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Completo.- Leonel Fernández, lo mal hecho y la globalización...

"A la patria no se le usa, se le sirve". "En una democracia no debe haber más gobierno que el de las leyes, y los hombres, cualesquiera que sean sus posiciones, están llamados a ser sólo los ejecutores de las leyes". "Un mal gobierno no se produce espontáneamente, es el resultado de la infección del cuerpo social... que, en determinadas circunstancias favorables a su desarrollo, acaba tomando posesión del organismo colectivo..." [Juan Bosch]

Leonel Fernández, lo mal hecho y la globalización. “A la patria no se le usa, se le sirve” [Juan Bosch]
Leonel Fernández arribó a la presidencia de la República Dominicana por primera vez un 16 de agosto de 1996, con un discurso nuevo, una retórica nueva, aires de esperanza y, más que nada, asumiendo un compromiso de nuestra generación; además, repleto de una posmodernidad y una globalización que dejaron atónito a quien suscribe.

Sobre su discurso de toma de posesión, el tercer viernes de agosto de ese año, habíamos señalado que era "...optimista, de compromiso con todas las representaciones políticas y de la sociedad civil, sólido, de perspectivas definidas en el marco del desarrollo de un Estado moderno que pueda proporcionar justicia, salud, educación y oportunidades de superación... un Estado que dignifique la dominicanidad. Un extraordinario discurso superado sólo por el pronunciado por el profesor Juan Bosch aquel 27 de febrero de 1963 vía su primera agrupación política".

Tan lejos llegamos que, por albergar tanta confianza en lo que entendíamos era un producto genuino de la generación de la capacidad, el intelecto y el romanticismo, formado, según nuestro criterio, a imagen y semejanza de quien fue nuestro líder, maestro y guía, llegamos a plasmar, en ese mismo escrito, su vinculación, casi maternal, con Juan Bosch, y lo expresamos diciendo que "Leonel Fernández nos hace meditar seriamente acerca de los 33 años transcurridos entre la toma de posesión de Juan Bosch y la que le acredita la actualidad. El optimismo, la solidez y el planteamiento de reformas fundamentales en la estructura del Estado nos recuerdan ese magnífico discurso pronunciado por Juan Bosch; las intenciones íntimamente vinculadas, tal cual existen entre la madre y el hijo en el vientre. Pensamos en el tiempo que ha desperdiciado la República Dominicana... 33 años en el vacío, fruto de la incidencia de una oligarquía recalcitrante".

Para expresar con mayor claridad en qué estaban cifradas nuestras esperanzas, y las de la mayoría de los dominicanos, transcribimos parte del penúltimo párrafo del escrito de referencia: "Quizás de positivo podrían tener esos 33 años el nacimiento, el desarrollo y la madurez de un partido político como el PLD, el mismo desarrollo y la misma madurez que encarna la figura política de Leonel Fernández. Ambos ofrecen al pueblo dominicano perspectivas extraordinarias que sobrepasan las expectativas prefijadas...".

Para culminar con ese desdichado artículo, sólo nos faltaría insertar las últimas líneas, y con ellas redondear el juicio equivocado que nos habíamos formado sobre quien entendíamos encarnaba de manera fiel -más que los sentimientos y esperanzas de Juan Bosch- sus postulados y sus enseñanzas, y sobre el partido del que el propio Bosch, implícitamente, había dicho "si no llego a ver por mí mismo la liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas".

"… Edificar un régimen que dé amparo a los que nunca lo tuvieron, que dé trabajo a los que buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución..." expresaría Juan Bosch varias veces en su vida, convirtiendo este postulado en una lucha constante a través de toda su existencia, la que entregó por completo a la construcción de un partido totalmente diferente al que le vio salir, un Partido Revolucionario Dominicano al que el Dr. Euclides Gutiérrez Félix ha calificado varias veces como una agrupación de cuatreros, definición que hoy tiene que compartirla con sus correligionarios del Partido de la Liberación Dominicana, tal cual aparece plasmada en su último escrito del 29 de marzo del 2010, en el periódico El Nacional y bajo el título "El camino equivocado", del que extraemos su párrafo más importante y, en el que haciendo alusión al desarrollo del proceso electoral interno de su partido, equipara a los peledeístas con los "cuatreros" perredeístas.

