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III.- Combustibles, deuda externa y PIB: recursos de Leonel para lo mal hecho...

Mientras el pueblo languidece por el hambre, la falta de educación y las deficiencias en el sistema de salud, mientras desaparece todo indicio de moralidad y ética en el ejercicio del poder, Leonel Fernández, en campaña personal y permanente para el 2016 –arrogándose ridículamente méritos exclusivos de Danilo Medina-, empeña al país llevando la deuda externa a niveles preocupantes...

Mientras el pueblo languidece por el hambre, la falta de educación y las deficiencias en el sistema de salud, mientras desaparece todo indicio de moralidad y ética en el ejercicio del poder, Leonel Fernández, en campaña personal y permanente para el 2016 –arrogándose ridículamente méritos exclusivos de Danilo Medina-, empeña al país llevando la deuda externa a niveles preocupantes (incluso si se compara con el Producto Interno Bruto), con la única finalidad de asegurar ilícitamente capital político.

La suma de las diferencias en los dos períodos de comparación alcanza los $275,432,601.66 pesos a favor del gobierno... ejemplo típico de lo que el pueblo conoce como "un negocio redondo", imposible de ser emulado, en tan corto tiempo, por capital privado.

Si se suman a esta cantidad los beneficios que generan los demás derivados, el porcentaje normal establecido en la fórmula para el pago de la deuda externa y algún otro porcentaje oculto que se derive de la misma -típico de una sociedad en la que el gobierno funciona de espaldas al pueblo-, es de esperar que los millones disponibles para el “Comité Político Gubernamental” continuarán elevando la cartera de préstamos en un ciclo interminable (un círculo vicioso... "un enredo llamado recursión infinita") que funciona de la siguiente manera: el gobierno toma prestados miles de millones de dólares para “redondear” el presupuesto; de este, destina la mayor cantidad de recursos a la construcción de obras que produzcan retroalimentación de carácter político, a la que se suma una gran cantidad de recursos económicos provenientes del diferencial en los precios de los combustibles; esa inyección de miles de millones de dólares provenientes de préstamos eleva, con la inserción en la economía de bienes y servicios frescos, el Producto Interno Bruto; al subir el PIB disminuye el porcentaje de compromiso (relación deuda/PIB -abstracta para la mayoría de los dominicanos-) y se hace “imprescindible” redondear el nuevo presupuesto concertando más préstamos... comprometiendo la soberanía y el futuro, incluso, de los que aún no han nacido.

Esta "deuda pública de carácter perpetuo", contraída por Leonel Fernández y su camarilla, no terminará hasta que surja un gobierno comprometido con el pueblo, que dé prioridad a la educación y a la salud por encima de las construcciones suntuosas, y que enjuicie los actos de corrupción de las últimas administraciones sometiendo a la justicia, desde los gobernantes más encumbrados, hasta los invisibles y silenciosos mensajeros.

Se hace fácil entender por qué el gobierno del conceptualizador no invierte en la educación, en la salud y en la sana recreación. No hablamos de la construcción de edificios que fungen como sostenedores del negocio político; hablamos de la formación de maestros, de entrenadores… de enfermeras. Hablamos de libros, computadoras, servicios sociales, técnicas de instrucción, educación continua, capacitación, educación especial; actividades que no tienen nada que ver con obras materiales y que, por tanto, no generan los desvíos de recursos suficientes para cubrir los falsos liderazgos o para consolidar la acumulación originaria, de la que el Estado, por el ejercicio inmoral que desde él se practica, se ha convertido en el principal sostenedor (sin temor a equivocarnos, esta debe ser la actividad mejor procesada -derivada de la contraposición a las prédicas de Juan Bosch- por la mayoría de los charlatanes e inmorales que conforman el más alto nivel de dirección del Partido de la Liberación Dominicana).

Lo analizado para un período de apenas diez semanas corresponde a una de las muchas actividades sucias en las que se ha visto envuelto este gobierno. Podrá el lector, con una proyección anual, conocer de dónde y cómo salen los dineros para la compra de cédulas, de emisoras, de iglesias, de curas, de obispos, de cardenales, de periodistas, de periódicos, de militares, de traficantes de droga, de jueces, de empresarios…

Estos genios de la simulación y de la maldad no pueden ser subestimados; en un futuro no muy lejano, con los eternos e irritantes problemas que caracterizan al mayor partido de oposición, no sería nada extraño verlos embarcarse en la proeza de comprar la conciencia del representante de Dios en la Tierra. Y por qué no; ¡hasta la del mismo Dios!

Fin...

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
12 de junio de 2012