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III.- Leonel Fernández, lo mal hecho y la globalización...

Con una tarjeta, llamada de "solidaridad", que no alcanza para pagar el consumo de energía eléctrica en hogares pertenecientes a la baja pequeña burguesía de capas pobre y muy pobre, han comprado cientos de miles de conciencias, que por necesidad caen en el esquema del juego sucio electoral...

Con una tarjeta, llamada de "solidaridad", que no alcanza para pagar el consumo de energía eléctrica en hogares pertenecientes a la baja pequeña burguesía de capas pobre y muy pobre, han comprado cientos de miles de conciencias, que por necesidad caen en el esquema del juego sucio electoral, tal y como lo denunciara Danilo Medina, "prominente miembro" del Comité Político, que optó por la nominación a la presidencia dentro del partido y tuvo que aceptar su derrota, el día de los comicios internos, pronunciando aquellas célebres palabras... "El Estado me derrotó" (Las palabras "baja pequeña burguesía de capas pobre y muy pobre", igual que "baja pequeña burguesía en su capa baja propiamente dicha" o "capa alta de la pequeña burguesía", usadas en un párrafo anterior, las traemos entre comillas para señalar que el lenguaje que las mismas implican nunca ha sido asimilado por la gran mayoría de los peledeístas, incluyendo a los miembros del Comité Político y del Comité Central, tal y como lo reflejan unas expresiones vertidas por algunos funcionarios del gobierno en una actividad social en la que estuvo presente quien suscribe, en los días cercanos a la fecha en que se cumplía el primer año de la primera gestión [decimos del gobierno, sin especificar cuál, pues los mismos corruptos que fungen como funcionarios han sido reciclados en todos los períodos de Leonel Fernández y el PLD], y en la que se escucharon las palabras siguientes, sin que se midiera el alcance de las mismas y sin que sus actores mostraran siquiera un poco de dignidad, y mucho menos de respeto por la figura de quien fue su líder por más de 23 años: "al profesor le gustaba mucho hablar de esas vainas").

En un país saturado por las drogas, que desvirtúan el desarrollo natural de la juventud dominicana y a la vez generan violencia, criminalidad e intranquilidad en toda la sociedad, el jefe del Estado emitió su única declaración al respecto -antes de la que realizó el 27 de febrero ante la Asamblea Nacional- en la reunión del Grupo de Río celebrada en México, un foro bastante alejado de la realidad dominicana y que muy pocos dominicanos siguen. A esto nos tiene muy acostumbrados. Recordemos la ambivalencia que exhibió en dos eventos internacionales consecutivos: en la reunión de Los No Alineados, en La Habana, Cuba y, casi a seguidas, en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados Unidos.

En La Habana "(NH) ...defendió al presidente Hugo Chávez porque "(LF) ante el alza continua de los precios del petróleo, de manera generosa y voluntaria, el Gobierno venezolano... diseñó un proyecto de cooperación, conocido como Petrocaribe, que ha servido de alivio a la República Dominicana y a los pueblos del área..." (NH) y señaló que "(LF) algunas voces han levantado la idea de que con el programa de Petrocaribe, el Gobierno del presidente Chávez está regalando la riqueza petrolera de su país". (NH) En este escenario nadie había señalado al presidente Chávez por regalar su petróleo y, sin embargo, en este escenario el doctor Leonel Fernández fue muy valiente..." (Domingo 1 de abril de 2007/LEONEL FERNÁNDEZ Y SUS ADULONES). En Nueva York (en la ONU), donde estaban los que mantenían la campaña de que el presidente Chávez se desprendía gratuitamente de sus riquezas naturales, "...el Dr. Fernández ni dijo nada a favor de Chávez ni defendió la solidaridad y la cooperación del gobierno venezolano" (Ibíd.).

La cobardía y la doble cara están muy arraigadas en seres humanos que entienden que todo es posible cuando de lograr sus metas se trata. Un ejemplo reciente es el generado por la ruptura institucional en Honduras, situación en la que el mandatario dominicano llevó la voz cantante en todos los foros organizados contra el golpe de Estado y, de repente, surge como un abanderado del reconocimiento al gobierno ilegítimo que derivó de unas elecciones que el mismo golpe produjo. Lo importante es el protagonismo, sin importarle la vergüenza que pueda pasar y, a la vez, sin importarle la vergüenza que podamos sentir los dominicanos que vivimos fuera del país porque, si es por los que viven en el patio, prima el criterio de que República Dominicana y su presidente son "la última Coca-Cola del desierto" (sic).

Ese afán desmedido por un puesto en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o en la Organización de Estados Americanos (OEA), lo lleva a cometer acciones disparatadas, tal y como sucedió en el intento de mediar entre Hugo Chávez, presidente venezolano, y Álvaro Uribe, mandatario colombiano; pero su osadía llega más lejos: fue capaz, en Colombia, de sugerir la mediación para la liberación de unos colombianos presos en Venezuela, sin saber la verdadera causa que se esconde detrás de la noticia pública, salvo que Uribe, el mandatario colombiano, le esté preparando un ambiente para que pueda reivindicarse del fracaso sufrido en el intento anterior de fungir como mediador.

Sus disparates ya alcanzan cifras espeluznantes, y los resultados podrían ser catastróficos si no se pone freno a ese gobierno sordo, ciego y mudo que ejerce, ubicándose en un plano desde el que ha sido capaz de menospreciar a contrincantes y correligionarios, al señalar que nadie puede conceptualizar como él. "...La acumulación de capital de sus principales seguidores, gracias a las vinculaciones con el narcotráfico y la corrupción administrativa, son demasiado evidentes. El enriquecimiento súbito bajo el manto de la impunidad absoluta exacerba el deseo de acumular más cada día... Podrá tener muchas ideas nuestro Presidente conceptualizador, pero, como en el caso de Rostow, nueve de cada diez de sus ideas nos conducen hacia una catástrofe", expresaría Hamlet Hermann en "El mito de la invencibilidad", el 4 de abril del 2010 en el periódico Hoy. (Lyndon B. Johnson, durante su presidencia, almorzaba semanalmente con funcionarios que mantenía de la Administración Kennedy, entre los que estaba Walter Rostow, quien asumiría el cargo de Asesor de Seguridad Nacional -debido a la renuncia de McGeorge Bundy- y llevaría a 'LBJ' a múltiples fracasos en política exterior. El rumor capitalino concede a John F. Kennedy las siguientes expresiones sobre Rostow: "tiene una multitud de ideas pero, nueve de cada 10, conducirían a una catástrofe").

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
8 de abril de 2010