"El proceso electoral viciado de populismo, mentiras, trifulcas, que acaba de cerrar, nos convence de que el escenario político dominicano está convirtiéndose en un relajo político inevitable. Y queremos advertir por vigésima vez a nuestras compañeras y compañeros que no caben en el teatro político dominicano dos PRD. Y que todos aquellos que no crean en ese peligro le responderán en términos históricos a las generaciones futuras, (por, nh) haber destruido la fuerza política más valiente, honesta, militante, concebida, fundada y organizada por Juan Bosch, el gran Maestro político de América. Revisemos todos, los peledeístas, sin importar jerarquías, nuestra conducta. Hay tiempo para abandonar el camino equivocado por el que transitamos", dice el Dr. Gutiérrez Félix acerca del comportamiento asumido por sus compañeros de partido y, como claramente manifiesta que "no puede haber dos PRD" (sic), se deduce fácilmente que ambos, el PRD y el PLD, son iguales, por lo que el calificativo de "cuatreros" debe ser aplicado a ambas agrupaciones, ya que como tales se comportan en el ejercicio de la política en la República Dominicana, sobre todo cuando la misma se ejerce desde el poder, cuando se busca su retención o cuando se persigue desde la oposición.

Esas últimas líneas a las que hacemos referencia, y que culminaron la elaboración de ese desgraciado artículo, dicen, en alusión a la calidad de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana que compitieron por la nominación presidencial y que pasaron a formar parte de la Administración del Estado, y a Leonel Fernández como heredero del compromiso de Juan Bosch, que: "Esto nos habla de la calidad, del desprendimiento... del compromiso con la patria de los miembros... del PLD. Esto nos habla del promisorio futuro de la (República) Dominicana".

¡Cuán equivocados estábamos! De una formación adquirida en un partido de cuadros, con miembros en el gobierno de los que se esperaba una gestión limpia, honesta y digna, de compromiso total con los valores del boschismo, y de un presidente que lo único que tenía que hacer era honrar los principios fundamentales del PLD y emprender acciones legales contra los nuevos depredadores del erario público, pasamos a conformar una sociedad regida por oportunistas e indiferentes, cuyos dirigentes usan las principales herramientas con las que se creó el PLD no para gobernar, sino para engañar a todo un pueblo en trance, cautivo... drogado. La disciplina es el único mecanismo, de todos los que existían cuando Juan Bosch era el presidente del partido, que exhibe el PLD de Leonel Fernández, pero no es una disciplina consciente, que es la que nace en forma natural de los principios y las ideas, sino que es una disciplina impuesta para beneficio de los dirigentes que se han hecho millonarios en el ejercicio del poder. Con esta disciplina es que los miembros del Comité Político mantienen a sus dirigentes dando explicaciones "cantinflescas", a sus dirigidos cacareando los disparates que les son proporcionados y a los gobernados sumidos en la esperanza de la materialización de sus sueños, que confunden con una gestión etérea que nunca ha mordido el polvo y que se queda en meras palabras e incumplidas promesas.

"Lo que se dice se da por hecho", es la teoría de Leonel Fernández y su nuevo PLD, y el mejor ejemplo lo tenemos con una nueva Constitución que desde sus orígenes fue violada, una Constitución que debió salir de una Asamblea Constituyente, tal y como el gobernante plasmó en el programa de gobierno de su partido, como señaló en varios de los artículos que publicó en el Listín Diario cuando estaba en la oposición o como explicó con su propia boca en una alocución que dio días antes de las elecciones del 2008, de las que emergió como presidente para su tercer período. Además, la Constitución fue violada en su esencia cuando se desconoció el método para la modificación, seleccionado por una amplia mayoría que expresó su voluntad vía el mecanismo de consulta que el propio Dr. Fernández proporcionó al pueblo por largos días, voluntad que fue ignorada olímpicamente por el mandatario y las rémoras que se alimentan de sus decisiones. Los esfuerzos realizados por los involucrados en el mecanismo de consulta cayeron al vacío, y sólo sirvieron para dejar la impresión de que el instrumento para la modificación de la Constitución no era una imposición de Leonel Fernández... Al final, todo quedó a la medida de sus expectativas.

