I.- Leonel Fernández, lo mal hecho y la globalización...
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Sobre su discurso de toma de posesión, el tercer viernes de agosto de ese año, habíamos señalado que era "...optimista, de compromiso con todas las representaciones políticas y de la sociedad civil, sólido, de perspectivas definidas en el marco del desarrollo de un Estado moderno que pueda proporcionar justicia, salud, educación y oportunidades de superación... un Estado que dignifique la dominicanidad. Un extraordinario discurso superado sólo por el pronunciado por el profesor Juan Bosch aquel 27 de febrero de 1963 vía su primera agrupación política".
Tan lejos llegamos que, por albergar tanta confianza en lo que entendíamos era un producto genuino de la generación de la capacidad, el intelecto y el romanticismo, formado, según nuestro criterio, a imagen y semejanza de quien fue nuestro líder, maestro y guía, llegamos a plasmar, en ese mismo escrito, su vinculación, casi maternal, con Juan Bosch, y lo expresamos diciendo que "Leonel Fernández nos hace meditar seriamente acerca de los 33 años transcurridos entre la toma de posesión de Juan Bosch y la que le acredita la actualidad. El optimismo, la solidez y el planteamiento de reformas fundamentales en la estructura del Estado nos recuerdan ese magnífico discurso pronunciado por Juan Bosch; las intenciones íntimamente vinculadas, tal cual existen entre la madre y el hijo en el vientre. Pensamos en el tiempo que ha desperdiciado la República Dominicana... 33 años en el vacío, fruto de la incidencia de una oligarquía recalcitrante".
Para expresar con mayor claridad en qué estaban cifradas nuestras esperanzas, y las de la mayoría de los dominicanos, transcribimos parte del penúltimo párrafo del escrito de referencia: "Quizás de positivo podrían tener esos 33 años el nacimiento, el desarrollo y la madurez de un partido político como el PLD, el mismo desarrollo y la misma madurez que encarna la figura política de Leonel Fernández. Ambos ofrecen al pueblo dominicano perspectivas extraordinarias que sobrepasan las expectativas prefijadas...".
Para culminar con ese desdichado artículo, sólo nos faltaría insertar las últimas líneas, y con ellas redondear el juicio equivocado que nos habíamos formado sobre quien entendíamos encarnaba de manera fiel -más que los sentimientos y esperanzas de Juan Bosch- sus postulados y sus enseñanzas, y sobre el partido del que el propio Bosch, implícitamente, había dicho "si no llego a ver por mí mismo la liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas".
"… Edificar un régimen que dé amparo a los que nunca lo tuvieron, que dé trabajo a los que buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución..." expresaría Juan Bosch varias veces en su vida, convirtiendo este postulado en una lucha constante a través de toda su existencia, la que entregó por completo a la construcción de un partido totalmente diferente al que le vio salir, un Partido Revolucionario Dominicano al que el Dr. Euclides Gutiérrez Félix ha calificado varias veces como una agrupación de cuatreros, definición que hoy tiene que compartirla con sus correligionarios del Partido de la Liberación Dominicana, tal cual aparece plasmada en su último escrito del 29 de marzo del 2010, en el periódico El Nacional y bajo el título "El camino equivocado", del que extraemos su párrafo más importante y, en el que haciendo alusión al desarrollo del proceso electoral interno de su partido, equipara a los peledeístas con los "cuatreros" perredeístas.
"El proceso electoral viciado de populismo, mentiras, trifulcas, que acaba de cerrar, nos convence de que el escenario político dominicano está convirtiéndose en un relajo político inevitable. Y queremos advertir por vigésima vez a nuestras compañeras y compañeros que no caben en el teatro político dominicano dos PRD. Y que todos aquellos que no crean en ese peligro le responderán en términos históricos a las generaciones futuras, (por, nh) haber destruido la fuerza política más valiente, honesta, militante, concebida, fundada y organizada por Juan Bosch, el gran Maestro político de América. Revisemos todos, los peledeístas, sin importar jerarquías, nuestra conducta. Hay tiempo para abandonar el camino equivocado por el que transitamos", dice el Dr. Gutiérrez Félix acerca del comportamiento asumido por sus compañeros de partido y, como claramente manifiesta que "no puede haber dos PRD" (sic), se deduce fácilmente que ambos, el PRD y el PLD, son iguales, por lo que el calificativo de "cuatreros" debe ser aplicado a ambas agrupaciones, ya que como tales se comportan en el ejercicio de la política en la República Dominicana, sobre todo cuando la misma se ejerce desde el poder, cuando se busca su retención o cuando se persigue desde la oposición.
Esas últimas líneas a las que hacemos referencia, y que culminaron la elaboración de ese desgraciado artículo, dicen, en alusión a la calidad de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana que compitieron por la nominación presidencial y que pasaron a formar parte de la Administración del Estado, y a Leonel Fernández como heredero del compromiso de Juan Bosch, que: "Esto nos habla de la calidad, del desprendimiento... del compromiso con la patria de los miembros... del PLD. Esto nos habla del promisorio futuro de la (República) Dominicana".
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
6 de abril de 2010