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II.- Juan Bosch y el PLD, la gran diferencia...

Las elecciones de 1978 también forman parte de la cadena de fraudes del Dr. Balaguer. Este es uno de los eslabones disfrazados que conforman la misma: un gobierno balaguerista sin Balaguer...

Las elecciones de 1978 también forman parte de la cadena de fraudes del Dr. Balaguer. Este es uno de los eslabones disfrazados que conforman la misma: un gobierno balaguerista sin Balaguer. Dice Juan Bosch en su obra "EL PARTIDO", Pág. 67, 2da Edición, 1984: "...antes de las veinticuatro horas de haber comenzado la votación, un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas tomó militarmente la Junta Central Electoral, donde se hacía el conteo final de los votos, y se llevó toda la documentación que había allí". Se establecía así la mayoría balaguerista en el Senado, lo que permitía al Dr. Balaguer "...una capacidad de negociar que no habría tenido si las elecciones no hubieran sido manipuladas...".

"Lo que evitó que el Dr. Balaguer se reeligiera por tercera vez... fue la intervención abierta... con el apoyo de la Internacional Socialista, nada menos que del presidente Carter en persona, quien presionó de manera pública al Dr. Balaguer para obligarlo a negociar con él y con el candidato presidencial del PRD, Antonio Guzmán, un acuerdo mediante el cual se desvirtuó el resultado de las elecciones, reconociéndole al Partido Reformista la victoria en cuatro provincias en las que había perdido, y con los supuestos votos de esas provincias el reformismo sumó cuatro más a los senadores que le correspondían legalmente" (Ibíd.).

Desde el poder, los eslabones de 1970 y 1974 serían más fáciles. Con las condiciones anteriores, la represalia del aparato estatal, la intimidación al pueblo, la "desaparición" de los valores morales y el fracaso de la incursión guerrillera de Francisco Alberto Caamaño Deñó, Balaguer aseguraba su continuidad en la jefatura del Estado. Si la conquista del poder en el 1966 contra un candidato que reclamaba el pueblo sería "exitosa", la permanencia en el mismo como sostenedor de la clase oligárquica estaría asegurada. Esto lo entendería el profesor Juan Bosch -presidente del PRD para el 1970 (partido que abandonó en 1973) y presidente del PLD para el 1974-, quien manifestaría que las condiciones no estaban dadas para participar en las elecciones a realizarse en esos años.

Las esperanzas del pueblo, cifradas en el cambio de autoridades de 1978, muy pronto se perderían. El presidente Guzmán tendría que gobernar con el Senado en manos de Balaguer. La falta de políticas económicas correctas y la influencia de la crisis económica internacional cerrarían las posibilidades de una mejor vida para los dominicanos. Violaciones a la Ley de Gastos Públicos del Gobierno, emisión de pesos inorgánicos, balanza comercial desfavorable, falta de capacidad de las autoridades del gobernante PRD y el endeudamiento externo darían lugar al inicio de una de las peores crisis que conoce la historia moderna dominicana. El país estaba siendo mal encausado por el gobierno perredeísta de Antonio Guzmán, mientras por su lado el Dr. Balaguer, fungiendo de "espectador", colaboraba con el deterioro de la situación económica.

Las elecciones de 1982 reeditarían la victoria perredeísta frente a un Balaguer que entendía que este período desacreditaría en su totalidad al PRD. Pensaba el Dr. Balaguer que el pueblo reclamaría su retorno al poder. Decía el profesor Bosch en un mitin celebrado el primero de mayo de 1982 que, con una victoria del PRD y Salvador Jorge Blanco, el pueblo dominicano lloraría lágrimas de sangre. La realidad no se hizo esperar; el país conocería uno de los peores gobiernos. El mejor legado del mismo estaría en el sometimiento a la justicia del Dr. Jorge Blanco, acción sin precedentes que crearía la antesala para decisiones similares en toda América Latina. Este período reivindicaría la figura de Balaguer, quien se disponía a retornar al poder en las elecciones de 1986 en medio de "confusos arreglos" con el Dr. Peña Gómez, líder del PRD, partido que llevaría como candidato al licenciado Jacobo Majluta y a quien el jefe político perredeísta no le brindaría el apoyo necesario para mantener al Dr. Balaguer alejado del poder. ¿Qué negociaciones harían los líderes que se sienten "cautivados el uno por el otro"? Es mucho lo que se ha dicho referente a la persona que quedaría al frente del PRD, que llegaría a estas elecciones y saldría de ellas en crisis.

Creemos firmemente que el Lic. Majluta, con la participación activa de Peña Gómez y del PRD en el proceso electoral de 1986, hubiese conquistado el poder. El pueblo aún confiaba en el PRD y "entendía" que este próximo gobierno le traería ejecutorias positivas frente a las experiencias de intranquilidad y falta de seguridad ciudadana que se vivieron en el periodo 1966‑1978. La campaña electoral realizada por el Lic. Majluta no contaría con el respaldo del PRD; sería una de esas campañas en las que candidato y partido recorren caminos separados.

Continuará...

Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
16 de julio de 1994