Leonel Fernández ha corrompido totalmente al PLD, agrupación que no tiene diferencia alguna con los partidos "tradicionales" (entre comillas, pues tradicionales ya son todos, incluyéndolo, pero más que eso, debería cambiar de nombre, debería llamarse Partido Leonelista Dominicano o, para honrar las palabras del Dr. Gutiérrez Félix que igualaron a los peledeístas con los perredeístas, Partido de los Ladrones Dominicanos, por lo de "cuatreros" y por la retención de las siglas, si es que algo significan, pues de liberación al PLD de Juan Bosch no le queda nada).

Leonel ha llenado el partido de reformistas, quienes han diseminado todas las trampas que hoy son habituales en el PLD, y de "pepehachistas" perredeístas que tanto fueron insultados y degradados en el ejercicio de la política partidista, pero que hoy son "importantes compañeros" que aportan a la lucha por la "decencia y la dignidad" del país. Ambas adquisiciones "sirven al partido para servirse del pueblo", lema muy parecido al original del partido, pero totalmente adverso a "servir al partido para servir al pueblo"... "Ni es lo mismo ni se escribe igual" (sic), aunque suenan y se escriben en formas muy parecidas. ¿Comprende?

En términos electorales, el PLD se ha convertido en una maquinaria insuperable. Ha aprendido a ganar elecciones, olvidando lo que se debe hacer en beneficio del pueblo después que las mismas se ganan. Desde el poder, lógicamente, no puede olvidarse cómo incrementar sus capitales "mal habidos", pues cuando llegaron por primera vez, en 1996, la mayoría no tenía más que lo necesario para vivir como una familia de la baja pequeña burguesía en su capa baja propiamente dicha y, muy pocos, quizás, tenían los recursos para ubicarse en la capa alta de la pequeña burguesía.

Los resultados en la administración del Estado han sido un fracaso, y no en términos de arroz y habichuelas o estabilidad cambiaria, donde han sido exitosos, sino en el ejercicio correcto, digno y justo desde las carteras que ocupan los privilegiados del Comité Político. "Electoralmente, el PLD va camino a convertirse en el partido más exitoso de la historia nacional, después del Partido Dominicano del Jefe, pero además democráticamente. Todo eso es cierto... pero lo que no es mentira (es, nh) que este PLD, con su gobierno invadido por unos señores que en su historia política y personal representan todo contra lo que luchó Juan Bosch hasta su muerte, o sea, este 'new' PLD (comillas mías, nh), no tiene nada que ver con la organización que hace 36 años... prometió “servir al partido para servir al pueblo” (Pablo McKinney-El PLD y el abuelo de Facundo Cabral/El Nacional de Ahora-26 de diciembre del 2009).

La desvergüenza es tan abierta y desconsiderada que se han inventado "nuevos conceptos" para explicar el monto del endeudamiento externo, explicaciones que dejan anonadados a los economistas más consumados; despachan los actos de corrupción como una "ligera percepción" que tiene la sociedad, pero que la misma se da en escalas "muy reducidas"; después de pasarse 22 años criticando a Balaguer por el uso de los recursos del Estado en campaña reeleccionista, el líder del nuevo PLD y jefe del Estado ha sido capaz de decir que "eso no está prohibido en la Constitución" y, como no está prohibido, entiende que los mismos están a su disposición; mantienen a todos los parásitos del PLD cobrando salarios del Estado dominicano y, cuando la prensa digna dominicana les señala tal acción, tratan de desmentirla, con un descaro tal que no les importa que las pruebas se hagan públicas.

