíd. - Comparar con antepenúltimo párrafo de la página 68).
Este ensayo tiene por finalidad, además de reclamar la no implementación de la presente reforma fiscal y la condena de los que saquearon el país, alertar sobre los futuros gobernantes: si el PRD se mantiene ofertando a cualesquiera de los dos que lo encabezan… ¡no hay nada que buscar! El PLD -que ha demostrado ser un nido de ladrones-, por vía de Danilo Medina se va encargando de despejar las dudas acerca de su compromiso con el pueblo; Danilo comienza a proyectarse como un representante de la oligarquía que en nada se diferenciará de los demás, salvo que, como Hipólito Mejía, lleve tras las rejas a los “constructores del hoyo fiscal”.
¿Quién, entonces, puede surgir del espectro político para los próximos cuatro años?
Es un deber analizar sociopolíticamente a Guillermo Moreno. Es un pequeño burgués de capa alta que ha demostrado compromiso total con causas muy justas del pueblo, incluso cuando desde el gobierno que surgió en 1996 enfrentó la cúpula del PLD.
No es hacer propaganda de que es el candidato idóneo. Debe ser evaluado y sometido al máximo compromiso… ¡Desde ya! Si los visos son los idóneos, debe proclamársele como el candidato de todos los dominicanos envueltos en estas dignificantes luchas.
Tendría, Guillermo Moreno, más de tres años para honrar la integridad y la dignidad que estamos reconociéndole; y qué mejor manera de hacerlo que no sea asumiendo como suyas estas palabras de Edward James Olmos, que recogemos gracias a la publicación que de ellas hizo Etzel Báez, columnista de este medio, en su portal de “Facebook”: «Me querían en Scarface con Al Pacino, y no lo quise. En ese momento creía y creo que hay otro uso para mi arte. Me daban mucho dinero, pero yo nunca he tenido dinero y no creo que vaya a tener dinero. En esta vida es mucho más importante la fuerza de lo que uno es y la integridad y dignidad de la persona».
Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
20 de noviembre de 2012