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I.- Leonel Fernández, ¿nuevo paradigma?

¿Qué circula por las venas del doctor Leonel Fernández? No puede ser sangre. ¡GESTO DE BUENA VOLUNTAD, AMISTAD Y CARIÑO… HACIA EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS! ¿Cómo puede haber buena voluntad, amistad y cariño para quienes nos han intervenido dos veces; pisoteado nuestra soberanía; derrocado el mejor gobierno que ha tenido este país; derrocado a quien lo formó, y ahora le paga con la traición, en tanto emigra de las concepciones básicas del PLD a posiciones recalcitrantes?

El doctor Leonel Fernández rechazó enérgicamente que la República Dominicana sea un Estado fallido”. Ese fue el encabezado de todos los periódicos del país cuando la República Dominicana fue considerada un Estado fallido por la revista “Foreign Policy” y el Grupo Fondo para la Paz, en Washington, para finales de junio o principios de julio del 2005.

A nivel mundial, y entre 60 naciones, República Dominicana aparecía en el lugar número 19 entre los países con más altos indicadores de inestabilidad y con mayores posibilidades de constituirse en un Estado fallido. El jefe de Estado advirtió a quienes calificaban al país de Estado fallido, comparándolo con Haití, con el interés de justificar una ocupación (?), que "bajo ninguna circunstancia el gobierno y el pueblo lo admitirán"... ¡Cuánta “valentía” en esas declaraciones!

Para la misma fecha se verificaba la presencia de militares estadounidenses en la frontera con Haití como una “petición del gobierno dominicano al de los Estados Unidos para ayudar a los soldados dominicanos a establecer una zona de seguridad en la línea fronteriza y evitar la entrada de drogas y la comisión de otros delitos”. A la vez, se firmaba un acuerdo mediante el cual quedaban exonerados de culpa los soldados norteamericanos que cometieran delitos o crímenes en el país “como un gesto de buena voluntad, amistad y cariño del Gobierno dominicano hacia el de los Estados Unidos”. ¡INCREÍBLE!; ¡sencillamente INCREÍBLE!

¿Qué circula por las venas del doctor Leonel Fernández? No puede ser sangre. ¡GESTO DE BUENA VOLUNTAD, AMISTAD Y CARIÑO… HACIA EL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS! ¿Cómo puede haber buena voluntad, amistad y cariño para quienes nos han intervenido dos veces; pisoteado nuestra soberanía; derrocado el mejor gobierno que ha tenido este país; derrocado a quien se sacrificó para formarlo a él y ahora le paga con la traición, en tanto emigra políticamente de las concepciones básicas del PLD a posiciones recalcitrantes y retrógradas? ¿Para qué ofrendaron sus vidas el coronel Rafael Fernández Domínguez –“Soldado del Pueblo y Militar de la Libertad”- y el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó?

El doctor Fernández materializó su “espectáculo de protesta” por la declaración del Estado fallido, que se había producido quince o veinte días antes de su reacción, sólo para ocultar la presencia de los militares norteamericanos y la exoneración de culpabilidad de aquellos que cometieren delitos o crímenes en el país (pretendía, en virtud de los desconocimientos propios de una sociedad como la nuestra, y de los “intereses” con los que opera la prensa dominicana, crear un ambiente de euforia en la opinión pública favorable a su estrategia).

Para septiembre del 2001, el doctor Leonel Fernández había publicado un artículo en un periódico de circulación nacional que luego se insertó en el engendro llamado “Nuevo Paradigma” -Segunda Edición, 2004- y que aparece con el título “La política del absurdo”, del que haremos algunos señalamientos para edificar al lector sobre la forma de actuar de nuestro presidente "estudiante y cibernético", estudiante porque parece que no entiende que la presidencia se ejerce actuando, no teorizando, y cibernético porque la mayoría de sus discursos que su auditorio alaba y no entiende los extrae de la red. Leonel Fernández usa el teatro del absurdo, un movimiento literario post Segunda Guerra Mundial, para enmarcar la actividad política en la República Dominicana, la que define como una sociedad en el que “el absurdo se convierte en el elemento consustancial de la vida cotidiana”.

Que los representantes del Congreso modifiquen la Constitución con el único propósito de extender su período legislativo; que se convoque el Consejo Nacional de la Magistratura para sustituir al presidente de la Suprema Corte, para reemplazar a todos los jueces o para destituir a los que exceden los 75 años; que la “intranquilidad y el nerviosismo” se apoderen de la sociedad; que las distintas organizaciones “fijen sus posiciones”; que en cualquier momento y en cualquier lugar los periodistas aborden al jefe del Estado; que el niño Danny Almonte, después de haber cautivado el interés de los fanáticos de béisbol en los Estados Unidos, aparezca con dos actas de nacimiento y que su talento natural pase a un segundo plano debido al desorden “INTRÍNSECO” que predomina en el país; que una cantidad enorme de chinos, que nunca han estado en el país, disponga de pasaportes dominicanos; que muchas personas tengan más de una cédula; que desde el gobierno se denuncie que muchos miembros del partido oficial cobren sin trabajar cuatro o más sueldos de distintas dependencias del Estado; que el gobierno se muestre impotente frente a las empresas del sector energético, “sumergido en penumbras en el Palacio Nacional”; que el faro a Colón no alumbre y, lo peor de todo, según Leonel Fernández, que como sociedad estamos perdiendo nuestra capacidad para reaccionar frente al absurdo...; son señalamientos que hace el Dr. Fernández en la obra citada.

Lo anterior lo dijo Leonel Fernández, y lo que ha querido decir es, realmente, que el Estado dominicano es el absurdo, y el absurdo es exactamente lo que conforma el Estado fallido. Leonel Fernández estaba muy claro desde el 2001 que el Estado dominicano es un Estado fallido, por eso hay que preguntarse ¿por qué tanto espectáculo cuando la revista “Foreign Policy” y el Grupo Fondo para la Paz consideraron al dominicano como un Estado fallido?

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
26 de septiembre de 2006