Con una tarjeta, llamada de "solidaridad", que no alcanza para pagar el consumo de energía eléctrica en hogares pertenecientes a la baja pequeña burguesía de capas pobre y muy pobre, han comprado cientos de miles de conciencias, que por necesidad caen en el esquema del juego sucio electoral, tal y como lo denunciara Danilo Medina, "prominente miembro" del Comité Político, que optó por la nominación a la presidencia dentro del partido y tuvo que aceptar su derrota, el día de los comicios internos, pronunciando aquellas célebres palabras... "El Estado me derrotó" (Las palabras "baja pequeña burguesía de capas pobre y muy pobre", igual que "baja pequeña burguesía en su capa baja propiamente dicha" o "capa alta de la pequeña burguesía", usadas en un párrafo anterior, las traemos entre comillas para señalar que el lenguaje que las mismas implican nunca ha sido asimilado por la gran mayoría de los peledeístas, incluyendo a los miembros del Comité Político y del Comité Central, tal y como lo reflejan unas expresiones vertidas por algunos funcionarios del gobierno en una actividad social en la que estuvo presente quien suscribe, en los días cercanos a la fecha en que se cumplía el primer año de la primera gestión [decimos del gobierno, sin especificar cuál, pues los mismos corruptos que fungen como funcionarios han sido reciclados en todos los períodos de Leonel Fernández y el PLD], y en la que se escucharon las palabras siguientes, sin que se midiera el alcance de las mismas y sin que sus actores mostraran siquiera un poco de dignidad, y mucho menos de respeto por la figura de quien fue su líder por más de 23 años: "al profesor le gustaba mucho hablar de esas vainas").

En un país saturado por las drogas, que desvirtúan el desarrollo natural de la juventud dominicana y a la vez generan violencia, criminalidad e intranquilidad en toda la sociedad, el jefe del Estado emitió su única declaración al respecto -antes de la que realizó el 27 de febrero ante la Asamblea Nacional- en la reunión del Grupo de Río celebrada en México, un foro bastante alejado de la realidad dominicana y que muy pocos dominicanos siguen. A esto nos tiene muy acostumbrados. Recordemos la ambivalencia que exhibió en dos eventos internacionales consecutivos: en la reunión de Los No Alineados, en La Habana, Cuba y, casi a seguidas, en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados Unidos.

En La Habana "(NH) ...defendió al presidente Hugo Chávez porque "(LF) ante el alza continua de los precios del petróleo, de manera generosa y voluntaria, el Gobierno venezolano... diseñó un proyecto de cooperación, conocido como Petrocaribe, que ha servido de alivio a la República Dominicana y a los pueblos del área..." (NH) y señaló que "(LF) algunas voces han levantado la idea de que con el programa de Petrocaribe, el Gobierno del presidente Chávez está regalando la riqueza petrolera de su país". (NH) En este escenario nadie había señalado al presidente Chávez por regalar su petróleo y, sin embargo, en este escenario el doctor Leonel Fernández fue muy valiente..." (Domingo 1 de abril de 2007/LEONEL FERNÁNDEZ Y SUS ADULONES). En Nueva York (en la ONU), donde estaban los que mantenían la campaña de que el presidente Chávez se desprendía gratuitamente de sus riquezas naturales, "...el Dr. Fernández ni dijo nada a favor de Chávez ni defendió la solidaridad y la cooperación del gobierno venezolano" (Ibíd.).

La cobardía y la doble cara están muy arraigadas en seres humanos que entienden que todo es posible cuando de lograr sus metas se trata. Un ejemplo reciente es el generado por la ruptura institucional en Honduras, situación en la que el mandatario dominicano llevó la voz cantante en todos los foros organizados contra el golpe de Estado y, de repente, surge como un abanderado del reconocimiento al gobierno ilegítimo que derivó de unas elecciones que el mismo golpe produjo. Lo importante es el protagonismo, sin importarle la vergüenza que pueda pasar y, a la vez, sin importarle la vergüenza que podamos sentir los dominicanos que vivimos fuera del país porque, si es por los que viven en el patio, prima el criterio de que República Dominicana y su presidente son "la última Coca-Cola del desierto" (sic).

