II.- Comentario a una polémica sobre Juan Bosch...
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Narciso Isa Conde y varios más de los “vivos” pueden dar testimonio del esfuerzo que desplegó Juan Bosch para salvar las vidas de muchos de los líderes revolucionarios -que serían el objetivo principal de un grupo dentro de las Fuerzas Armadas que buscaba dar un golpe a Balaguer para implementar en el país un gobierno militar tipo los que existían en América del Sur y América Central-.
El lunes cinco de febrero de 1973, tres días después del desembarco de Caamaño por Caracoles, Juan Bosch y Peña Gómez se encontrarían, por primera vez desde ese viernes, en la casa del presidente del PRD para analizar, en una reunión de emergencia de la Comisión Permanente, la llegada del coronel Francisco Caamaño Deñó a tierras dominicanas comandando una guerrilla de nueve hombres.
Ese mismo día, 2 de febrero, el excoronel Emilio Ludovino Fernández visitaría a Bosch en su residencia para informarle que “el coronel Caamaño le manda a decir que apoya con toda su alma la línea política que sigue el Partido Revolucionario Dominicano y que usted y el PRD pueden contar con todo su respaldo”. José Francisco Peña Gómez acompañaba al excoronel Ludovino Fernández cuando le transmitió a Juan Bosch el mensaje que le había enviado Caamaño. Además, este mismo “predestinado” había estado en la casa de Bosch el día 5 y no le había informado acerca de la presencia de Caamaño en el país, cosa que haría dos o tres horas después cuando Juan Bosch inicia, en la casa de Jacobo Majluta, la reunión de la Comisión Permanente –que había sido cambiada por petición de Peña-, cuestionando la veracidad de la guerrilla, ya que el mismo Caamaño, por voz de Ludovino Fernández, y en presencia del “astro con luz propia”, le había comunicado la adhesión a la línea política suya y del PRD, que nada tenían que ver con alzamiento en armas para derrocar el régimen criminal de Balaguer.
Peña le ratifica a Bosch la presencia del coronel Caamaño y manifiesta que la información le fue ofrecida por Guarionex Lluberes Montás, hermano de Salvador, al momento jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana. Aquí inicia la clandestinidad y la ruptura de Juan Bosch con el “líder máximo”, quien sí sabía que Caamaño vendría, razón por la que había expresado en un mitin en Puerto Plata que “las ametralladoras sonarán de nuevo en las calles de Santo Domingo, igual que en 1965”. Sobre este tema pueden hablar con mucha propiedad Hamlet Hermann, Miguel Franjul, Bonaparte Gautreaux Piñeyro, Claudio Caamaño y otros; hágase un simposio para esclarecer esta parte oscura de la historia dominicana que necesariamente tiene que arrojar luz acerca de la traición al Coronel de Abril.
El Partido de la Liberación Dominicana que fundó Juan Bosch bajo los lineamientos del Centralismo Democrático es el mismo que quería estructurar con un PRD rancio, indisciplinado, de débiles prácticas organizativas y conocimientos políticos incompletos, pero no pudo; el PRD era (y sigue siéndolo) una “desorganización política”.
En el intento de establecer la revista Política: Teoría y Acción, el profesor Bosch tuvo que hacer de mecanógrafo, traductor, director, corrector y articulista; el único artículo del Dr. Peña Gómez que apareció en la misma fue escrito a petición del propio Bosch, quien desplegó inútiles esfuerzos en el establecimiento de los Círculos de Estudios, sobre todo al no acudir el “máximo líder” a ninguna de las reuniones del organismo al que pertenecía, porque “no era necesario”… él era un “astro con luz propia”.
Las elecciones de 1974 serían otro matadero electoral, igual a las de 1970, tal y como lo había señalado Juan Bosch; y el Dr. Peña Gómez se encargaría de validar estas palabras cuando un día antes de los comicios retiró la participación del PRD (Juan Bosch ya había formado el PLD, que tampoco acudió a esa contienda) debido a la inmoral práctica de los militares de incursionar en las actividades políticas: identificados con Balaguer, portaban un pañuelo rojo en la punta del fusil.
El comportamiento asumido por el profesor Juan Bosch -y el PLD- ante el conflicto surgido de las elecciones que había ganado limpiamente el PRD, ha sido uno de dudosa posición política, que se convierte en una blanca nube en la limpia esfera azul que adorna la vida del ilustre dominicano que, como buen humano, no escapa a los errores y a las equivocaciones, sobre todo si son el producto de la aversión y la antipatía a una organización política -al Partido Revolucionario Dominicano específicamente-, de la que no estamos exentos ninguno de los que, para la época, formábamos parte del PLD.
Fin...
Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
10 de diciembre de 2011