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I.- Otro discurso para la historia...

Pudimos escuchar y ver al mandatario en un largo discurso, brillante por demás, donde no se dijo una sola mentira, pero sí se encubrieron muchas verdades, otras se dijeron a medias, y los escenarios se utilizaron a su antojo. Leonel Fernández comparó la República Dominicana del 2011 con la del 1961, lo que necesariamente lo lleva a mostrar un crecimiento desproporcional...

El transformista
De Hari Kunzru

"Una de las novelas que me cautivó por su fuerza narrativa, así como por su profundidad en el conocimiento del ser humano y sus distintas tomas de postura ante la vida, es El transformista, de Hari Kunzru, en la que el protagonista, atrapado, por nacimiento, entre dos culturas y dos formas de vivir distintas, emprende un viaje para encontrarse a sí mismo, en el que va adoptando diversos caracteres... hasta llegar al destino que él quiere encontrar".

"... Vemos al protagonista cómo, de una forma pícara, se mete en los distintos personajes y asume sus realidades... Será (un, nh) auténtico protagonista de muchas aventuras, brillantemente escritas... El autor de esta gran novela... es uno de los grandes escritores en el panorama literario inglés".

Las comillas expresan explícitamente que esas palabras no corresponden a nosotros, sino a los comentarios de un libro titulado El transformista, escrito por Hari Kunzru -Editorial Alfaguara-, y que aparecen en la página "Libros".

El título lo habíamos seleccionado debido a que en el artículo "¡E' pa'lante que vamo'!", que publicáramos el 20 de agosto del 2009, ya habíamos bautizado al presidente dominicano como "El ilusionista", y en la búsqueda de una imagen que se ajustara a la nueva proyección del mandatario -"El transformista"-, encontramos también esas palabras, que muy bien se ajustan a quien describe a la República Dominicana como la nueva Suiza del mundo.

Pudimos escuchar y ver al mandatario en un largo discurso, brillante por demás, donde no se dijo una sola mentira, pero sí se encubrieron muchas verdades, otras se dijeron a medias, y los escenarios se utilizaron a su antojo.

Veamos:
1.- Comparó la República Dominicana del 2011 con la del 1961, lo que necesariamente lo lleva a mostrar un crecimiento desproporcional.

2.- Realizó una extensa defensa para justificar la negativa al aumento del presupuesto en educación a un 4% del Producto Interno Bruto (PIB), según se consigna por ley. Para su defensa, no mencionó en ningún momento el porcentaje prefijado, ni aludió que viola la ley al no hacer lo que esta le impone que haga.

Utilizó a Inglaterra, a Francia y a otros países altamente desarrollados, que destinan altos porcentajes de su PIB a la educación, para señalar comportamientos anómalos que se contraponen a la teoría de que "mejor preparado es aquel estudiante en el que se han invertido cuantiosos recursos". Se sirvió de referentes actuales que debaten el tema, pero no fue capaz de explicar que el comportamiento que comienzan a exhibir estos países se debe a un período cíclico que se manifiesta por el proceso natural de saturación, que en nada se parece a la realidad dominicana, en la que los analfabetos y analfabetos funcionales suman el 65% de la población.

Además, de ser cierta su aseveración, no tenía que ir tan lejos: los cuantiosos recursos que sus gobiernos han invertido en la Universidad Autónoma de Santo Domingo no han servido para evitar que la mediocridad sea el común denominador de los egresados de esta institución; pero, para la imagen que quiere formarse de sí mismo, es más conveniente el criterio de un profesional mediocre que la opinión de un estudiante aprovechado.

3.- Habló de una reducción significativa de la pobreza, lógicamente usando patrones de definición basados en unas referencias miserables (1 a 3 dólares/día), que sólo sirven para comer alimentos no nutritivos, y que marginan la educación, la salud, la vivienda y los servicios.

Si se suman los que tienen la Tarjeta Solidaridad (y los que reciben otros subsidios del gobierno) a los empleados públicos, se puede observar que el Estado dominicano va convirtiendo a sus ciudadanos en dependientes de lo que la administración del mismo le proporciona, reflejando la falta de una estructura productiva que elimine la dependencia.

Además, esta subordinación de casi la mitad de la población (si se incluyen todos los allegados de los "subsidiados"), le proporciona al gobernante la fuerza electoral suficiente para prolongarse en el poder el tiempo que sea necesario, y esa enérgica e ilustrada defensa de lo que ha sido este mandato le imprime a su discurso un sutil aire reeleccionista que necesariamente llevará a Leonel Fernández a ser el candidato del Partido de la Liberación Dominicana o, en su defecto, el candidato por el Partido Reformista.

Para reducir y acabar con la pobreza, consiguiendo el desarrollo sostenible de la sociedad, es necesario enfocarse en un criterio integral que permita la adquisición de alimentos, bienes y servicios de todos sus componentes, bajo el esquema de la productividad, la generación de riquezas y su controlada repartición. Todas las cifras citadas por el gobernante se anteponen al ser humano de carne y hueso, que es quien debe constituirse en el objetivo fundamental del desarrollo de la sociedad. Se necesita dejar de lado los números acomodados y establecer el reconocimiento de todo aquello que impida ganar la lucha contra la pobreza, para luego aplicar estrategias que superen los obstáculos que frenan el desarrollo del ser humano.
Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
24 de febrero de 2011