Ese afán desmedido por un puesto en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o en la Organización de Estados Americanos (OEA), lo lleva a cometer acciones disparatadas, tal y como sucedió en el intento de mediar entre Hugo Chávez, presidente venezolano, y Álvaro Uribe, mandatario colombiano; pero su osadía llega más lejos: fue capaz, en Colombia, de sugerir la mediación para la liberación de unos colombianos presos en Venezuela, sin saber la verdadera causa que se esconde detrás de la noticia pública, salvo que Uribe, el mandatario colombiano, le esté preparando un ambiente para que pueda reivindicarse del fracaso sufrido en el intento anterior de fungir como mediador.

Sus disparates ya alcanzan cifras espeluznantes, y los resultados podrían ser catastróficos si no se pone freno a ese gobierno sordo, ciego y mudo que ejerce, ubicándose en un plano desde el que ha sido capaz de menospreciar a contrincantes y correligionarios, al señalar que nadie puede conceptualizar como él. "...La acumulación de capital de sus principales seguidores, gracias a las vinculaciones con el narcotráfico y la corrupción administrativa, son demasiado evidentes. El enriquecimiento súbito bajo el manto de la impunidad absoluta exacerba el deseo de acumular más cada día... Podrá tener muchas ideas nuestro Presidente conceptualizador, pero, como en el caso de Rostow, nueve de cada diez de sus ideas nos conducen hacia una catástrofe", expresaría Hamlet Hermann en "El mito de la invencibilidad", el 4 de abril del 2010 en el periódico Hoy. (Lyndon B. Johnson, durante su presidencia, almorzaba semanalmente con funcionarios que mantenía de la Administración Kennedy, entre los que estaba Walter Rostow, quien asumiría el cargo de Asesor de Seguridad Nacional -debido a la renuncia de McGeorge Bundy- y llevaría a 'LBJ' a múltiples fracasos en política exterior. El rumor capitalino concede a John F. Kennedy las siguientes expresiones sobre Rostow: "tiene una multitud de ideas pero, nueve de cada 10, conducirían a una catástrofe").

El Estado dominicano es un Estado fallido, y además un narco-Estado. Sobre estas definiciones no existe duda alguna. Pero existe otra definición tan desgraciada como las anteriores, endémica, como señalarían algunos funcionarios norteamericanos, y que es la principal causa de todo lo mal hecho en la República Dominicana: el Estado dominicano es también un Estado corrupto. El fenómeno de la corrupción o enriquecimiento ilícito en la administración pública dominicana ha alcanzado proporciones insospechadas, gracias a la permisividad política ante la depredación del erario público. Muy pocos funcionarios salen de sus cargos en la administración pública sin haber depredado el Estado. Entran con el rabo entre las piernas y salen millonarios, como condes y príncipes, codeándose con la podrida "high class" dominicana, a la que sólo una prensa estúpida le da vida a través de sus "páginas sociales".

