Usamos cookies para brindar un mejor servicio. OK Más información

III.- La reelección...

El Dr. Fernández gobernará ocho años cuando concluya su término en agosto del 2008. Debemos evitar que surja la más mínima posibilidad para que germine la semilla del continuismo, propiciadora del desarrollo del ejercicio coercitivo del poder, que obligaría al pueblo a vivir el nefasto ciclo por el que tantas veces ha pasado.​..

El Dr. Fernández gobernará ocho años cuando concluya su término en agosto del 2008. Debemos evitar que surja la más mínima posibilidad para que germine la semilla del continuismo, propiciadora del desarrollo del ejercicio coercitivo del poder, que obligaría al pueblo a vivir el nefasto ciclo por el que tantas veces ha pasado. En el programa de gobierno del PLD para este período aparecen dos propuestas muy importantes, respaldadas por el entonces candidato a la Presidencia, Dr. Leonel Fernández:
1ra:
Propiciar la Asamblea Constituyente, compuesta por miembros electos libremente por la ciudadanía, como un órgano de amplia base popular que sea, por eso mismo, una genuina expresión de la democracia (Programa de Gobierno, página 32).

2da:
Promover la prohibición constitucional de la reelección presidencial en dos períodos constitutivos (Programa de Gobierno, página 33).
Estas propuestas chocan de frente con la presentación oficial que aparece plasmada en el mismo documento por el ahora jefe de Estado, y ya no candidato a la Presidencia, Dr. Leonel Fernández, quien se ha opuesto firmemente a ambas: a la modificación de la Constitución por medio de una Asamblea Constituyente y a la prohibición de la reelección presidencial en períodos consecutivos. El Dr. Fernández promueve una modificación a la Constitución basada en una posición muy personalista, dejando de lado lo que fue una promesa de campaña y, a la vez, marginando las aspiraciones de la mayoría de los dominicanos; de la misma forma, está embarcado en un proceso reeleccionista del que no conocemos en la historia de nuestro país un solo gobernante que haya ejercido sus funciones en el marco de la legalidad; no conocemos un solo gobernante que haya sido reelecto que no haya implementado una tiranía o un sistema totalitario.

En ambos aspectos el Dr. Fernández ha faltado a la palabra empeñada, acción muy peligrosa cuando de por medio está el ejercicio del poder. Que comprueben los dominicanos en general, y los peledeístas en particular, las palabras de Leonel Fernández en las páginas 13 y 14 del Programa de Gobierno del PLD para el período 2004-2008, que es la presentación oficial del mismo y que transcribimos tal como fue firmado:

(...) El programa electoral que nos honramos en presentarles ahora recoge con amplitud el estudio de nuestros problemas fundamentales y las distintas formas en que el Partido de la Liberación Dominicana piensa resolverlos. En su elaboración han trabajado cientos de hombres y mujeres, todos imbuidos de la necesidad de responder cabal y seriamente a la confianza depositada en nosotros por la inmensa mayoría del pueblo dominicano. Constituye, en su conjunto, una estrategia de trabajo que esperamos llevar a cabo a partir del 16 de agosto del presente año (2004, nh) y, más que eso, la formalización de un compromiso para cuyo cumplimiento solicitamos, desde ahora, la cooperación de esa inmensa mayoría de dominicanos preocupados, como nosotros, por el futuro de nuestros hijos y de nuestro país”.

Nos comprometemos, solemnemente, tan solemnemente como sea menester, a gobernar de acuerdo con los planes y las propuestas aquí presentados, y como si ese compromiso formara parte del que tenemos la esperanza de hacer, con la ayuda de Dios y el voto mayoritario de nuestro pueblo, en la solemne juramentación constitucional del ya cercano 16 de agosto”.

Firmado:
Leonel Fernández
Presidente y candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana.

Si el Dr. Leonel Fernández entiende que debe reelegirse, está demostrando su incapacidad política o poniendo al desnudo el papel que desempeña como representante de la clase oligárquica, que es la que se perpetúa en el poder cuando la burguesía o la clase obrera no se han desarrollado al nivel de ocupar la dirección del Estado. Además, se está atribuyendo una superioridad por encima de sus compañeros de partido, al descartarlos, restándoles derecho propio, capacidad e inteligencia en la carrera por la más alta función en la administración del Estado.

Es necesario que por precepto constitucional se establezca que quien haya ejercido la Presidencia de la República nunca más pueda postularse al mismo cargo. Cuatro años son más que suficientes para hacer un buen gobierno y dejar una huella perdurable en la historia del país, de la misma forma que cuatro años se convierten en una eternidad cuando de soportar a un mal gobernante se trata, que lanza al vacío la confianza depositada por el pueblo, dejando de lado los acuerdos programáticos.

¡NO A LA REELECCIÓN ES LA CONSIGNA DEL MOMENTO!

Fin...

Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
4 de marzo, 2007