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II.- Del entorno corriente y la baja pequeña burguesía...

«El pequeño burgués de las capas baja, baja pobre y baja muy pobre, cuando adopta una definición ideológica, la alimenta con sentimientos y emociones que lo empujan a destacarse socialmente, a escalar posiciones que lo distingan; sólo le interesa darse a conocer y nada más»

Los calieses, los torturadores, los asesinos, las mafias, los sicarios, los ladrones, los corruptos… los transgresores, como señala Sara Pérez, no salieron del otro mundo, ni del espacio sideral; tampoco llegaron de Marte: han “crecido en el patio… en el entorno corriente”… tienen su origen en la baja pequeña burguesía, el último de los niveles que, de acuerdo con Marx, existía en las sociedades europeas, producto de la división de clases que surge por el lugar que se ocupa en las relaciones de producción.

Esas sociedades europeas eran muy diferentes de lo que era, y es hoy, la sociedad dominicana, misma que Juan Bosch analizó de forma extraordinaria en sus obras “Composición Social Dominicana” y “Clases Sociales en la República Dominicana”.

Dadas las características particulares de una sociedad de capitalismo tardío, que arribó al final del primer tercio del siglo XX como una típicamente hatera, Bosch se vio en la necesidad de llegar más lejos que Marx. Esa enorme cantidad de desheredados sociales que no tenía lugar en las relaciones de producción, según las teorías marxistas, encontró espacio en dos subclases de la baja pequeña burguesía: la baja pobre y la baja muy pobre, de las que salen todos los vicios que como sociedad exhibimos, cuyos integrantes “han crecido en el patio”, seguirán desarrollándose “en el entorno corriente” y, como es de esperarse -por no haber “sanciones para los inculpados… frenos institucionales y vigilancia-, habrá mayores y peores consecuencias”.
«El pequeño burgués de las capas baja, baja pobre y baja muy pobre, cuando adopta una definición ideológica, la alimenta con sentimientos y emociones que lo empujan a destacarse socialmente, a escalar posiciones que lo distingan; sólo le interesa darse a conocer y nada más.

«Las capas bajas de la pequeña burguesía se nutren del campesino que llega a las ciudades, que, por sus condiciones materiales de existencia, es ideológicamente burgués. De ellas sale tanto el guardia y el policía como el activista político, que vota convirtiendo ese acto en una inversión que, cree él, conoce muy bien el candidato por el cual sufragó. Está totalmente convencido de que el voto que emitió fue el que hizo presidente de la República a su candidato y que este también lo cree, por lo que espera una retribución material a cambio.

«En su movilización a otros horizontes, la baja pequeña burguesía ha arrastrado hábitos y patrones de comportamiento similares a los que la sustentan en la patria de origen, pero al mismo tiempo ha seguido desarrollando nuevos vicios; por ejemplo, el de engendrar seudo defensores que claman por respeto a la comunidad, con el único fin de generar riquezas y permitirse el salto de la capa en que se encuentran a una capa superior.

«El bajo pequeño burgués hace lo impensable para subir en la escala social: miente, roba, inventa chismes, mata, traiciona; a su madre critica si le da la espalda; se cree amigo personal de militares y funcionarios que no conoce; 'sabe de todo', calumnia, fabula; repite lo que oye y lee sin constatarlo y su alma vende, al diablo de ser necesario, por la obtención y exhibición de bienes materiales. De él se puede esperar cualquier atrocidad sin importar la magnitud de la misma; es responsable -por los millones de iguales- de la sociedad que existe y ha existido siempre en la República Dominicana; de los interminables gobiernos de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y -parece que, por el trabajo sucio que realiza, en un futuro no muy lejano- algún otro Trujillo» (“La baja pequeña burguesía perredeísta y el neotrujillismo” - noviembre de 2010, nh).
Para hacer frente a todas estas deformaciones sociales, y romper con lo que se había establecido como patrón de conducta en el proceder del bajo pequeño burgués, Juan Bosch creó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), precisamente para acabar con el robo, la corrupción, las injusticias, los favores, el tráfico de influencias… en fin, para proporcionar al pueblo una agrupación política capaz de hacer frente a los males que nos agobian como nación desde el 1844.

La razón principal que llevó a Juan Bosch a fundar el PLD fue el comportamiento exhibido por los miembros del primer partido que fundó: el Revolucionario Dominicano (PRD). El PLD surge como una negación del PRD, agrupación para la que no existen límites en lo que concierne a indisciplina y desorganización.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
9 de mayo de 2012