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Raíces de un poder usurpado. «Urge la tarea de salir del estado de barbarie política y social en que vivimos»
RAÍCES DE UN
PODER USURPADO
RADIOGRAFÍA DEL PROCESO
ELECTORAL DOMINICANO DE 1990
Leonel Fernández
Introducción
PODER USURPADO
RADIOGRAFÍA DEL PROCESO
ELECTORAL DOMINICANO DE 1990
Leonel Fernández
Introducción
Así reza la introducción de “Raíces de un poder usurpado”, obra desaparecida de la faz de la tierra por Leonel Fernández -su autor- y sus acólitos desde aquel día en que se firmó el pacto con Balaguer para dejar constituido el mal llamado Frente Patriótico. Con su desaparición se pretendió ocultar a los reformistas, ignorantes por idiosincrasia y comerciantes congénitos de la política, las opiniones vertidas por el Dr. Fernández sobre Joaquín Balaguer y el fraude con el que había despojado de la presidencia a Juan Bosch y el PLD. Hoy sabemos que la desaparición de todos los ejemplares de “Raíces de un poder usurpado” pretendía, además, ocultar a los dominicanos las perversas intenciones que se guardaba el líder del mal llamado “Nuevo Camino”. Si con urgencia se buscaron y quemaron los libros para realizar aquel pacto con los reformistas, ahora contratarán la CIA, la INTERPOL, el MOSSAD, el MI6 y la DST para recoger las pocas muestras que sobreviven dispersas por el mundo.
(…)
Las elecciones… no fueron una excepción. Al revés, constituyeron un nuevo eslabón en la cadena de fraudes, vicios e irregularidades que caracterizan el sufragio en nuestro país.
(…)
El autor de este trabajo inició… la publicación de un conjunto de artículos… en los que vertía sus juicios y opiniones con relación al más reñido y tormentoso proceso electoral de la historia del país.
(…)
Tomé la decisión de reunirlos (los artículos, nh) en este texto con la esperanza de que puedan de alguna manera contribuir a iluminar la idea de que “es urgente la tarea que tenemos los dominicanos de salir del estado de barbarie política y social en que vivimos” (comillas y negritas mías, nh).
Si eso llegare a ocurrir, las expectativas del autor quedarían más que satisfechas.L.F. (Leonel Fernández, nh)
Santo Domingo
16 de febrero de 1991
El actual, el mismo fraude que cometió tantas veces el Dr. Balaguer, está totalmente documentado por su ejecutor en aquella obra escrita en 1991, que ha venido perturbando la paz y la tranquilidad de Leonel Fernández y muchos de sus colaboradores del PLD. La elaboración, y su fiel reproducción, nos remontan a las proféticas palabras que recogen las Sagradas Escrituras. Las conclusiones a las que llegaron los observadores internacionales, constituidos en una delegación encabezada por Jimmy Carter, expresidente de los Estados Unidos, y que Leonel Fernández denominó Informe Carter, señalan que “a pesar de la proclamación oficial de Balaguer como el ganador de las elecciones, algunos dominicanos creen que Bosch habría ganado si el gobierno no hubiese cometido fraude”. Esas palabras, que se desprenden de las conclusiones del Informe Carter, son las mismas que hoy recorren la geografía nacional: “algunos dominicanos creen que Hipólito habría ganado si el gobierno no hubiese cometido fraude”.
El doctor Leonel Fernández, ejecutor de sus propias profecías, se expresa así de las opiniones vertidas por la delegación encabezada por el expresidente Carter: “Sin dudas, el lenguaje con que se formulan esas conclusiones constituye un modelo del arte de la diplomacia, pero si una cosa resulta clara al leer entre líneas es que los delegados no descartan el que se haya cometido fraude en las elecciones, sino que de lo que se trata es de probarlo. Estableciendo un símil con los procesos judiciales, lo que el Informe Carter ha querido indicar es que el acusado ha sido puesto en libertad no porque no cometiera los hechos sino por insuficiencia de pruebas”. ¿Parecido a lo que vive el país hoy ante el trauma electoral de turno?
Los delegados actuales han encontrado suficientes anomalías como para sembrar dudas razonables en la ejecución de un fraude, y el lenguaje con que los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Participación Ciudadana (PC) han formulado las denuncias “constituye un modelo del arte de la diplomacia, pero… no descartan el que se haya cometido fraude en las elecciones…”. Es muy normal que en estos procesos, para no mostrar injerencia en los asuntos de un Estado ajeno, los observadores internacionales equiparen las malas artes de los partidos más importantes en la lucha por el poder, sobre todo cuando uno de ellos compite desde el gobierno: el PLD compró cédulas…, pero el PRD también lo hizo; el PLD usó los recursos del Estado…, y el PRD también. De esta forma, se hace una tímida denuncia pero sin el compromiso que conlleva la misma.
