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III.- "Invictus": obra de arte y escuela política...

En el corto tiempo de su gestión, Juan Bosch desarrolló una presidencia reivindicadora de conquistas sociales, de honestidad indiscutible y de grandes transformaciones económicas y sociales, promulgándose la constitución más progresista, reformadora y liberal que ha conocido la nación en toda su historia. Dejó aportes extraordinarios en la sociopolítica, la narrativa y la novela, así como precisiones muy valiosas en la historiografía.​..

En el corto tiempo de su gestión, Juan Bosch desarrolló una presidencia reivindicadora de conquistas sociales, de honestidad indiscutible y de grandes transformaciones económicas y sociales, promulgándose la constitución más progresista, reformadora y liberal que ha conocido la nación en toda su historia. Dejó aportes extraordinarios en la sociopolítica, la narrativa y la novela, así como precisiones muy valiosas en la historiografía. Fue inspiración para el desarrollo de cuentistas, ensayistas, e historiadores, tanto en la República Dominicana como en el exterior, y un ícono nacional por la dignidad, el patriotismo y el decoro que siempre le acompañaron. Se opuso, desde el gobierno, a los privilegios, al robo del erario público, a la persecución y a la tortura, actividades muy normales en los gobiernos que le antecedieron y que le precedieron.

Juan Bosch realizó esfuerzos extraordinarios por el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertad y con justicia social. En los siete meses de su gobierno no se violaron los derechos constitucionales de ningún dominicano, ni se permitió a ningún funcionario desviar un solo centavo de los dineros del pueblo en beneficio personal.

Luchó por un Estado que garantice trabajo, educación y salud a todos los dominicanos, por las libertades fundamentales, por la repartición a los campesinos de la tierra sin utilizar, por la soberanía de la nación; en fin, como él mismo diría, luchó por "… edificar un régimen que dé amparo a los que nunca lo tuvieron, que dé trabajo a los que buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución".

Implementó un verdadero plan de austeridad, llegando a suprimir las bebidas extranjeras en las actividades que se desarrollaban en la casa de gobierno. Siendo Presidente de la República, usó su carro personal y no el que le correspondía, no violentó nunca una ley de tránsito y tampoco le permitió a su chofer que lo hiciera. Al 25 de septiembre de 1963, día del golpe de Estado, no había pagado muchos de los equipos del hogar que había comprado a crédito. Cuenta Bernard Diederich, en su libro “Una cámara testigo de la Historia-El recorrido dominicano de un cronista extranjero 1951-1966”, página 89, edición de noviembre del 2003, lo siguiente: “… en Puerto Rico, mientras el profesor Bosch se preparaba para regresar a su casa, durante la guerra civil, él recordó la vergüenza que sufrió porque las autoridades francesas lo alojaron en un hotel de lujo y él se vio precisado a pagar la cuenta, teniendo apenas dinero suficiente para cubrirla. Por cierto, que don Juan me dijo –'te bebiste una limonada cuando me entrevistaste y me la pusieron en mi cuenta'. Don Juan, le debo una limonada. Brindaré por usted, como el amigo querido que fue, con algo más fuerte. Descanse en paz”.

