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III.- Comunistas, Juan Bosch y sus discípulos...

«Aunque hizo de político durante tantos años, en realidad, Bosch era primeramente un gran pensador, equipado con una fina intuición y una clara definición de valores éticos. Como no le reconocíamos el arrojo de un guerrillero a él, como político, descalificamos al intelectual y al dirigente. Grave error de todos nosotros, sobre todo los que, de una manera u otra, participamos en esos acontecimientos…»

Si nuestros comunistas leyeran a Juan Bosch, necesariamente tendrían que acuñar palabras como las que transcribimos a continuación:
“Juan Bosch, con una lucidez que ninguno de nosotros pudo entonces advertir, trabajó… y publicó dos de sus ensayos más ignorados: El pentagonismo: sustituto del imperialismo y Dictadura con respaldo popular. Pero… nosotros no hicimos caso a ninguno de estos dos planteamientos. Desde las trincheras de la izquierda continuamos buscando e importando tesis políticas… sin embargo, durante todo ese tiempo Bosch había producido y propuesto dos tesis políticas que conservan vigencia y que en algunas partes parecen haber sido escritas ayer…

“El caso penoso y triste es que las fuerzas progresistas dominicanas no fueron capaces, no pudieron hacer suyas esas tesis. La incomprensión de lo que planteaba Bosch en aquella etapa, el desprecio generalizado a su pensamiento de entonces, nos llevó a todos a producir un juicio imprudente de sus méritos y condujo a una valoración de su gestión política que ignoraba su estatura moral e intelectual.

“Aunque hizo de político durante tantos años, en realidad, Bosch era primeramente un gran pensador, equipado con una fina intuición y una clara definición de valores éticos. Como no le reconocíamos el arrojo de un guerrillero a él, como político, descalificamos al intelectual y al dirigente. Grave error de todos nosotros, sobre todo los que, de una manera u otra, participamos en esos acontecimientos…” (Melvin Mañón: Operación Estrella, 5ta edición, Editora Manatí. Santo Domingo, República Dominicana).
Leer a Bosch nos ha permitido conocer las palabras del Sr. Mañón y mucho más. Leerlo nos ha permitido asimilar unas herramientas que la mayoría de sus compañeros y discípulos -dentro de un PLD al que la “L” le sobra y un PRD al que la "R" le queda muy grande- ha obviado de forma olímpica.

Se hace muy difícil, prácticamente imposible, analizar cómo esa mayoría, dentro de ambos partidos, pudo permanecer tanto tiempo al lado de Juan Bosch, en silencio, con las garras listas y las perversas mañas dispuestas a saltar al aflorar el primer indicio de poder.

La respuesta, si se quiere, ha sido una copia fiel de la dada por Joaquín Balaguer a Juan Bosch en La Habana, Cuba, cuando le fue ofrecida la presidencia del PRD en el exilio para luchar contra la tiranía de Trujillo: "Mira, Juan, el mejor sitio para comerse un mango es sentarse debajo de la mata a esperar que caiga", contestaría el Dr. Balaguer, quien durante 22 años se comería el mango, lo mismo que harían perredeístas y peledeístas al llegar al poder (devorar los recursos del Estado para satisfacer sus ambiciones personales).

Las medidas de vigilancia y fiscalización implementadas por el profesor Bosch marcaban la diferencia en un peledeísta –no como algo propio… innato, sino impuesto, como tenía que ser, para evitar que se liberara el ladrón que vive endémicamente dentro de nosotros-, las que, al ser eliminadas por Leonel Fernández, proporcionarían al país "dos PRD" (sic), como diría nuestro amigo Euclides Gutiérrez Félix, quien así se expresaría con la marcada intención de alertar a sus correligionarios ante el avance de la corrupción en el PLD, sin darse cuenta de que ya su partido había superado los registros históricos alcanzados por el PRD y los reformistas.

La vida pulcra, honesta e impecable; la formulación de las extraordinarias teorías sociopolíticas; el cabal conocimiento de las sociedades dominicana y del exilio; la dignidad, entereza y firmeza de carácter; y los valores morales y éticos se conjugan en la figura de Juan Bosch convirtiéndolo en paradigma para los que pensamos y actuamos en consonancia con sus enseñanzas y atributos, aunque, en ocasiones, han sido las causas de las frustraciones sufridas al ser marginados por una sociedad corrupta, permisiva e indiferente que ha convertido la inversión de valores en patrimonio nacional.

Fin...

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
5 de febrero de 2012