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IV.- ¡Basta ya! ¡Balaguer no, Fernández Domínguez sí!

La lucha del pueblo dominicano, de los militares constitucionalistas, de dirigentes políticos, de ingenieros, en fin, la lucha de toda la nación contra las tropas invasoras yanquis, que mancillaron el honor y la soberanía, es la más grandiosa obra que nos legó ‘el Soldado del Pueblo y el Militar de la Libertad’. El coronel Rafael Fernández Domínguez fue el artífice que unió todas las piezas que se requerían para combatir al ejército más poderoso del mundo y lograr la reivindicación del honor y la soberanía

Por razones inexplicables, Balaguer ha sido colocado junto a los más grandes dominicanos, pero, por esas mismas razones, se ha excluido a un dominicano ilustre, militar honesto, limpio, comprometido con la patria, defensor de la soberanía, de las instituciones democráticas y de un gobierno que el pueblo se dio por libre expresión en las urnas, que lo hace mil veces más legítimo que los que ejerció el rey de la trampa y del mal accionar en la República Dominicana: Joaquín Balaguer. Ese insigne dominicano, con la hoja militar más limpia, honesta y comprometida con la institucionalidad, se llama Rafael Fernández Domínguez, injustamente aislado de los próceres dominicanos.

La lucha del pueblo dominicano, de los militares constitucionalistas, de dirigentes políticos, de médicos, de ingenieros, de abogados, en fin, la lucha de toda la nación contra las tropas invasoras yanquis, que mancillaron el honor y la soberanía, es la más grandiosa obra que nos legó ‘el soldado del pueblo y el militar de la libertad’, obra que hizo posible que el pueblo dominicano se creciera hasta la cima de la dignidad, del valor y del coraje: el coronel Rafael Fernández Domínguez fue el artífice que unió todas las piezas que se requerían para combatir al ejército más poderoso del mundo y lograr la reivindicación del honor y la soberanía”, decíamos en el ensayo titulado “Soldado del Pueblo y Militar de la Libertad… ¡AL PANTEÓN NACIONAL!”, en el que hacíamos un recuento de la vida de este ilustre militar, de comportamiento “extraño” en una institución históricamente acostumbrada a doblegar al pueblo y a saquear sus bienes y pertenencias.

El presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, había declarado que el prócer coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez era la figura militar en la historia dominicana reciente con mayores méritos para ser exaltado al Panteón de la Patria. De la misma forma se han expresado historiadores serios y responsables, medios de comunicación, periodistas y articulistas de varios diarios. Y entonces… ¿qué pasa? ¿Cuáles son los intereses oscuros que impiden tal acción y que marginan al más ilustre de los dominicanos que se han formado en los cuerpos militares?

Nadie que se respete debe permitir que el doctor Balaguer ocupe el lugar que corresponde históricamente al coronel Rafael Fernández Domínguez; el pueblo denominaba a uno “Joaquín Balaguer, muñequito de papel, asesino en el poder”, queriendo expresar, con pocas palabras, la subordinación al imperialismo yanqui y a la oligarquía criolla, y la maquinaria de cometer asesinatos con la que tiñó de sangre los terribles “doce años” que se dieron entre 1966 y 1978.

Al otro lo bautizó el mismo pueblo, por vía de Juan Bosch, como “¡Soldado del Pueblo y Militar de la Libertad!”, y lo bautizó de esa manera por la infinita grandeza de su conciencia patriótica, por su entrega total a las mejores causas de la dominicanidad y por el compromiso manifiesto en cada una de sus acciones en favor de la soberanía y la integridad de la nación [“… Al coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez, a todos los oficiales, a los coroneles, mayores, capitanes y tenientes, a los sargentos y a los rasos de las Fuerzas Armadas que se han levantado para reconquistar la libertad y la democracia, a todos ellos se les conocerá en la historia como los soldados del pueblo y militares de la libertad”] - Juan Bosch, Puerto Rico, 25 de abril de 1965.

Sabemos que este movimiento tiene una alta categoría histórica; que él marcará una época en nuestro país, siempre traicionado y siempre esclavizado; sabemos que con nosotros no sólo se levantará la voluntad democrática del pueblo dominicano sino también la fe de muchos pueblos de América que tienen en su corazón un altar para los luchadores de la libertad. Y porque sabemos todo eso, terminaremos la lucha con el mismo sentido del honor con que la empezamos y con el alma satisfecha de los que sirven a la Patria y, en consecuencia, sirven a su pueblo. Aquel que de nosotros caiga en la lucha, no caerá; se elevará al respeto de todos los dominicanos; aquel de los que luchan contra nosotros, que no comprenda a tiempo su error, ese caerá para siempre del amor del pueblo y será perseguido por la historia”; estas palabras reflejan la grandeza y el nivel de compromiso que, voluntaria y espontáneamente, con unos valores morales y patrióticos muy arraigados, exhibía el coronel Rafael Fernández Domínguez para con la nación dominicana, esa misma nación que fue pisoteada por las tropas yanquis que tanto admiraba el doctor Balaguer y a las que se arrodillaba como el peor de los serviles.

Continuará...


Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
3 de marzo de 2012