"Dicen los más viejos (y en buena parte eso me consta) que “en denantes” a un ladrón le decían así: ladrón. Dicen que la gente buena les sacaba el cuerpo a los ladrones. Que si venía uno de frente, le dejaban para él solo la acera. Que comían y bebían solos. Que andaban solos. Que vivían solos y morían sin gloria y sin pena. Me dice esa misma gente vieja que en el remoto pasado era cosa imposible compartir con el ladrón, pues lo más sagrado era la honra de la familia, preservar el buen nombre, una vida cargada de virtudes, los actos de buena ciudadanía, el legado moral a la posteridad y el ejemplo de vida para que no se fueran a desviar los niños. Eso dicen los que afirman que todo tiempo pasado fue mejor. Tal vez no tanto, digo yo, pues la diferencia entre este hoy y ese ayer, en todo caso, es que entonces los ladrones se contaban con los dedos de una mano (y sobraban dedos), y se les trataba tan mal que hasta se decía que eran “enemigos del Gobierno”. En fin, recuerdo todo esto porque en nuestro tiempo los ladrones abundan tanto que ayer alcancé a ver dos a los que casi todos saludaban como “don”, “señor” y “usted”. Y ellos, fragantes, liberales, alegres y opulentos, simplemente sonreían". (Compartir con ladrones/Ramón Colombo, 15 de febrero de 2010-Clave Digital).

La corrupción es algo muy normal en el país, vista así hasta por la prensa amarilla que, casi en su totalidad, está "subvencionada" por el gobierno con los dineros que el pueblo dominicano paga por medio de unos impuestos eficientemente recaudados y malamente administrados. "La corrupción ha transformado toda la escala de valores de la vida social dominicana, y como el dinero es valor en estado puro, el que un funcionario se pueda ganar, mediante el tráfico de influencia, lo que un verdadero productor de riqueza jamás alcanzaría con el trabajo honrado, constituye una grave alteración de los roles sociales, que desestimula el aparato productivo de la nación. ¿Para qué esforzarse en producir riquezas, si “el tiempo de trabajo socialmente necesario que se requiere para producir un valor” se viola en la República Dominicana mediante el atajo de la corrupción?". (Andrés L. Mateo, en "Riqueza de las naciones", el 25 de febrero del 2010 -Clave Digital).

Las palabras que mejor definen al Estado dominicano son unas usadas por el Dr. Euclides Gutiérrez Félix para definir al pueblo haitiano, con el que quizás tengamos grandes diferencias materiales pero, en términos estructurales y de organización social, las diferencias no son tan pronunciadas. El historiador y político dominicano, fundador del PLD de Juan Bosch, no cabe en este nuevo PLD (Partido Leonelista Dominicano o Partido de los Ladrones Dominicanos); más temprano que tarde tendrá que emigrar, o renegar en última instancia, si es que quiere mantener limpias su dignidad y su honestidad, al margen de los desafueros que cometen unos compañeros suyos que erróneamente ha defendido en varias ocasiones.

Emigrar no significa buscar una nueva parcela política; conocido es que los peledeístas acusan a todo el que abandona al PLD de perredeísta, y en el nivel en que está el "juego" no existe absolutamente diferencia alguna entre ser uno o ser otro. Alguien nos preguntó en una ocasión si Juan Bosch se había equivocado al fundar los dos partidos mayoritarios que existen a la fecha en el país, y la respuesta fue un rotundo y explicativo no. Su error fue fundar el PRD, no el PLD, que sí se convirtió en un error cuando Leonel Fernández eliminó todos los mecanismos de fiscalización del partido para convertirlo en uno más de los del sistema, mecanismos que nunca existieron en el PRD, y que de un intento por implementarlos surgió la idea de fundar el Partido de la Liberación Dominicana, pues los dirigentes perredeístas entre los que Juan Bosch trató de organizar los primeros Círculos de Estudios se negaron a toda forma de organización estructurada con base en una disciplina consciente, al trabajo metodológico y a la capacitación política. Lo peor que le ha sucedido al PLD de Bosch ha sido la eliminación de los Círculos de Estudios, herramienta primordial para el desarrollo de la conciencia peledeísta.

