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IV.- PLD: crisis de unas elecciones primarias...

El oportunismo y las “malas artes” afloraron, y aunque la disciplina del peledeísta haya encerrado el trauma, tarde o temprano la verdad se dejará sentir. Es mucho lo que ha influenciado el poder en el cambio de “comportamiento” de algunos miembros del PLD. Siempre escuchamos, cada vez que salíamos en defensa de los postulados del partido, que esperásemos a que el PLD llegara al poder; y parece que nuestros oponentes tenían la razón...

El oportunismo y las “malas artes” afloraron, y aunque la disciplina del peledeísta haya encerrado el trauma, tarde o temprano la verdad se dejará sentir; “...de todos los antiguos perredeístas que nos pasamos al PLD ninguno tuvo más suerte que yo, porque ningún dominicano siente más desprecio que yo por los oportunistas, por los charlatanes que viven engañando a este pueblo haciéndole creer que se sacrifican por él o que están dispuestos a sacrificarse por él cuando la verdad es que se han metido a la política para que el pueblo les sirva a ellos, no para servirle ellos al pueblo...” (10 de marzo de 1975). DE MÉXICO A KAMPUCHEA, Juan Bosch, Segunda Edición, 1995, Editora Alfa y Omega, Pág. 8.

Es mucho lo que ha influenciado el poder en el cambio de “comportamiento” de algunos miembros del PLD. Siempre escuchamos, cada vez que salíamos en defensa de los postulados del partido, que esperásemos a que el PLD llegara al poder; y parece que nuestros oponentes tenían la razón.

El criterio externado por Juan Bosch para las elecciones de 1982 ha sido doblegado, y era de esperarse en una sociedad conformada netamente sobre la base de los vicios y deformaciones de la pequeña burguesía. “El partido debe mantenerse alerta contra el contagio que una actitud populista puede introducir en sus filas, y debe luchar a brazo partido para asegurarle al pueblo que lo que haremos desde el gobierno si ganamos las elecciones se hará con fines de beneficios sociales, no personales. Por el camino de los beneficios personales se llega, y por cierto rápidamente, al establecimiento de una situación generalizada de privilegios, y de ese estado de privilegios se cae en la corrupción, que es la meta que persiguen los partidarios del populismo. Los peledeístas debemos tener cuidado con el contagio del populismo; debemos evitarlo a cualquier costo, y debemos vigilarnos los unos a los otros para impedir que ese mal nos coma el alma”. El PARTIDO, Juan Bosch, Segunda Edición, 1984, Editora Alfa y Omega, Pág. 87.

Esta crisis del PLD, difícil por demás, donde los mismos peledeístas acusan a sus compañeros de corruptores (“malas artes”), tendrá que ser cortada de raíz, y son muchas las previsiones que habrá que tomar para reformular el PLD como un partido para todas las vertientes (gobierno y oposición), donde el amiguismo que tanto combatió Juan Bosch no asome rostro por la ventana más pequeña imaginable. En la página 163 del libro El PLD, UN PARTIDO NUEVO EN AMÉRICA, Primera Edición, 1989, Editora Alfa y Omega, el profesor Juan Bosch dice: “...todos los peledeístas que entran en el partido por la puerta de los Círculos de Estudios acaban pensando igual, y los que piensan igual actúan igual...”, y luego señala: “Si el partido no arranca de Círculos de Estudios echará sus raíces en el amiguismo...”.

¿Habrá miembros en el Comité Central que no hayan completado los Círculos de Estudios? ¿Habrá miembros en el Comité Central que no hayan formado parte de un Comité de Base y/o no hayan asesorado un Círculo de Estudios? ¿Habrá miembros en el Comité Central que por mediación al amiguismo puedan influenciar decisiones muy particulares que a la larga desvirtúen la esencia del PLD? Todas estas preguntas recorren la geografía nacional en las voces de los más ortodoxos de los peledeístas, y esas mismas voces son las que manifiestan que se pudieron hacer ciertas cosas en favor de un candidato determinado o se coartaron las más genuinas expresiones en favor de que lo correcto tenía que estar por encima de lo reglamentario.

Antes de proclamar un ganador, y utilizando la disciplina y los mismos métodos de trabajo, se debió hacer una severa investigación, y de los resultados que se obtuviesen tomar una decisión que erradicara por siempre las “sospechas de las prácticas de las malas artes”. Una buena parte de los peledeístas ha hecho serias denuncias de corrupción, fundadas o no, pero hay un precedente que llevó a Juan Bosch a tomar una decisión drástica en el conflicto en que se vio envuelto Rafael Alburquerque.

En una exposición sobre los efectos del grupismo, la indisciplina y el abandono de los métodos de trabajo, relacionada con la expulsión de Rafael Alburquerque de la Secretaría General y del PLD, señalaba Juan Bosch: “Hay compañeros que están en esa campaña, que habían sido excelentes peledeístas, pero ocurrió que se metió dentro del Partido el germen del grupismo y ese grupismo logró hacer su efecto... Alrededor de él (Alburquerque, nh) comenzó a formarse un pequeño grupo... Aunque es muy difícil tener pruebas de lo que digo atribuyo la campaña de que he hablado a ese grupo y creo que el compañero Alburquerque está enterado de eso...” (12 de diciembre de 1986). INFORME SOBRE EL PARTIDO/Tercer Congreso Nacional Jaime Vargas, Juan Bosch, Pág. 17.

Danilo Medina trilló un camino utilizado por el Dr. Peña Gómez -y casi en la misma línea utilizado por Leonel Fernández-, cuando se atribuyó el éxito del Partido en las últimas elecciones presidenciales, al señalar que “yo fui el estratega para la obtención del poder en 1996”. Estas palabras se parecen mucho a las manifestadas por el Dr. José Francisco Peña Gómez cuando anunció “yo soy un astro con luz propia”, o se comparan con la superioridad manifestada por Leonel Fernández en un libro publicado apenas 20 días antes de las elecciones de 1998, donde reclama para sí el derecho de la verdad y de la sabiduría por encima de todos los del partido, muy particularmente por encima de los que ocupan cargos en el gobierno, en alusión a los funcionarios que conforman su gabinete.

El “yoísmo” no se conocía en el PLD; había un vocero que expresaba lo que surgía como una decisión colegiada. El profesor Juan Bosch nunca utilizó la palabra yo; “...los líderes del PLD no hacemos ni decimos nada que no sea con autorización del organismo a que cada uno pertenece...” (10 de marzo de 1975). DE MÉXICO A KAMPUCHEA, Juan Bosch, Segunda Edición, 1995, Editora Alfa y Omega, Pág. 10.

En el PLD no hubo Congreso Elector; lo que hubo fueron unas primarias en las que un grupo de peledeístas acusa a otro grupo de peledeístas por haber cometido irregularidades durante el proceso “primarista”. La dignidad de muchos que simpatizamos y colaboramos con el PLD ha sido marchitada. La frustración para quien escribe este artículo, partiendo de lo que representaba el PLD para la sociedad dominicana, es enorme; y la razón es una sola: peledeístas han denunciado que peledeístas han utilizado mecanismos de corrupción para la compra de conciencia en la selección de un candidato a la presidencia de la República.

Necesariamente la razón tiene que estar de un solo lado, y cuando se determine cuál de los dos tiene la razón, si los acusadores o los acusados, lo menos que debe hacer el partido es sancionar ejemplarmente a los violadores de los métodos de trabajo, sin importar el nombre o las posiciones que ocupen en los organismos de dirección del PLD.

Fin...

Ing. Nemen Hazim
San Juan, Puerto Rico
18 de julio de 1999