I.- Nos gustaría creer en Leonel Fernández...
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Existen informaciones que pueden extraerse del mismo que muy bien podrían revertirse en contra del autor. A párrafos completos se les pueden hacer pequeños cambios, o simplemente un cambio de nombre (Leonel Fernández por el de Hugo Chávez), para observar lo que sucede cuando se hacen análisis tan comprometidos como los realizados por el Dr. Fernández acerca de un jefe de Estado que le permitió jugar un importante papel en la solución al conflicto entre los Estados ecuatoriano y colombiano, mientras se celebraba en Santo Domingo la XX Cumbre del Grupo de Río, presidida la misma por la delegación de la República Dominicana. Transcribimos aquellos párrafos del artículo, que se ajustan a lo planteado, tal y como salieron de sus manos. En el camino iremos analizando sus palabras.
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“Para los dominicanos, su situación de crisis económica y falta de credibilidad en las instituciones democráticas estaba asociada a la incompetencia y presunta corrupción del Partido Reformista (PR) y del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), los dos partidos que desde la muerte de Trujillo, en mayo de 1961, habían controlado la escena política nacional”.(LF) Para los venezolanos, su situación de crisis económica y falta de credibilidad en las instituciones democráticas estaba asociada a la incompetencia y presunta corrupción de Acción Democrática y COPEI, los dos partidos que desde la firma del Pacto de Punto Fijo, en 1958, habían controlado la escena política nacional.
“Al llegar al Palacio Nacional, en agosto de 1996, el gran desafío del presidente Fernández consistía en cómo transformar el rechazo hacia ese pasado por parte de los dominicanos en una esperanza de futuro”.(LF) Al llegar al Palacio de Miraflores, a principios de 1999, el gran desafío del presidente Chávez consistía en cómo transformar el rechazo hacia ese pasado por parte de los venezolanos en una esperanza de futuro.
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¡Qué diferencia con Leonel Fernández, que no supo negar las malas prácticas del pasado por parte de los gobiernos de los Partidos Reformista y Revolucionario Dominicano! (Enriquecimiento ilícito de funcionarios, tráfico de influencias, tráfico de drogas, arrogancia y prepotencia desde el poder, ejercicio nebuloso del gobierno, compra de conciencia en todos los niveles y actividades de la sociedad, incursión de militares en campaña proselitista, soborno a la oposición, desprecio por las instituciones establecidas, violación constante a la Constitución, etc.).(LF) Hugo Chávez se había convertido en la negación del pasado y en la esperanza de los pobres de Venezuela para salir de su estado de miseria y desaliento (negritas e itálicas mías, nh).
El doctor Leonel Fernández escribió este artículo el 25 de febrero del 2002, o sea, hace 6 años y 18 días –al 14 de marzo del 2008, fecha en la que hacemos esta reflexión- y Hugo Chávez aún retiene el poder, 2209 días después de tan temerario juicio. La forma de ser del doctor Fernández como persona y como gobernante, sin compromisos con las eternas reivindicaciones económicas, sociales y políticas, indiferente ante el "empobrecimiento de los pobres" y el "enriquecimiento de los ricos", tímido ante los atropellos a la soberanía nacional, silente frente a la depredación del Estado, tolerante ante la compra de conciencias y patrocinador del uso de los dineros del Estado para el pago a la militancia que lo sustenta y a una prensa desalmada, le ha llevado a creerse que su forma de pensar, y por tanto de actuar, debe ser paradigma a seguir por otros que ejercen posiciones de liderazgo y que combaten todos estos “atributos”… ¡Y esto sí que es peligroso!(LF) La gran interrogante, sin embargo, es la siguiente: ¿Cómo, habiendo concitado tanto apoyo en la sociedad venezolana y habiendo concentrado, de manera institucional, tanto poder, a Hugo Chávez, en estos momentos, el poder se le esfuma de las manos?
Considerarse “el mejor”, sin abrir un abanico de posibilidades en otros temperamentos, es el primer paso hacia el unipersonalismo. De ahí su proyecto reeleccionista, con lo que antepone “superioridad”, egoísmo y unilateralismo al desarrollo de otras corrientes con posibilidades de éxito. Cuando esto se hace repetitivo, se cae en la fatuidad y, al mismo tiempo, se crea el caldo de cultivo para el culto a la personalidad.
Continuará...
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
9 de marzo de 2008