Andrés L. Mateo, intelectual dominicano, publicó un ensayo titulado "Juan Bosch, el moralista problemático", que muestra las pertenencias del exmandatario y su esposa mencionadas en un inventario realizado por el notario Francisco Sánchez Báez, junto a militares y testigos, el 28 de septiembre de 1963, tres días después del golpe. Según Mateo, el inventario se ejecuta "con minuciosidad jacobina", detallándose cada una de las pertenencias:
«Una mesa de metal de hierro con tope de vidrio y seis sillas de hierro, dos mesas más del mismo material; dos mamparas, una de tela y otra de pajilla con marcos de madera; una alfombra de guano, dos alfombras de algodón, un juego de muebles de ratán acojinados color verde compuesto de cuatro butacas y dos mesas; una televisión Admiral con pantalla de veintiuna pulgadas, una consola color crema, una lámpara de pie de bambú, un adorno de pared con motivos indígenas; dos juegos de muebles estilo danés acojinados color caoba, compuestos de siete sillones y cuatro mesas; dos lámparas de sala, una con pantalla de cabuya y una de cartón; siete cuadros ornamentales y una Virgen de la Altagracia, dos camitas gemelas de madera americana pintadas de gris con sendos colchones; dos camitas sin espaldar con sus colchones, cuatro mecedoras de madera simulando bambú o pajilla, un archivador de metal color gris de dos gavetas, una máquina de escribir Underwood Five, color gris; un escritorio de playwood y formica con sillón forrado de cuero color negro, un tintero de mármol negro con dos plumas fuentes; una lámpara de mesa con base de metal y tubo de vidrio, un cuadro holográfico del señor Juan Bosch y varias fotografías del mismo; un escudo nacional labrado de caoba, un cofre de caoba, una mesita para teléfono de caoba, tres tomos de la obra “Tres años de Gobierno Democrático” por Rómulo Betancourt; ciento setenta y dos volúmenes de libros y revistas diversos, dos ídolos de madera, una grabadora, un cenicero de mármol blanco; un cortapapel de plata, un estuche de piel conteniendo un cortapapel y una tijera cromados; un cofre de madera forrado de metal, tres floreros y trece ceniceros.

«Esos eran los modestos objetos caseros del presidente Bosch, y el acta no habría sido más que un aburrido documento jurídico si en la misma el apurado notario no hubiera consignado que: “Los muebles y efectos descritos precedentemente, según declaración de la señora Carmen Quidiello de Bosch, son propiedad de ella y de su esposo, señor Juan Bosch, y que muchos de estos muebles han sido adquiridos en ventas a plazos y serán devueltos a los vendedores correspondientes por no haber sido pagados en su totalidad...”».
Luego precisa:
«Ese Juan Bosch que debía los muebles cuando lo derrocaron, no cabe en los afanes de enriquecimiento de un discipulado que enarbola una hipocresía insolente cuando lo nombra, y que exhibe un confort ofensivo. Diómedes Núñez Polanco debería mandar a enmarcar esta acta notarial, y ponerla en las oficinas públicas, junto a la foto de Leonel Fernández, para que muchos sepan por qué yo llamo a Juan Bosch moralista problemático.»
Nelson Mandela y Juan Bosch son dos ejemplos extraordinarios de dignidad, integridad, honradez, entereza y determinación que el mundo ha dado a la humanidad. ¡Qué diferente sería si los mal llamados líderes imitaran sus acciones! ¡Qué diferente sería nuestra República Dominicana si el presidente actual, discípulo natural de Juan Bosch, imitara sus acciones y se comprometiera hasta los huesos con su nación y con su gente! Agradecemos a Clint Eastwood y a Morgan Freeman por levantar nuestro espíritu dormido, por darnos argumentos para sentarnos frente a una computadora y dejar plasmadas nuestras impresiones sobre una película, sobre una obra de arte... sobre dos extraordinarios líderes y, a la vez, sobre la función del líder y la mediocridad y fraude de la diáspora dominicana en su papel de liderazgo.

Un Óscar para Clint Eastwood y otro para Morgan Freeman. Un Nobel para Nelson Mandela y, para Juan Bosch, las palabras finales sobre un escrito nuestro del 21 de septiembre del 1997: “USTED ES UN EJEMPLO PARA AMÉRICA Y EL MUNDO. USTED NO HA SIDO PROPUESTO PARA UN PREMIO NOBEL QUIZÁS POR HABER NACIDO EN EL CARIBE, “FRONTERA DE LOS IMPERIOS”, QUIZÁS POR HABER NACIDO EN UNA ISLA PEQUEÑA, COMPARTIDA Y AISLADA DEL FORO INTERNACIONAL, PERO SEPA USTED QUE EN NUESTRO CORAZÓN, Y EN EL DE MUCHOS DOMINICANOS Y LATINOAMERICANOS, USTED ES UN PREMIO NOBEL”.

Fin...

Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
28 de enero de 2010