Dentro de las razones que el gobernante cita para justificar el fraude que Balaguer y los reformistas hicieron a Juan Bosch y al PLD están: la “compra de documentos de votación; militares que votaron (sic); nombres de ciudadanos fallecidos que aparecieron en las listas…”. Leonel Fernández inserta en su obra un documento elaborado por el PLD que parece haber sido redactado para este proceso que acaba de finalizar: “El fraude fue ejecutado desde antes de las elecciones en una diversidad de formas que incluyen la compra y el alquiler de carnets electorales, la falsificación de documentos imprescindibles para el ejercicio del sufragio (registro y cédula), el dislocamiento en la información de votantes inscritos (número de mesas, nombres, etc.), la rehabilitación de inscritos cancelados por fallecimiento o ingreso en las fuerzas armadas (sic), la votación doble o triple…, etc.”.
Juan Bosch afirma, el 20 de mayo de 1990, que “el pueblo no reconocerá un gobierno surgido de un fraude electoral”. El Dr. Fernández se hace eco de las palabras de Juan Bosch y las inserta en su libro, convirtiéndolas en fieles expresiones de denuncia aplicables a cualesquiera de los traumas electorales que ha vivido el pueblo dominicano. Citamos:
“Raíces de un poder usurpado” debe ser lectura obligada, aunque con ello contribuyamos a engrosar las arcas de Leonel Fernández. Podemos asegurar que los beneficios que derivarían de la venta de esta reliquia no provocarán la degustación de nada apetitoso. No podemos continuar con las similitudes entre el evento denunciado por el Dr. Fernández y este, ejecutado también por él, y mucho menos consumir la totalidad de la fuente original. Dejamos a los lectores toda la información pertinente al libro de marras:«(De los, nh) más de un millón y medio de dominicanos que tenían derecho al voto y no votaron, trescientos mil de ellos no lo hicieron porque les fueron comprados sus documentos electorales. Salió la gente del reformismo a comprar los carnets electorales y en la mayor parte de los casos los pagaron a quinientos pesos el carnet. ¡Imagínense ustedes con la cantidad de gente pobre que hay en este país, llevarle un billete de quinientos pesos para comprarle su carnet electoral! Con toda seguridad hubo miles de personas, especialmente mujeres, que sintieron en el alma no tener tres carnets electorales en vez de uno solo (¡Qué ruidosas suenan ahora esas malsanas palabras pronunciadas por Franklyn Almeyda!, nh).
«Bueno, el hambre y la necesidad pudieron más que el deber ciudadano, con lo cual ha quedado confirmado lo que hemos dicho muchas veces: que donde hay estómagos vacíos no puede funcionar correctamente la democracia. La democracia requiere estómagos llenos.
«Con trampas y suciezas (sic) gana cualquiera… el PLD no acepta que al pueblo se le imponga un gobierno que no ha elegido. Por eso empezamos en este momento a dar la batalla contra el fraude. Esa batalla la iniciamos en el terreno legal y la llevaremos al terreno que sea necesario…
«Sabemos que un país gobernado con base en resultados electorales fraudulentos, es un país donde no hay garantía para nadie, ni siquiera para los que hacen el fraude…
«La de hoy es una lucha entre fraude y dictadura por un lado y juego limpio y democracia por el otro. Que no se equivoque nadie. El robo, el fraude y la dictadura no triunfarán. El pueblo dominicano terminará imponiéndose, ganándose el derecho a vivir mejor dentro de un régimen de verdadera democracia, distinto a esa caricatura repugnante detrás de la cual se esconden el abuso y los privilegios…».
Para concluir, nada mejor que hacerlo con las mismas palabras con las que Leonel Fernández finalizó su introducción, palabras que ahora hacemos nuestras: “es urgente la tarea que tenemos los dominicanos de salir del estado de barbarie política y social en que vivimos. Si eso llegare a ocurrir, las expectativas del autor quedarían más que satisfechas”.«Raíces de un poder usurpado. Radiografía del proceso electoral dominicano de 1990». Autor: Leonel Fernández. Primera Edición, 1991. Impreso en la República Dominicana, Editora Alfa y Omega. Portada: Amaury Villalba.
Nemen Hazim
25 de mayo de 2012
San Juan, Puerto Rico