El Dr. Gutiérrez Félix define al pueblo haitiano como un "...conglomerado humano en el cual... colapsó de manera definitiva... el Estado haitiano...". En otras palabras, esto lo que significa es que un grupo de personas, con cultura e identidad definidas, viven en un espacio delimitado, sin orden, ni reglamentos, ni estructuras sociales y, lo que es peor aún, en el que cada integrante hace lo que le venga en ganas sin tener que medir consecuencias. Y es esta la definición que mejor se ajusta a la realidad del Estado dominicano. Por eso la República Dominicana es el paraíso de lo mal hecho, de los narcotraficantes policías y de los narcotraficantes militares, de los narco funcionarios, de los corruptos del ejecutivo, del legislativo y del judicial, de los contratos onerosos, de las obras de grado a grado, de la violación a la soberanía, de los narco legisladores, de la criminalidad, de la inseguridad ciudadana, de las muertes sin esclarecer, del saqueo de los recursos naturales por las compañías extranjeras, etc., etc., etc. y, por encima de todo, de la incursión y asentamiento de extranjeros de la peor calaña, sobre todo cubanos, europeos y sudamericanos, que llegan a "tierra de nadie" a hacer lo mismo y algo más de lo que como norma hace el conglomerado de gente que se llama República Dominicana.

Como al Dr. Leonel Fernández le gusta tanto la globalización, "...que no es el resultado de un proyecto ideológico sino el producto de las enormes transformaciones que se han producido en el sistema capitalista a finales de siglo XX las cuales pueden ser ideológicamente aprovechada (sic) por unos y por otros" (Historia del Partido de la Liberación Dominicana, Página del PLD en Internet), le planteamos su uso para la solución de todos los problemas del país. Después de privatizar las empresas del Estado (cosa que tendrá que hacer nuevamente con la CDE), viene la parte más importante de la globalización:
a.- Privatizar la Policía, contratando sus integrantes, desde el cabo más insignificante hasta el general más encumbrado, en España, país considerado como el que cuenta con la mejor del mundo.

b.- Privatizar las Fuerzas Armadas, contratando sus integrantes, desde el cabo más insignificante hasta el general más encumbrado, en Estados Unidos, país considerado como el que cuenta con las mejores del mundo.

c.- Privatizar el Poder Legislativo -Senado y Cámara de Diputados- contratando sus integrantes en Inglaterra, Suecia, Francia o Suiza, países considerados como los que cuentan con los mejores legisladores del mundo.

d.- Privatizar el Poder Judicial, contratando sus integrantes en Inglaterra, Francia, o Estados Unidos, países considerados como los que cuentan con los mejores jueces del mundo.

Y por último,
e.- Privatizar el Poder Ejecutivo, contratando sus integrantes -presidente y funcionarios- en Suecia, Suiza, Inglaterra, Francia, o Estados Unidos.
Como los servicios de un presidente dominicano ya no serán necesarios, recomendamos al Dr. Leonel Fernández irse a Nueva York o a Washington a "conceptualizar" en busca de una posición en alguno de los organismos regionales o globales enclaustrados en esas grandes ciudades de los Estados Unidos. Pero antes, debe tener presente ciertos "conceptos" que el más ilustre de los dominicanos del siglo XX, el profesor Juan Bosch, dejó a sus "discípulos" para que aprendieran a conceptualizar:
“Hay que educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes sólo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta... y las hace respetar”.

“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios”.

“Lo que tiene que tener un partido político no es una mayoría de los miembros, sino una gran autoridad moral sobre su pueblo”.

“Los personajes que aspiran al poder o lo alcanzan, sólo valen cuando salen indemnes del juicio histórico. Para los hombres de poder, el triunfo no está en alcanzarlo, sino en merecerlo”.

“Sólo quien reconoce la grandeza ajena puede ser grande, y los que discuten la gloria de otros carecen del derecho a disfrutar la propia”.

“Un mal gobierno no se produce espontáneamente, es el resultado de la infección del cuerpo social... que, en determinadas circunstancias favorables a su desarrollo, acaba tomando posesión del organismo colectivo”.

“En una democracia no debe haber más gobierno que el de las leyes, y los hombres, cualesquiera que sean sus posiciones, están llamados a ser sólo los ejecutores de las leyes”.

“Ningún hombre es superior a su pueblo”.

A la patria no se le usa, se le sirve”.
¿Comprende?

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
11 de abril del 2010