Tribuna de Nemen Hazim

Danilo Medina prometió “hacer lo que nunca se ha hecho”; ha pregonado, en innumerables ocasiones, que encarna “lo mejor y más noble de Juan Bosch”. Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, lo definió como “una persona dotada de la nobleza del profesor Juan Bosch…. ¿Será cierto? El tiempo hablará...

Los muertos de Balaguer sí tienen nombre: Francisco Caamaño Deñó, Stalin García Muñoz, Amín Abel Hasbún, Henry Segarra, Maximiliano Gómez (El Moreno), Homero Hernández, Amaury Germán Aristy, Ramón Euclides Holguín Marte, Orlando Martínez, Florinda Soriano (Mamá Tingó), Sagrario Ercira Díaz, Otto Morales, Guido Gil, Luis Manuel Naut, Baldemiro Castro, Ulises Cerón Polanco, Mario Nelson Galán Durán, Bienvenido Leal Prandy, Juan Ramón Payero Ulloa, Eugenio Pérez Perdomo, Gregorio García Castro (Goyito), Manfredo Casado Villar, Eladio Peña de la Rosa, César Augusto Suero (Flavio), Serafín Santana Vilorio, Heberto Lalane José, Alfredo Pérez Vargas, Amado Santana Vilorio, Santiago Manuel Hernández (Mangá), José María Fadul, Salomón Lama, Luis Vargas, Francisco Antonio Peña… y dos mil y tantos más que, si nombramos, harían de este artículo uno demasiado extenso.

¡Sí!… Los muertos de Balaguer tienen nombre pero, de esa misma forma… ¡las fechorías y desmanes de Leonel Fernández también tienen nombre!: las nominillas estatales, una forma de mantener, con el dinero del pueblo, a vagos y corruptos peledeístas a cambio de sus votos; el uso de los recursos del Estado en actividades político-partidistas; la magistral desaparición de 130 millones de dólares provenientes de un préstamo con la Sun Land; el robo -a un pueblo que se muere de hambre- de más de dos mil millones de pesos, para hacer turismo mundial y promoción personal; la repartición de cabañas, pertenecientes al Estado, entre acólitos y serviles; el hurto de cientos de millones de pesos para cabildear reconocimientos estúpidos e inmerecidos; el nombramiento de analfabetos y botellas en el exterior; el abultamiento de la nómina pública con funcionarios innecesarios; los nombramientos de 'fantasmas' en consulados y embajadas devengando salarios del erario; el enriquecimiento ilícito del 'selecto cuerpo de ministros' que administra su finca personal... ¡la República Dominicana!; el incremento en los presupuestos para obras de infraestructura, con la finalidad de enriquecer contratistas, familiares y allegados… ¡y dos mil y tantos más que, si nombramos, harían de este artículo uno demasiado extenso!

Danilo Medina prometió “hacer lo que nunca se ha hecho”; ha pregonado, en innumerables ocasiones -y acaba de ratificarlo en Nueva York durante el día de ayer, en viaje que realiza para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas- que encarna “lo mejor y más noble de Juan Bosch”, parecer que ha sido compartido por algunas personas, entre las que sobresale el director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, quien lo definió como “una persona dotada de la nobleza del profesor Juan Bosch… En la persona de Medina se evidencian rasgos positivos que formaron parte del accionar del profesor Bosch, entre estos su don de gente, destrezas políticas y humildad. Danilo encarna lo más noble del boschismo, con una coherencia entre su pensamiento y accionar… y no hay engaño en su mirada”.

Una definición más atrevida –¡peledeísta!- asegura que “con Danilo se volvería a Bosch, a su pensamiento y enseñanzas, sacando el país del atraso, del desorden y de la pobreza… volver a Bosch significa rescatar la ética en el ejercicio público…”.

Otra definición -¡también peledeísta!- se manifiesta con algo más de retórica. El PLD de Juan Bosch es “una escuela de pensamiento que se expresa en alumnos como Danilo Medina… La política sólo tiene sentido si se ejerce para servir y para hacer transformaciones sociales… El profesor (Bosch, nh) se planteó redimir a los pobres, pagar la deuda externa y eliminar el déficit presupuestal”.

Profesor Juan Bosch: lo que no vemos es que, habiendo tantas opiniones que aproximan a Danilo Medina a su enorme figura, ninguna haya sido capaz de plantear que el actual mandatario emula su entereza y su determinación para enfrentar la corrupción que llevó a cabo la plana mayor de esa letrina que hoy es el Partido de la Liberación Dominicana. Y, para despejar las dudas que pueda albergar alguna de esas entelequias que defienden lo indefendible, nos permitimos transcribir las extraordinarias palabras que pronunció usted desde el Palacio Nacional: «Queremos advertir al país que el presidente de la República no tiene amigos, ni enemigos, ni arientes, ni parientes. La ley protege a todos los dominicanos, pero la ley también le cae encima a todo dominicano que la viole. Esto es una república que tiene que regirse por la ley, y la ley no conoce nombres, ni personas, ni sentimientos, ni relaciones familiares. Los funcionarios de este gobierno, los escasos funcionarios de este gobierno que crean que el presidente no se va a enterar si hacen algo mal hecho, están equivocados, porque el presidente se entera, y el presidente envía a la Justicia y hace detener al más íntimo de sus amigos y al más cercano de sus colaboradores. Me duele hacerlo, pero tengo que hacerlo, para preservar la democracia en este país y para conservar mi dignidad y mi honor. Yo puedo ser derrocado como cualquier gobernante puede ser derrocado en América Latina, pero no seré deshonrado; cuando salga del poder tendrán que reconocer mi honestidad. ¡Este gobierno, en ningún caso ordenará, ni protegerá, ni encubrirá una inmoralidad, una maldad o un crimen!».

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
23 de septiembre de 2012